Para decir adiós a Ernesto Hernández
(10 de mayo de 1954 - 8 de febrero de 2025)
Para dizer adeus a Ernesto Hernández
A Farewell to Ernesto Hernández
DOI: 10.30578/nomadas.n58a6
Alejandro Sánchez Lopera
Investigador independiente y doctor en Literatura Latinoamericana, University of Pittsburgh. Correo: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
• Ernesto Hernández, Desierto de la Tatacoa, 2022 | Archivo familiar
Ernesto Hernández Barragán partió un sábado de febrero de este año en Cali. Escritor, traductor, editor, en cuanto pájaro nocturno, de Ernesto puede decirse lo que él mismo dijo sobre el devenir animal del filósofo: “poseedor de las tres virtudes: indiscernible pues se va a lo más alto; imperceptible pues no tiene determinado color; impersonal pues canta suavemente”. En términos de su labor editorial, Ernesto coordinó diferentes revistas como Sé Cauto y el Vampiro Pasivo, por donde circularon textos, entrevistas y ensayos de diferentes filósofos, artistas y pensadores del norte global y de América Latina. Lo que pasaba por allí no aparecía en ese entonces en revista académica alguna, pero importunaba con sus dardos el edificio disciplinar del saber universitario. Hicieron presencia allí problemas que, años después, la academia convertiría en moneda corriente: el sujeto, lo nómada, la diferencia. Usamos la palabra circular de forma deliberada para indicar ese retorno eterno de un pensamiento como el de Ernesto, en el cual lo que retorna es la diferencia.
• Ernesto Hernández, 1983 | Archivo familiar
Incansable traductor, Ernesto tradujo textos de Simondon, Ruyer, Lazzarato, Nizar Nizam, Judith Revel, Jean-Luc Nancy y Jean-Clet Martin, así como un sinnúmero de otros más, traducciones leídas en público los viernes en las tardes en Cali y en La Buitrera, durante muchos años. Y fue el primero en traducir al español los seminarios de Gilles Deleuze en la década de los noventa y colgarlos gratuitamente en la red para que cualquiera pudiera acceder a ellos. Esas traducciones significaron una novedad inmensa en Colombia y América Latina, pues era posible acceder de primera mano al taller de pensamiento de uno de los filósofos más importantes del siglo XX a nivel global. Las traducciones de esos seminarios ‒publicadas muchos años después en Argentina por la Editorial Cactus‒ fueron incluidas en el blog Uninomada Colombia, donde Ernesto hasta hace muy poco estaba subiendo también las traducciones que hizo de los seminarios de Félix Guattari. A la vez, alejado del resentimiento o la inferioridad, Ernesto trazó, sin cesar, esa línea “quebrada y tropical” que une y desata nuestro territorio con el mundo y con el futuro.
• Con su nieta María José, 2022 | Archivo familiar
Como nodo de pensamiento, Ernesto interactuó y coordinó una red global de pensadores/as a quienes invitó constantemente a Colombia para que participaran en diversos eventos académicos. La amistad de Ernesto con la revista NÓMADAS permitió que muchos de estos pensadores fueran partícipes de los seminarios internacionales del DIUC, y luego del IESCO, y colaboradores constantes de este proyecto editorial (como Maurizio Lazzarato y Eric Alliez). El blog de Uninómada queda en la red como archivo de ese trasegar de un maestro que, afortunadamente, no llegó a ser profesor ‒aunque enseñó en la Universidad del Cauca‒: “Decimos maestro y no profesor, pues el segundo tiene un carácter público, mientras que el primero tiene una tradición de artesanado, una especie de intimidad iniciática, de pericia, de larga preparación, como la larga trayectoria de un cometa”, escribió Ernesto en Una pedagogía más allá de nosotros mismos (2010-2015). Más que en resistencia, Ernesto siempre estuvo en fuga, a distancia del prestigio, los poderes y la riqueza fruto del adiestramiento. Eso fue F-Comunidad, la cual animó por varios años, adonde F es fundación pero también fugitividad.
• Feria del libro de Cali, 2024, junto a sus publicaciones | Archivo familiar
En términos de escritura, los ensayos y libros de Ernesto plantearon diversos interrogantes a las disciplinas sociales: en la línea abierta por Ramón Garzón y por Estanislao Zuleta 3(a cuyos seminarios en Cali asistió), Ernesto propuso maneras de leer y de escribir que, mucho antes de que se hablara de inter o transdisciplinariedad en la academia, ya vagaban en fronteras y contaminaciones entre filosofía, literatura y arte. Su recurrencia y gusto por el olvidado Gabriel Tarde le queda como pregunta abierta a las ciencias sociales y, especialmente, a la sociología colombiana y latinoamericana. Así como nos quedan sus tres preguntas, formuladas en Colombia, paloma maquiavélica, publicada en NÓMADAS: “¿cómo hemos llegado hasta aquí? (pregunta ética) ¿desde cuándo resistimos lo intolerable? (pregunta histórica) ¿en qué condiciones estamos aquí? (pregunta política)”.
Quienes tuvimos el placer de leer textos junto con él, no olvidamos su serena manera de afrontarlos y, a la vez, su forma inquietante de leer, de desafiar lugares comunes sin recurrir al escándalo. Sin necesidad de redes sociales, de séquito o de compromiso alguno con el Estado, sus palabras y textos fueron una sacudida permanente para quien se los topara. Escribir junto con él, entretanto, era balancearse en una cuerda floja en medio de la arremetida de un pájaro de fuego, multicolor. Siempre generoso, entre modesto y punzante, siempre luminoso e inquietante, Ernesto fue un pensador menor en el más vital de los sentidos: lleno de alegría en medio de una noble discreción.
Bibliografía mínima de Ernesto Hernández
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(2024). Ensayos. Una experiencia intuitiva del límite. Universidad del Cauca.
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(2024). Una pedagogía más allá de nosotros mismos (2010-2015). En:Ensayos. Una experiencia intuitiva del límite. Universidad del Cauca.
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(2014). Lo social, perspectivas anexactas. Con Carlos Enrique Restrepo. Endymion.
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(2018). Gilles Deleuze, flores a su tumba. Con Carlos Enrique Restrepo y Alejandro Sánchez (eds.).Grupo Editorial Ibáñez.
Un hombre vivo
(dedicado a Ernesto Hernández)
En medio del caos eterno y del azar tempestuoso,
de lo inesperado, del accidente,
un hombre respira, latido improbable,
espera y paciencia infinitas…
Modo, modestia, manera, virtud y abrazo del devenir,
de lo posible;
inmanencia pura, resistencia pura, amor puro, vida pura…
Beatitud,
oasis en “el desierto [que] crece”, inhóspito, indefinido, turbulento, violento…
Vivo entre los muertos, real entre las sombras, despierto entre los durmientes,
lucidez aguda, singularidad austera, maestro y guía:
el mundo se ha vaciado de su esencia,
pero él permanece,
vivo, eterno inquieto, en movimiento…
Potencia de pensar, de obrar, de traducir, de crear...
Dádiva sin límites,
vida inextinguible.
Jorge Bejarano
Doctor en Filosofía por la Universidad del Valle (Cali-Colombia). En la actualidad se desempeña como catedráitco en la Universidad del Valle, departamentos de Filosofía y de Artes Visuales y Estética. Correo: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
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- Última actualización en 23 Octubre 2025