Revista Nómadas
Dirección de Investigación y Transferencia de Conocimiento
Carrera 5 No. 21-38
Bogotá, Colombia
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Ana María Úsuga Ciro
Estudiante de doctorado en Filosofía de la Ciencia en la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México. Maestra en Filosofía de la Ciencia de la misma universidad; socióloga de la Universidad de Antioquia. Correo: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
AUTOR
César Guzmán Tovar
EDITORIAL:
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies)
CIUDAD:
Ciudad de México
NÚMERO DE PÁGINAS: 322
AÑO: 2022
César Guzmán Tovar, autor de este libro, es Doctor en Investigación en Ciencias Sociales con mención en Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), México. Realizó una estancia posdoctoral como investigador en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el proyecto “Ciencias sociales e investigación aplicada en México: tensiones entre la generación y la aplicación de conocimientos”. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México en el nivel candidato, y miembro del grupo de trabajo “Ciencia y sociedad” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).
El libro que aquí se reseña se centra en el estudio de las trayectorias y las experiencias científicas de investigadores residentes en Colombia, Argentina y México, que ejercen su actividad investigativa en universidades públicas o privadas de las ciudades capitales de esos países. Su marco teórico va del constructivismo y el relativismo epistemológico a enfoques de la sociología –como el de campos de Bourdieu– y de la sociología de la ciencia –como la estructura social de la ciencia de Merton–; además, transita los estudios sociales de la ciencia y la tecnología para situar su investigación en el contexto de las discusiones sobre políticas, evaluación y legitimidad de la producción científica.
Metodológicamente, el autor expone las razones y los sesgos que lo llevaron a elegir sus casos (países), los criterios para la selección de sus unidades de análisis (investigadores), las técnicas de recogida de información, la forma de sistematización, el ejercicio de análisis y de escritura. El análisis, específicamente, incluye un entrelazamiento de aspectos de tres tipos: a) micro: subjetivos, a partir de las biografías relatadas por los investigadores; b) meso: institucionales, que incluye tanto lugares de trabajo de los investigadores como entes reguladores de cada país; c) macro: aspectos políticos, económicos y sociales de los países (casos), pero también del contexto latinoamericano. No sobra resaltar que, por el interés del libro, hace especial énfasis en el aspecto micro.
La obra está dividida en tres intervalos, como los llama el autor. El primero: “Otear y problematizar”, contiene el Exordio, que puede leerse como los porqués del autor para realizar esta investigación, y la Introducción general. En esta última, el autor se extiende en presentar su argumento sobre la importancia del individuo, su trayectoria y su experiencia como epicentro de investigación sobre la consolidación de las ciencias sociales y la producción de conocimiento científico. Su idea principal, parafraseada, es que la subjetividad habita y construye la producción de conocimiento en las ciencias sociales.
Presenta a los investigadores –con sus percepciones, emociones y deseos– como la suma que conforma una colectividad, un área, una ciencia y sus resultados; afirma que los individuos, como sujetos de la ciencia, han sido desatendidos en la regulación, la evaluación y la investigación sobre producción científica. Argumenta que comprender a los sujetos científicos (su subjetividad) como elemento primordial en la producción de conocimientos es comprender la construcción social de la ciencia. Recordemos en este punto que uno de sus referentes teóricos de partida es el constructivismo, lo que lo lleva a entender la ciencia en dos sentidos: como la suma de los individuos que la producen y, por tanto, como una construcción social. Sin embargo, esta posición constructivista, a primera vista radical, sobre las ciencias sociales se verá matizada al avanzar en sus análisis en los capítulos subsiguientes, sobre todo en el capítulo tres.
El segundo intervalo: “Auscultar y comprender”, está compuesto por los capítulos I y II. En ellos presenta sus conceptos centrales: a) trayectoria, que se centra en rastrear los recorridos académicos, los itinerarios investigativos y las motivaciones de los investigadores para llegar a ocupar los puestos que ocupan en la actualidad; b) experiencia científica, entendida como las vivencias íntimas –no trascendentes– de la vida cotidiana de los investigadores, situada en un espacio y un tiempo, que compone lo emocional, lo cognitivo y el enlace de cada investigador con lo social; c) las mediaciones sociales, conformadas por dispositivos que pueden ser instituciones o hitos históricos, y que fueron narrados o nombrados por los investigadores y de una u otra forma influyeron en su biografía; d) territorios vivenciales, definidos como espacios físicos portadores de memoria. Todos estos conceptos se fundamentan en el compromiso constructivista y el relativista del autor, al sostener que la ciencia se construye y en esa construcción cada una de las trayectorias científicas suma. Sin embargo, desde este intervalo empieza a dirigirse hacia un análisis de ida y regreso; es decir, un análisis en el que las condiciones que escapan a la elección del investigador aportan y configuran formas de la organización en la ciencia y sus áreas, además de influir en las trayectorias individuales.
Ese entrelazamiento que el autor asume entre aspectos micro, meso y macro le permite generar lo que yo he denominado un constructivismo compatible entre posiciones diversas/adversas, a saber: el constructivismo que encuentra el epicentro de la producción de conocimiento y la construcción de trayectorias científicas en el fenómeno mismo de la experiencia individual (Dubet, 2011); y el que propone una constricción de los cambios históricos sobre los investigadores, que consecuentemente va a generar unas ciertas trayectorias científicas (Martuccelli, 2013). Para finalizar el intervalo, presenta las nociones de aceleración y rituales de interacción como consecuencia y estrategias (respectivamente), que les permite a los investigadores mantener sus identidades, intereses y formas de resistencia en un sistema de producción cada vez más cerrado y homogeneizador.
El último intervalo: “Ensamblar y re-problematizar”, está compuesto por los capítulos III y IV. En el capítulo III construye al sujeto científico basado en sus conceptos de trayectoria y experiencia científica y en los niveles contexto-creencia-sujeto. Tres aspectos son importantes en esta construcción: a) la comparación que elabora entre los casos –Colombia, Argentina y México– en perspectiva macro, con base en la presentación contextual avanzada en el segundo intervalo; b) la clasificación de las trayectorias de investigadores en senior y junior, con base en la experiencia investigativa y no generacional de los participantes; c) la propuesta de las llamadas simbiosis explicativas de las subjetividades científicas, que están compuestas por las variaciones institucionales y las mediaciones sociales, como referentes inexorables en la producción subjetiva. Estos tres aspectos ponen de relieve la intención del autor de defender lo que llamé líneas arriba constructivismo compatible. En ese sentido, en el capítulo final recurre a una nueva tesis sintética sobre las subjetividades, diciendo que nos encontramos
... ante una interesante paradoja, pues, aunque el ethos de las ciencias sociales tiende a homogeneizarse, la practice de los sujetos se mantiene caracterizada por su multiplicidad. La idea que esto plantea –y que se desarrollará en el capítulo final de esta investigación– es que el actual modo de producción de conocimientos genera los sujetos requeridos para desarrollar el modelo científico y no al contrario. Esos sujetos tienen y desarrollan ciertas particularidades y características que los diferencian de los investigadores sociales de épocas anteriores; de manera que las subjetividades científicas se van transfigurando históricamente. (p. 248)
Al plantear esta vuelta de tuerca al argumento constructivista, genera, a mí parecer, dos movimientos: uno referente a las trayectorias y la forma en que estas inciden en la configuración de las ciencias sociales: ahora el área no sería solo la suma de las individualidades de sus científicos. Si esto es así, los aspectos subjetivos abren espacio a la relevancia de las instituciones y condiciones sociohistóricas en la consolidación de la ciencia y, en especial, de las ciencias sociales. Este segundo aspecto se relaciona más fuertemente con el concepto de experiencia que, como se evidencia en el libro, es íntima, pero también colectiva. Para apoyar esta apreciación, cito lo que el autor continúa diciendo “comprender a los individuos como una producción de los contextos y no al contrario. Para decirlo en breve: las subjetividades científicas son una fabricación de los medios sociales en las cuales se establecen” (p. 252).
Para concluir, presenta un conjunto de reflexiones críticas alrededor de tres temas: a) la importancia de pensar en un programa de investigación de la actividad científica en “clave de individuo”, b) la posibilidad del estudio de la practice y del ethos científico desde una perspectiva fenomenológica y c) la factible reconciliación y colaboración entre la teoría social y los estudios sociales de la ciencia y la tecnología. Sobre los dos primeros temas puede plantearse una pregunta: ¿metodológicamente, cómo podría establecerse un programa investigativo en clave de individuo (fenomenológico) sobre la incidencia de las trayectorias y la experiencia en la consolidación de las ciencias, que, a su vez, aborde aspectos como la regulación, la evaluación y la legitimación de la producción de conocimiento científico sin atomizar devastadoramente la ciencia como institución y obtener resultados de alguna manera generalizables?
Para finalizar quisiera resaltar la loable labor del autor al desarrollar una investigación que conjuga relatos biográficos, aspectos institucionales y condiciones sociohistóricas, trabajo que no resulta fácil y ha sido parte de una acalorada discusión en diversas disciplinas, como la filosofía de la ciencia y la epistemología. Integrar historia y biografías a trabajos que tienen una abierta pretensión teórica se convierte en todo un reto.
BOURDIEU, P. (2003). El oficio de científico. Anagrama.
BOURDIEU, P. (2008a). Homo academicus [1984]. Siglo XXI.
BOURDIEU, P. (2008b). Los usos sociales de la ciencia [1997]. Nueva Visión.
DUBET, F. (2011). La experiencia sociológica. Gedisa.
MARTUCCELLI, D. (2013). La individuación, estrategia central en el estudio del individuo. En C. A., Charry, y N. Rojas (eds.), La era de los individuos. Actores, política y teoría en la sociedad actual (pp. 195-226). LOM.
MERTON, R. K. (2002). Teoría y estructura sociales [1949]. Fondo de Cultura Económica.
OROZCO, L. A. y Chavarro, D. A. (2010). Robert K. Merton (1910-2003). Revista de Estudios Sociales, 37, 121-142.
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Constanza Pérez-Martelo
Doctora en Ingeniería de la Universidad de los Andes y doctora en Sociología de la Universidad de Grenoble (Francia). Profesora Asociada de la Universidad Central (Bogotá, Colombia). Correo: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
COINVESTIGADORES/AS:
Jorge Enrique Mejía Quiroga, Yaddy Paola Niño Sandoval, Jerónimo García Riaño
ASISTENTE DE INVESTIGACIÓN:
Nelson Andrés Martínez Marín
AUXILIARES DE INVESTIGACIÓN:
Jesús Abel Afanador, Valentina Garzón, Gabriel Ramírez
ENTIDADES FINANCIADORAS: Fundación para la Promoción de la Investigación y la Tecnología (Banco de la República) y Universidad Central (Clúster de Investigación en Ciencias y Tecnologías Convergentes)
AÑOS: 2017-2018
We have a habit in writing articles published in scientific journals to make the work as finished as possible, to cover all the tracks, to not worry about the blind alleys or to describe how you had the wrong idea first, and so on. So there isn’t any place to publish, in a dignified manner, what you actually did in order to get to do the work, although, there has been in these days, some interest in this kind of thing.
Richard Feynman, 1965
En esta reseña aceptaré la invitación que nos hizo Richard Feynman en su conferencia de 1965 cuando recibió el Premio Nobel de Física. Describiré algunas de las rutas que recorrimos en el proyecto de investigación y no solo los resultados. Con ese propósito, adoptaré la perspectiva que nos han enseñado los estudios sociales de la ciencia (Latour, 2001): “abrir la caja negra” del proceso investigativo. A partir del enfoque de la sociología de la traducción (Callon, 1995), describiré algunos trayectos del proyecto de investigación.
La pregunta que orientó la investigación fue: “¿Cómo son los procesos de producción de conocimiento en las prácticas de comunicación de la ciencia de grupos de investigación en el campo de las nanociencias y las nanotecnologías (NCT)?”. En esta indagación se articularon varios actores. La problematización partió de la iniciativa de Esteban Quesada1, coordinador de Investigaciones de la Universidad Central en ese momento, de crear conexiones entre investigadores de diferentes unidades académicas (Comunicación Social y Periodismo, e Ingeniería). Esteban identificó que los investigadores teníamos preguntas que podrían articularse en torno a la comunicación de la ciencia. Así, este proyecto nació lejos de la común “resistencia a la institucionalización de la investigación inter y transdisciplinaria en el corazón del mundo académico” (Vessuri, 2014). Los miembros del equipo generamos sesiones de trabajo sobre las preguntas de interés. Nos enrolamos con un ámbito de diálogo común, constituido por las prácticas de comunicación de la ciencia, en términos de sus dinámicas de producción de conocimiento y de la relación con otras prácticas de los grupos de investigación. Encontramos la posibilidad de aportar partiendo de trabajos previos: comunicación de la ciencia, prácticas de grupos de investigación, análisis de redes sociales y estudios sobre nanotecnologías. En esa fase también nos preguntamos por las posibilidades de financiación (Callon, 2006). Necesitábamos enrolar a una fuente de financiación que facilitara dos condiciones: 1) temáticas no restringidas o que incluyeran los tópicos que estábamos definiendo, 2) que no tuviera como requisito que todos los miembros del equipo fueran integrantes formales de grupos de investigación reconocidos por el actual Minciencias2. Con esas condiciones, identificamos como posible financiador a la Fundación para la Promoción de la Investigación y la Tecnología (FPIT)3. Tomar como caso de estudio grupos de investigación en nanociencias y nanotecnologías nos daba, además, la posibilidad de articularnos con el proyecto estratégico “Clúster de investigación en ciencias y tecnologías convergentes” de nuestra institución, el cual soportó unos recursos de contrapartida para presentar la propuesta ante la FPIT4. Una vez lograda la financiación, se inició el proyecto y se generaron nuevas articulaciones.
La ruta metodológica contó con un diseño de estudio de caso. En la identificación de los grupos a estudiar cruzamos tres fuentes de información: 1) la plataforma ScienTI5, mediante búsquedas avanzadas por área de conocimiento, proyectos y productos, con el término “nano”; 2) la página web de la red Nanocolombia6, revisando los grupos participantes en las actividades; 3) la página web de la red Nanodyf7. Los criterios para seleccionar los grupos fueron: que estuvieran activos en el área de las NCT y que se contara con heterogeneidad en las categorías de la clasificación de grupos (Colciencias, 2016)8, en las instituciones de afiliación y respecto tanto de la antigüedad en la creación como de la ubicación geográfica. De los grupos que cumplieron con estos criterios, seis aceptaron participar en el estudio, cinco de ellos vinculados a universidades y uno al Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Cuatro están ubicados en Medellín y dos en Bogotá.
El trabajo de campo se realizó entre mayo del 2017 y mayo del 2018. Desarrollamos 15 entrevistas semiestructuradas con integrantes de los grupos, funcionarios de las instituciones y participantes de los ejercicios de divulgación. También hicimos observación en eventos de divulgación de los grupos, así como revisión documental. El enfoque de análisis fue el de artesanía intelectual, articulando permanentemente la pregunta de investigación con los resultados del trabajo de campo y la literatura. Utilizamos también herramientas de Análisis de Redes Sociales (ARS) para estudiar las redes generadas. El proyecto involucró, además, un ejercicio reflexivo sobre prácticas de comunicación de la ciencia durante su desarrollo, mediante la realización de un trabajo de opción de grado de estudiantes de pregrado de Comunicación Social y Periodismo, conectando procesos de investigación y formación.
Son varios los hallazgos del proyecto (Pérez-Martelo et al., 2020). Encontramos que las prácticas comunicativas de los grupos estudiados en su mayoría muestran un incipiente trabajo de divulgación de sus proyectos de investigación e iniciativas de baja continuidad. Así mismo, las prácticas de divulgación hacen énfasis en el ámbito escolar, en el trabajo con estudiantes y profesores de colegios, con el propósito de promover el interés y aprecio por la ciencia y las carreras científicas. Se impulsan espacios de experimentación para una mejor comprensión de los fenómenos en la nanoescala.
Otro hallazgo se relaciona con los modelos predominantes en las prácticas de divulgación. En los grupos estudiados identificamos un énfasis en el modelo de déficit (García y Foladori, 2015), que concibe a los interlocutores como actores pasivos, con relaciones asimétricas entre públicos y expertos. Sin embargo, las relaciones con actores heterogéneos fuera del contexto académico y de vínculos de largo plazo propician enfoques más interactivos. En ese sentido, observamos que un enfoque de interacción o diálogo requiere vínculos continuados que fomenten el aprendizaje en todos los actores participantes. El modelo de déficit se asocia con actividades menos permanentes, con una perspectiva de alfabetización.
Otro punto aportado por la investigación es la identificación del rol de espacios interinstitucionales de interacción en la generación de diálogo entre conocimientos académicos y no académicos. Un ejemplo de ello es la contribución de ámbitos como la RedNanoColombia para movilizar preguntas en torno de las implicaciones sociales de las nanotecnologías. También procesos de aprendizaje mutuo a partir de la interacción entre científicos y comunicadores o periodistas en procesos de divulgación.
De otra parte, tal como se ha observado en otros escenarios (Invernizzi y Cavichiolo, 2009), en los casos estudiados los discursos que se movilizan en las prácticas comunicativas son en su mayoría “nano-optimistas”. Ello tiene implicaciones en la generación de una perspectiva acrítica de estas áreas de ciencia y tecnología. Se requiere un ejercicio reflexivo respecto de tales prácticas para promover ámbitos de comunicación con discursos más simétricos entre los beneficios, los riesgos y los retos de estos desarrollos.
Otro hallazgo se relaciona con la relación entre las prácticas de comunicación y otras prácticas. Los casos estudiados evidencian que los sistemas de evaluación de la investigación y de estímulo a la carrera científica generan tensiones entre las prácticas de publicación en medios especializados dirigidos a pares y las de comunicación que se establecen con actores no científicos, por cuanto estas últimas tienen un peso marginal en los esquemas de valoración. Sin embargo, cuando las prácticas de comunicación con actores no científicos son incorporadas por los grupos, se generan capacidades de relacionamiento con interlocutores heterogéneos que amplían su ámbito de acción. En esa dirección, un punto identificado en los análisis realizados es que el desestímulo de los sistemas de evaluación a las actividades de divulgación con actores no científicos tiene mayor influencia en investigadores que están en sus primeras etapas de la carrera y desean avanzar presentando resultados mejor valorados por el sistema. Este eje de indagación nutrió las preguntas de un proyecto de investigación posterior.
Finalmente, en cuanto a los aportes metodológicos, se integran perspectivas de comunicación de la ciencia con el análisis de redes sociales. Este eje de articulación ha ampliado el enfoque que desde la comunicación se da a las audiencias y a la diferenciación entre público experto y lego, hacia una aproximación relacional estudiando el rol de cada actor en una situación específica. Como resultado de ello, se han identificado redes en las cuales la entrada de indagación son los grupos de investigación en NCT, pero cuyas prácticas comunicativas son dinamizadas a partir de la conexión con otros actores (museos de ciencia, redes, colegios, entre otros).
CALLON, M. (1995). Algunos elementos para una sociología de la traducción. La domesticación de las vieiras y los pescadores de la bahía de St. Brieu. En J. M. Iranzo Amatriain, J. R. Blanco Merlo, M. T. González de la Fe, C. Torres Albero y A. Cotillo Pereira (eds.), Sociología de la ciencia y la tecnología (pp. 259-282). Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
CALLON, M. (2006). Luchas y negociaciones para definir qué es y qué no es problemático. La socio-lógica de la traducción. Redes, 12(23), 103-128.
COLCIENCIAS (2016). Guía para el reconocimiento y medición de grupos de investigación e investigadores. http://www.colciencias.gov.co/sites/default/files/ckeditor_files/guia-reconocimiento-y-medicion-de-grupos-e-Investigadores.pdf
INVERNIZZI, N. y Cavichiolo, C. (2009). Nanotecnología en los medios: ¿Qué información llega al público? Redes, 15(29), 139-175.
FEYNMAN, R. (1965). The Development of the Space-time View of Quantum Electrodynamics. [Nobel Lecture] California Institute of Technology, Pasadena, 11 de diciembre. https://www.feynmanlectures.caltech.edu/info/other/Feynmans_Nobel_Lecture.pdf
GARCÍA, M. y Foladori, G. (2015). Estrategias de divulgación de nanotecnologías en Estados Unidos, España y México: Construcción social de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba. Momento: revista de Física, 49(E), 25-37.
LATOUR, B. (2001). La esperanza de Pandora: Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia. Gedisa.
PÉREZ-MARTELO, C., Mejía Quiroga, J. y Niño Sandoval, Y. P. (2020). Prácticas de divulgación de las nanotecnologías en Colombia: Una aproximación desde los enfoques y experiencias de los grupos de investigación. En E. Záyago Lau, G. Foladori y N. Invernizzi (eds.), Relevancia social de las nanotecnologías en América Latina. Miguel Ángel Porrúa.
VESSURI, H. (2014). Los límites del conocimiento disciplinario. Nuevas formas de producción del conocimiento científico. En P. Kreimer, H. Vessuri, L. Velho y A. Arellano (eds.), Perspectivas latinoamericanas en el estudio social de la ciencia, la tecnología y la sociedad (pp. 31-43). Siglo XXI/Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
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