Revista Nómadas
Dirección de Investigación y Transferencia de Conocimiento
Carrera 5 No. 21-38
Bogotá, Colombia
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Tatiana A. Romero Rodríguez
Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana-Cali(Colombia) y Magíster en Intervención Psicosocial de la Universidad de Barcelona (España). E-mail: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
AUTOR:
Manuel Roberto Escobar Cajamarca
EDITORIAL:
Universidad Central - IESCO
CIUDAD: Bogotá, D. C.
AÑO: 2016
NÚMERO DE PÁGINAS: 245
El cuerpo es principalmente un escenario de poder, que deviene en multiplicidad de tensiones y resistencias suscritas en contextos específicos. En particular, esta obra trata de los cuerpos de personas que transitan por el género, y sobre la dimensión política de dichas experiencias en Latinoamérica, en dos de sus principales ciudades: Ciudad de México y Bogotá.
La importancia de estas subjetividades que pugnan por lo que un cuerpo puede ser en nuestros contextos, tiene que ver con que lo corporal va más allá de la expresión individual y social, y se constituye en nodo de la identidad, con lo cual la construcción del cuerpo permite precisar la propia mismidad, la diferencia, así como percibirla en el otro. Por tanto, en el caso del cuerpo trans, el sujeto se disputa su lugar de vida en sociedad, con lo cual configura nuevas experiencias corporales que hacen del trabajo sobre la propia estética una forma de política.
Cuando se utiliza el prefijo trans se alude a personas que son nombradas como transgénero o transexuales desde los estamentos científicos, así como a otras que no caben dentro de tales categorizaciones, refiriendo de modo más general a subjetividades que interpelan el género y el sexo mismo, y que optan por nuevas identidades mediante reelaboraciones del propio cuerpo y de las estéticas de feminidad-masculinidad previstas.
Lo trans lucha y resiste el orden de la modernidad sobre los cuerpos, en tanto modelo civilizatorio de Occidente que pone el énfasis en la configuración binaria de los géneros y en una perspectiva regulada de las identidades: hace sucumbir un pretendido “orden natural” que homologa sexo, género y deseo como equivalencias inalterables en los sujetos, y afirma el cuerpo en su variedad. En definitiva, se trata de la relación entre el cuerpo y los modelos civilizatorios, en una resistencia a encarnar un sexo-género naturalizado e impuesto (Butler, 1982).
Toda persona que con su corporeidad pone en duda las categorizaciones de género, en especial la masculinidad como eje de la organización social patriarcal, se ve enfrentada a la discriminación, incluso a la duda sobre su humanidad. Tal es el caso de las mujeres trans, cuyos relatos evidencian una constante lucha en diferentes ámbitos de la vida para afirmarse desde una configuración femenina que abandona la corporalidad varonil en medio de una disputa sobre el orden de los cuerpos, lo que hasta hace poco parecía inalterable.
Así, el autor interpreta las experiencias corporales trans desde una perspectiva biográfica, poniendo el acento en narrativas configuradas desde distintos lugares y búsquedas que inquieren la relación cuerpo y subjetividad como nicho político. A partir de los relatos de doce mujeres trans pioneras en este debate, y de una cuidadosa observación participante de su movilización, la obra responde interrogantes sobre dicha experiencia corporal y su politización. Se trata de seres humanos en tránsito hacia la construcción de prácticas sociales identitarias y sexuales que retan los límites, la rigidez y la simetría del binarismo.
El libro se encuentra dividido en cinco capítulos que dan cuenta del proceso de indagación y reflexión sobre el cuerpo en clave de poder y resistencia. El primer capítulo, “Cuerpo trans”, presenta un estado de la discusión contemporánea sobre el tema, trayendo el debate sobre las contradicciones de la performatividad del sexo-género. También se presentan las diferencias de argumentos conceptuales frente a los términos transgénero y transexual, refiriendo un abanico de formas de enunciación de la identidad que se van configurando en la cotidianidad trans.
No obstante, pareciera, según la obra, que los cuerpos trans, si bien irrumpen e “incomodan” el orden heteronormativo y binario, no necesariamente rompen tales lógicas, ya que se inscriben en éstas, aunque exagerando las características asociadas de forma tradicional con la mujer o el hombre.
Así, se van evidenciando preguntas que problematizan las identidades trans, pues si bien se reconoce que en el cuerpo residen las coordenadas biográficas que demarcan caminos de resistencia y pugna, no necesariamente se constituyen en búsquedas radicales o en fuga. Se trata más bien de formas de sobrevivencia dentro del modelo mismo, que en su indagación configuran múltiples paradojas sobre lo carnal y la identidad, lo que evidencia las contradicciones del orden que opera sobre los cuerpos en Latinoamérica. Por ejemplo, la parodia aparece como manifestación un tanto exacerbada de los rasgos de género prescritos, de modo que logra incorporar aquello que representa a la vez que lo desafía. Es así como el cuerpo trans altera el orden social hiper-parodiando la masculinidad o feminidad, a la vez que se inscribe en la institucionalidad patriarcal para reclamar una identidad y un cuerpo propio, por ejemplo apelando a políticas públicas de reconocimiento e inclusión de la diferencia.
En el segundo capítulo, “Cuerpo, poder y resistencia: coordenadas para el abordaje de los trans-género-sexual”, se señalan tres tipos de cuerpo: dócil, hiperestésico y barroco. Retomando ideas de autores que destacan la presencia de modernidades alternativas a la predominante, se propone la noción de cuerpo barroco para desvelar disputas con el poder del modelo civilizatorio moderno en sus versiones de capitalismo de acumulación y consumo. Lo barroco en Latinoamérica retuerce ese poder que emerge sobre el cuerpo para domesticar, controlar y hacer del sujeto un deseo de producción y consumo insaciables. Entonces, el cuerpo trans que irrumpe con su configuración barroca, su puesta en escena hiperestésica e incluso paródica, reclama la posibilidad de su existencia como sentido mismo de vida, de modo que nos evoca la humanidad de las identidades diversas:
[…] hiperconstruido, retorcido, variado, múltiple, ambiguo, no se acomoda del todo a los efectos del biopoder. Su potencia de recreación de estéticas, de enunciación de éticas particulares, de narración de biografías variadas, radica en la extrañeza que estas subjetividades evidencian respecto de “una” identidad prescrita como unívoca y homogénea, que no solo le resulta incómoda, sino que interpela por sus consecuencias para la convivencia humana. (100)
Así, ¿cómo se construye un cuerpo trans? Ésta es la pregunta central del tercer capítulo, que confronta al lector con las nociones de artificialidad y autenticidad. A partir del diálogo establecido con las mujeres trans, se describe y analiza la variedad de experiencias y significados asociados con la transformación del cuerpo, y las formas de situarse ambiguamente dentro de su orden binario. De nuevo, lo paradójico aparece en unos cuerpos que desordenan el género a la vez que emulan ciertas prescripciones más tradicionales, pero siempre desde una configuración excesiva, que retuerce los cánones de lo establecido, y al exacerbar la norma sobre los cuerpos, termina por hacer evidente su arbitrariedad.
El cuarto capítulo, “Entre barroco y queer: el cuerpo trans en resistencia”, se debaten tendencias teóricas para la comprensión de la complejidad de las subjetividades trans y sus experiencias corporales en el contexto latinoamericano. Escobar encuentra insuficiente la categoría queer para referir a la ambigüedad de unos cuerpos que, si bien desordenan el género, no participan de la utopía de trascenderlo, con lo cual las identidades de los sujetos no son nómadas. En un intento de “conocimiento situado”, propone el constructo teórico del cuerpo barroco:
Propongo la idea de cuerpo barroco para intentar una aproximación a ciertas experiencias de confrontación del régimen heteronormativo y polarizado de sexo-género que quizás no buscan deslindes radicales como en lo queer, y que de hecho se mantienen dentro del sistema mismo, encontrando formas obtusas, incongruentes, bizarras de estar en su interior […]. (145).
En consecuencia, en ciudades como México y Bogotá, los cuerpos trans evocan movilizaciones sociales y políticas que continuamente cuestionan y provocan irrupciones en los límites culturales suscritos a la categoría sexo-género, pero sin llegar a subvertir totalmente el orden heteronormado y binario. El cuerpo barroco apela a un exceso en su constitución, pero su pugna no destruye tal sistema, sino que sobrevive al retorcerlo, al exacerbarlo, al parodiar sus codificaciones.
Por tanto, el capítulo quinto, “La politización del cuerpo”, nos invita a revisar vivencias de lo público desde las configuraciones corporales “otras” de las subjetividades trans. Las voces de lideresas trans dejan entrever una politización del cuerpo que busca visibilidad, autonomía y un lugar sociocultural a partir de la experiencia íntima e individual que se vuelca en reivindicación pública, y se constituye en política corporal inscrita en las políticas. Así, ese “hacer cuerpo” deviene en modos tanto culturales como políticos, en luchas que oscilan entre la sobrevivencia y la emancipación humana desde lo más básico: lo que puede un cuerpo en un contexto urbano y latino.
En definitiva, la obra nos invita a reflexionar y comprender la relación entre cuerpo, poder y resistencia en el contexto latinoamericano, a partir de experiencias corporales de mujeres trans que politizan su propia configuración corporal, y que en tales búsquedas interpelan los modos de existencia posible. ¿Qué nos dice un cuerpo trans en Ciudad de México y Bogotá? ¿Cómo la corporalidad trans se convierte en asunto de políticas públicas? ¿Qué es aquello que se interpela al orden de los cuerpos? Estas son sólo algunas de las preguntas que suscita el texto.
BUTLER, Judith., 1996 [1982], “Variaciones sobre sexo y género: Beauvoir, Wittig y Foucault”, en: Marta Lamas (ed.), El género: la construcción cultural de la diferencia sexual, México, PUEG-UNAM, pp. 303-326.
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