Revista Nómadas
Dirección de Investigación y Transferencia de Conocimiento
Carrera 5 No. 21-38
Bogotá, Colombia
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Ana Rico de Alonso *
* Profesora titular de la Universidad Javeriana. Docente de la Universidad Nacional, e-mail: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla. .
La familia como tema de estudio, debate y acción, vuelve a adquirir importancia frente a los cambios que experimenta en su organización, su conformaban, la permanencia y legalidad de los vínculos, así como su estrecha articulación con la supervivencia. En este artículo se retoman elementos del debate, se presentan algunas cifras sobre su composición y funciones; se concluye recogiendo características y tendencias de la relación parentesco-espacio y sociedad.
La familia como objeto de debate y estudio recobra importancia en el f in de siglo dentro de ópticas que reconocen crecientemente su tnterrelación con una multiplicidad de procesos que la rescatan de la estera del mundo privado, intentan identificar sus interrelaciones con otros sectores de la organización social, y señalan su aporte fundamental en el desarrollo de los individuos y las sociedades.
Interesa inicialmente hacer precisión y diferenciar el objeto de estudio en los estudios de familia: en primer lugar, la familia consanguíea, como el conjunto de miembros unidos por vínculos de parentesco, que comparten un tronco, un apellido; y, en segundo lugar la familia de residencia, también denominada Hogar. La familia de residencia se refiere específicamente a un grupo de personas que, mediando un vínculo de parenrtesco, afinidad o amistad, comparten el espacio y organizan conjuntamente la suervivencia.
En los estudios de familia se pueden a la vez identificar tendencias temáticas, no excluyentes: De una parte están los estudios de composición y tipo de familia; una segunda que podría denominarse de la "Crisis", asociada con el concepto de "descomposición" social, en la que se le asigna la etiología de variadas expresiones de problemas socíales; una tercera, de desarrollo más reciente, considera la interrelación entre las esferas pública y privada, reconoce su papel clave en la socialización y supervivencia material y afectiva, y los requerimientos que para dicho desarrollo tiene en relación con la oferta de servicios sociales. En el abordaje de la familia convergen múltiples factores que inciden positiva y negativamente en su análisis, por cuanto no es sólo un hecho social sino una experiencia de vida y ello dificulta la separación entre posturas valorativas y analíticas, sino porque su carácter público y privado introduce fricciones y tensionalidades en el tratamiento teórico, y las recomendaciones de acción.
El resurgimiento del debate sobre la familia se relaciona con fenómenos sociales que afectan las formas convencionales de organización familiar, como la ruptura y la recomposición conyugal, los hogares monoparentales, la reducción de la fecundidad, y el impacto de la migración y la urbanización sobre el espacio habitacional, el desempleo y el empobrecimiento. Estos hechos son causa y efecto de drásticas modificaciones en los roles y en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, entre jóvenes, ancianos y adultos.
La especialización funcional dentro de la familia tradicional con un hombre proveedor y una mujer cuidadora, se ha ido sustituyendo por una provisión económica compartida o asumida por la mujer, sin una concomitante redistribución de tareas domésticas. La salida de la mujer del hogar no ha sido reemplazada por una infraestructura colectiva de servicios; por el contrario, la reducción en el tamaño del Estado, la crisis económica y los efectos de las políticas neoliberales, trasladan crecientemente al tejido familiar la solución de los diferentes problemas intra y extrafamiliares aumentando en exceso las cargas, e incrementando las fuentes de conflicto entre sus miembros.
Este artículo intenta hacer una caracterización de la familia colombiana de fin de siglo, señalando los cambios experimentados en su organización y composición, con especial énfasis en los tipos de familia y las características de los jefes1.
La información correspondiente a las familias se organiza en dos tipologías, una según parentesco y otra según funciones. L a tipología de parentesco construye las siguientes categorías: Unipersonal, nuclear y extendida2, y es la de uso más corriente en los estudios de familia. La segunda toma las funciones de conyugalidad, reproducción y supervivencia de sí mismo y/o de parientes diferentes del cónyuge y/o los hijos. Para comprender mejor estas tipologías cabe aclarar que la familia se configura y permanece alrededor de dos funciones básicas que definen la estructura de parentesco y que le dan continuidad y permanencia: la conyugalidad y la reproducción de la especie. L a organización de la sexualidad y la reproducción están en el origen y con el tiempo, van surgiendo subestructuras de parentesco: abuelos, tíos, hermanos, yernos y cuñados, nietos, y de acuerdo con las pautas culturales, se van reconociendo o desconociendo otras formas de parentesco.
La relación parentesco-espacio habitacional, base de la tipología de parentesco en la familia de residencia, prelaciona mayoritariamente las relaciones conyugales y filiales (familia nuclear); en una proporción mucho menor, las de extensión (otros parientes), afinidad (amigos), contractual (trabajadores, inquilinos). Se incrementan los arreglos de autosupervivencia, esto es, las personas que en diferentes etapas del ciclo vital viven solas.
En la actualidad las sociedades están experimentando una transformación radical en las funciones tradicionales de la familia que incide en su morfología y en sus relaciones. La conyugalidad, entendida como convivencia vitalicia para organizar la sexualidad y garantizar societal y familiarmente la legitimidad, cambia en la medida en que la gratificación sexual no requiere ni de la convivencia ni de la legalidad de la unión; surgen o se fortalecen diversas formas de unión y de reproducción de la prole. Junto con la familia nuclear tradicional: padre, madre e hijos de ambos, se identifican grupos de parejas sin hijos, con hijos de uniones anteriores, con hijos adoptados, progenitores sin cónyuge, parejas del mismo sexo, y arreglos afectivos duo-locales (de residencia separada).
Los cambios en la formación y disolución de uniones están generando nuevas formas de parentesco que apenas comienzan a reconocerse y para las cuales no existen categorías, o las existentes conllevan semantizaciones negativas: el sufijo astra, astro (padrastro, madrastra, hermanastro) enmascara una realidad numérica de profunda significación social, que requiere no sólo de códigos estadísticos sino de redefiniciones que trasciendan las representaciones de maldad, ruptura y muerte que se les asigna. La función biológica de la reproducción (inseminación natural o artificial) se complementa con hijos adoptados, hijastros, e incluso se inicia en Colombia el alquiler de vientres3.
La variedad de funciones, ciclos y escenarios en los que se dan las relaciones familiares hace totalmente improbable la existencia de una forma única y universal de familia. Sin embargo, los factores alrededor de los cuales se construyen grupos familiares están presentes en todas las sociedades, y aunque cambian en intensidad y contenido, permiten construir tipologías e incluso hacer el seguimiento de sus cambios en el tiempo.
Aunque en diferentes fuentes se habla de una familia tradicional de tipo extendido, rural o de pequeñas localidades y una urbana nuclear, no existe información histórica disponible, y algunas referencias disponibles para la, primera mitad del siglo tienen unas categorías que no son equivalentes para comparación4.
A continuación se presenta la información sobre tipos de familia, construida con base en las mismas categorías, para los períodos 1978 y 1993, con base en la información de Encuesta de Hogares, etapa 19 de 1978, y el Censo Nacional de Población de 1993.
De una primera mirada a esta tipología se colige el predominio de la familia nuclear, forma en que se organiza más de la mitad de los hogares; cerca de 40% comparten el espacio con parientes, y entre 5% y 7% v i ven solos. Así mismo, podría concluirse que las variaciones en el período son imperceptibles; la familia nuclear disminuye a expensas le leves incrementos en los arreglos unipersonales y las modalidades exrendidas. No obstante, al desagregar esta información se observan cambios sustanciales.
Con esta desagregación se captan los siguientes fenómenos: Aunque la llamada "familia nuclear completa" (pareja e hijos) reúne el mayor número y proporción, muestra una fuerte disminución en tanto aumentan los hogares con un solo progenitor. La separación conyugal en primer lugar, la viudez y el madre solterismo, explican este hecho, así como el mayor incremento de esta categoría dentro de la familia extendida, la cual se duplica en el período (pasando de 8% a 12%). La necesidad de asumir el cuidado de los hijos para un progenitor solo, conlleva empobrecimiento y requiere del apoyo de las economías de escala y las redes que provee la familia extendida.
Se encuentra una afirmación generalizada sobre la pérdida de una gran parte de las funciones de la familia; no obstante, aunque las funciones se especializan y transforman las funciones socializadoras básicas, el afecto, la construcción de identidad, son indelegables por las características de la relación, por la construcción de vida en la intimidad y la privacidad, además del peso que la consanguinidad tiene en la definición de vínculos y responsabilidades. A continuación se presenta la información de tipos de familia según funciones básicas.
De acuerdo con estas cifras, el 87.5% de los núcleos familiares en Colombia están organizados alrededor de relaciones construidas sobre las funciones primarias del origen de la familia: conyugalidad y reproducción. Se capta cómo se diferencia el espacio conyugal del reproductivo, con el aumento de los hogares con un solo progenitor y un incremento de la convivencia de parejas sin hijos. Se pueden inferir cambios en varias dimensiones: 1) En la convivencia conyugal; 2) en la significación de los hijos como vínculo que justificaba la sexualidad; 3) En la autonomía de hijos que se independizan de la casa paterna5.
La organización familiar varía marcadamente de acuerdo con características del jefe, como la edad, el sexo y la conyugalidad; otras categorías como educación, se constituyen en un referente de la ubicación de clase del grupo familiar, y de la forma como se articulan o son excluidos de la oferta de servicios de bienestar.
Los hombres y las mujeres ejercen la jefatura en arreglos familiares específicos reflejando las relaciones y las representaciones de poder. La mujer se declara como jefe en ausencia de un varón adulto: cuando vive sola, se separa y vive sola con sus hijos, en la edad madura temprana, o cuando se queda sin cónyuge a edades más avanzadas. Los varones, por el contrario, ejercen la jefatura contando con la presencia de la cónyuge en el hogar. La socialización diferencial de unas y otros, que recarga a las mujeres de roles domésticos, dificulta la supervivencia del hombre en ausencia de una mujer, bien sea la cónyuge, la madre, o una pariente adulta que asuma estas tareas. No obstante, interesa señalar cómo la proporción de hombres que viven solos, aunque tiene un peso numérico bajo, se duplica.
Cuadro 1. Tipologías familiares en Colombia, 1978 - 1993
Tipo | 1978 | 1993 |
Unipersonal | 4.8 | 6.9 |
Nuclear | 58.0 | 54.9 |
Extendida/compuesta | 37.2 | 38.2 |
Total | 100.0 | 100.0 |
Cuadro 2. Tipos y subtipos de familia en Colombia
Tipo | 1978 | 1993 |
UNIPERSONAL | 4.8 | 6.9 |
NUCLEAR | 58.0 | 54.9 |
|
4.5 45.2 8.4 |
5.9 38.4 10.6 |
EXTENDIDA/COMPUESTA | 37.2 | 38.2 |
|
5.7 2.3 20.7 8.5 |
5.6 2.8 17.8 12.0 |
TOTAL | 100.0 | 100.0 |
Nota: la categoría "parientes" incluye no parientes, los cuales en 1993 representan el 2.8%
Cuadro 3. Tipos de familia según funciones básicas. Colombia, 1978-1993
Función | 1978 | 1993 |
Conyugalida y reproducción | 65.8 | 56.2 |
Reproducción | 16.9 | 22.6 |
Conyugalidad | 6.8 | 8.7 |
Extensión | 5.7 | 5.6 |
Autosupervivencia | 4.8 | 6.9 |
Total | 100.0 | 100.0 |
Cuadro 4. Tipos de familia según sexo del jefe. Colombia, 1978-1993
Tipos de familia | Mujeres 1978 | Hombres 1978 | Mujeres 1993 | Hombres 1993 |
Unipersonal | 12.1 | 2.9 | 12.0 | 5.3 |
Nuclear | 36.8 | 63.5 | 38.2 | 59.3 |
Extendida/compuesta | 51.1 | 33.6 | 49.8 | 35.4 |
Total | 100.0 | 100.0 | 100.0 | 100.0 |
La jefatura femenina está estrechamente asociada con conyugalidad, ciclo vital de ella y del grupo familiar, capacidad económica y reconocimiento por parte de ella y de sus parientes de su aporte monetario y no monetario en la supervivencia del hogar. Aunque el incremento en la jefatura femenina se está utilizando como indicador de pobreza, de una parte se magnifica su incremento; de otra, se enmascara su contribución material e inmaterial al sostenimiento del grupo, a la vez que se presenta sólo en su dimensión de vulnerabilidad (que la conlleva 6 ) , pero no en la de autonomía. A l respecto, en tanto el 78% de los jefes hombres están en unión libre o casados, un 66% de mujeres están solas. En términos de conyugalidad en la población adulta, la unión libre se triplica, pasando de 7% a 2 1 % en tanto la separación se presenta en 3% de los hombres y 8% de las mujeres. Entre los jefes, el 22% de las mujeres y el 2% de los hombres se declaran separados; la tasa de convivencia no-legal masculina es de 30% y la femenina de 11%.
La familia extendida predomina en casi la mitad de los hogares pobres, siendo tan sólo un tercio de los no-pobres. El 60% de los jefes tiene una escolaridad de 5 años o menos; entre los analfabetas, los hogares monoparentales son el 35%, proporción que desciende a 12% entre los que tienen estudios universitarios; en estas familias la supervivencia está a cargo de una jefe, con un diferencial por clase: En los pobres, el 82% y en los no pobres el 70%. Lo anterior indica que una rercera parte de los niños pobres no cuenta con la figura paterna en la convivencia y muy probablemente en la supervivencia.
Podríamos decir que la organización familiar está en agudo proceso de reconstrucción con las inevitables tensiones, conflictos, redefiniciones, ambigüedades que generan las transformaciones radicales. Los factores que más han contribuido son:
1 El material base de este artículo hace parte del estudio sobre familia realizado por Juan Carlos Alonso, Ana Rico de Alonso y otras, para el DANE y publicado en el libro La familia Colombiana en el fin de siglo, Bogotá, julio de 1988.
2 En general esta tipología incluye la categoría de "familia compuesta", la cual tiene una incidencia muy baja (inferior al 5%) y al analizar su estructura de parentesco se diferencia de la extendida sólo por la presencia de un No-pariente, quien en muchos casos tiene algún nexo de parentesco lejano, de compadrazgo o amistad. Para efectos de la clasificación se excluye la empleada doméstica que convive con los patrones.
3 El periódico El Tiempo en una reciente edición del 29 de agosto de 1999 publica un anuncio en el que una pareja solicita los servicios de una mujer, con experiencia comprobada de maternidad, para un "arreglo atractivo".
4 La construcción de tipologías la hace Virginia Gutiérrez para 1964, Ana Rico para 1973, 1978 y 1993; Hortensia Manrique para 1982; Miguel Ojeda y Angel Guarnizo para 1982; Myriam Ordóñez, 1995.
5 En los estudios de Virginia Gutiérrez se hace referencia a la familia "recompuesta" como ella la denomina. En el análisis de historias del ICBF (Ana Rico y otras, 1992), así como en la investigación de Jefatura femenina, se encuentran estas proporciones, las cuales varían según el sector de clase, la incidencia de la ruptura conyugal y de la recomposición de uniones, que es mucho más elevada en los sectores pobres. Si bien de los datos censales no puede deducirse la filiación de los hijos en relación con ambos cónyuges presentes en el hogar, en estudios de caso se encuentra que entre 6% y 12% del total de hijos que aparecen en unidades familiares con ambos cónyuges, son hijos sólo de uno de ellos, en general de la madre.
6 Eva I . Gómez ha calculado que en Colombia alrededor de un tercio de los hogares tiene "núcleos secundarios", constituidos por un pariente (hijo/a, hermano/a) y sus hijos. E n estos núcleos, la mayoría (70%) están a cargo de una mujer. Ver: Ana Rico, Olga Castillo, Eva I. Gómez y A. Delgado, Evaluación del programa de subsidio escolar a niños dependientes de jefas de hogar. Red de Solidaridad, Bogotá, mayo de 1996.
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