nomadas57

Spanish English Portuguese
  Versión PDF

 

La institucionalización de la investigación social en la universidad colombiana

The institutionalization of social research in the Colombian university

A institucionalização da pesquisa social na universidade colombiana

Humberto J. Cubides C.*


Resumen

Con base en una mirada a los principales indicadores de la actividad investigativa universitaria en Ciencias Sociales, y partiendo de las reflexiones hechas por la comunidad científica sobre el fenómemo, el autor propone un conjunto de ideas relacionadas con las circunstancias existentes en el medio académico que posibilitan la objetivación de la realización científica de estas disciplinas, con el papel que juegan allí los distintos actores -docentes, investigadores y administradores-, así como sobre las formas de explicación y justificación del quehacer investigativo. Finalmente se hace una mirada prospectiva, muy sugerente, sobre el lugar que debería ocupar la investigación en las facultades de Ciencias Sociales en Colombia.


*Psicólogo. Asesor del Departamento de Investigaciones de la Universidad Central y docente universitario.


Dentro de la creciente importancia adquirida en los últimos años por la investigación científica en la universidad colombiana, el caso particular de las disciplinas sociales y humanas amerita un examen más exhaustivo, pues entraron a superar el aislamiento al que por un largo período fueron sometidas y por el cual habían perdido en gran medida su valoración. Este hecho condujo a la crisis de las facultades donde tienen su lugar natural. Crisis que se expresó, o bien en el debilitamiento de algunas de ellas, o bien en la orientación que otras -sobre todo las económico- administrativas- tomaron hacia el énfasis del simple adiestramiento profesional para cubrir un mercado cada vez más amplio y competido.

La reflexión que en sucesivos foros se ha realizado sobre la investigación social, especialmente a partir de la creación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, ha consolidado un diagnóstico muy completo sobre sus problemáticas. Sin embargo, creemos que resulta válido el examen teórico de las circunstancias que en el medio universitario hacen factible o no el proceso de objetivación de dicha actividad, de la forma como los distintos actores involucrados posibilitan su existencia -a partir de la comprensión del conocimiento ligado a su papel-, así como de las alternativas que se presentan al momento de explicar y justificar los elementos tradicionales del quehacer, es decir, del proceso de su legitimación.

Una mirada a los indicadores de comportamiento

A pesar de que se reconocen las limitaciones que poseen los indicadores con los cuales pretendemos inicialmente aproximar una descripción del estado reciente del fenómeno en cuestión, una somera mirada de algunos de los más importantes permitirá orientar el análisis de las condiciones que probablemente generan su comportamiento.

Refiriéndonos tan sólo a los datos que provienen del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, puede observarse que los dineros invertidos en la investigación en Ciencias Sociales siguen siendo modestos, más aún si se comparan con los gastos totales de los demás programas1 (cuadros No. 1 y No. 2). Aun cuando el porcentaje de proyectos aprobados en el último período es algo superior al 14% y en términos brutos el número de ellos sigue a los del programa de ciencias básicas, su monto financiado no alcanza siquiera el 4% del total, superando sólo los Programas de Regionalización, Sistemas de Información -los dos muy específicos- y el de Educación.

CUADRO No. 1
PROYECTOS APROBADOS POR LOS CONSEJOS DE PROGRAMA
( OCT. 1.991-DIC. 1.993)
  ENE.1.993-DIC.1.993 ACUMULADO A DIC.1.992 CONSOLIDADO DEL SISTEMA
PROGRAMA No. de Proyecto Monto Aprobado (millones de $) Proyecto Aprobado Monto Aprobado (millones de $)

Proyecto Aprobado Monto Aprobado (millones de $)
REGIONALIZACION     7 95.46 7 95.46
SIST.DE INFORMAC.     4 60.49 4 60.49
SALUD 10 278.10 20 749.64 30 1,027.73
BÁSICAS 42 1,727.93 48 3,243.33 90 4,971.26
ENERGIA Y MINERIA 19 1,006.94 17 977.91 38 1,984.86
AGROPECUARIAS 25 1,602.60 23 635.63 48 2,238.22
DESARROLLO TECNOL. 20 1,812.82 22 1,189.12 42 3,001.94
MAR 14 755.16 17 707.62 31 1,462.78
SOCIALES 22 404.28 42 368.77 64 773.05
EDUCACION 7 106.80 16 330.61 23 439.41
BIOTECNOLOGIA 12 692.41 12 734.52 24 1,426.93
MEDIO AMBIENTE 18 1,355.81 14 431.07 32 1,786.88
ELECTRON.Y TELEC. 12 315.73 6 588.06 18 901.78
TOTAL 201 10,060.58 248 10,110.21 449 20,170.79

 

Por otra parte, acudiendo a un indicador un tanto más significativo, referido al número total de proyectos aprobados por Colciencias, se observa una tendencia al incremento a partir de 1985, llegando al máximo en 1991, con un descenso en 1992, debido quizás a problemas de flujo de fondos. No obstante, esta tendencia no es muy consistente y puede decirse que en cifras absolutas la situación no ha cambiado de manera importante. Adicionalmente, no se encuentra tampoco un claro mejoramiento en el indicador de éxito, al menos hasta el año de 1990, período para el que existe la información. (Este indicador se refiere al número de proyectos aprobados sobre el número de los proyectos presentados para financiación).

CUADRO No. 2
PROYECTOS APROBADOS POR LOS CONSEJOS DE PROGRAMA
(OCT.1.991-DIC.1.993)

 

ACUMULADO A DIC. 1.992 ENERO A DIC. DE 1.993 CONSOLIDADO DEL SISTEMA
PROGRAMA No. de Proyecto Monto Aprobado Proyecto Aprobado Monto Aprobado Proyecto Aprobado Monto Aprobado
REGIONALIZACION 2.82 0.94 0.00 0.00 1.56 0.47
SIST. DE INFORM. 1.61 0.60 0.00 0.00 0.89 0.30
SALUD 8.06 7.41 4.98 2.76 6.68 5.10
BASICAS 19.35 32.08 20.90 17.18 20.04 24.65
ENERGIA Y MINERIA 6.85 9.67 9.45 10.01 8.02 9.84
AGROPECUARIAS 9.27 6.29 12.44 15.93 10.69 11.10
DESARR.TECNOLOGICO 8.87 11.76 9.95 18.02 9.35 14.88
MAR 6.85 7.00 6.97 7.51 6.90 7.25
SOCIALES 16.94 3.65 10.95 4.02 14.25 3.83
EDUCACION 6.45 3.27 3.48 1.08 5.12 2.18
BIOTECNOLOGIA 4.84 7.27 5.97 6.88 5.35 7.07
MEDIO AMBIENTE 5.65 4.26 8.96 13.48 7.13 8.86
ELECTRON.Y TELEC. 2.42 5.80 5.97 3.14 4.01 4.47
TOTAL 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00

En cuanto a la concentración de los proyectos aprobados por COLCIENCIAS para el programa de Ciencias Sociales y Humanas, Cuadros Nos. 4 y 5, se observa la preponderancia casi absoluta de las tres ciudades principales (Bogotá, Medellín y Cali), las cuales, en 1992, desarrollan el 100% de los proyectos y en 1993 el 88%. Si a ello se agrega que entre 1984 y 1990 del total de 110 propuestas aprobadas sólo 6, el 5.5%, pertenecen a ciudades distintas, el fenómeno resulta alarmante2.

Igualmente, la concentración institucional de los proyectos aludidos indica que en los dos últimos años las universidades de más alto prestigio (Nacional, Andes, Valle, Antioquia) "acaparan" la mayor proporción de financiación, con el caso excepcional de la Universidad Central que ha logrado una importante presencia desde cuando inició la presentación de propuestas, hace aproximadamente cuatro años (cuadro No. 6).

Debe agregarse que en el período 1984-1990 las cuatro universidades mencionadas en primer término, obtuvieron la aprobación del 45% de los proyectos, lo cual corresponde a 49 entre 110.

Tal como lo han señalado otros analistas3, es necesario anotar que la investigación apoyada por Colciencias es sólo una parte de la realizada en el país; a pesar de ello, es una buena referencia, quizás la más confiable, acerca de lo que sucede en las universidades. Puede afirmarse, entonces, que si bien ha existido un mejoramiento en la investigación social, al menos cuantitativo, especialmente a partir de 1990, éste no ha sido muy significativo. Además, existe una tendencia a la reducción del ámbito geográfico e institucional de la investigación, lo cual contradice el espíritu de descentralización y desconcentración señalado en las políticas y programas estatales. En todo caso, vale decir que las críticas acerca de la falta de respaldo económico a la investigación no son del todo justificables, pues cierta proporción de los recursos oficiales no se ejecutan debido a la escasez de propuestas que sean calificadas favorablemente, como ya se vio en el indicador de éxito (cuadro No. 3).

CUADRO No. 3
NUMERO DE PROYECTOS PRESENTADOS Y APROBADOS POR COLCIENCIAS 1984-1992
Año No. Presentado (1) No. Aprobado Indicador de Éxito (2/1)
1984 25 12 0.48
1985 8 4 0.5
1986 16 9 0.56
1987 22 18 0.82
1988 40 22 0.55
1989 40 28 0.7
1990 39 17 0.44
*1991 ? 32 ?
*1992 ? 25 ?
* Estas cifras corresponden al período octubre-octubre

 

CUADRO No. 4
DISTRIBUCION DE PROYECTOS APROBADOS AÑO 1992
Ciudad No. de Proyectos Monto $ % Del valor
Bogotá 25 250.672.000 70.48
Cali 4 39.921.000 11.22
Medellín 3 65.089.000 18.30

 

CUADRO No. 5
DISTRIBUCION DE PROYECTOS APROBADOS AÑO 1993
Ciudad No. de Proyectos Monto $ % Del valor
Bogotá 17 293.796.000 78.66
Medellín 3 30.056.200 8.05
Cali 2 25.720.000 6.89
Tunja 1 15.870.000 4.25
Pasto 1 3.200.000 0.86
Ibagué 1 4.880.000 1.31

 

CUADRO No. 6
DISTRIBUCION INSTITUCIONAL DE PROYECTOSAPROBADOS AÑOS 1992-1993
Universidad No. de Proyectos 1992 No. de Proyectos 1993
Nacional 13 4
Andes 5 4
Valle 4 2
Central 3 3
Antioquia 2 0
Otras (una por proyecto) 5 12

 

La reflexión de la comunidad universitaria

Examinemos a continuación los argumentos más relevantes expuestos por los representantes de la comunidad universitaria sobre el estado y perspectivas de la investigación en estas disciplinas, pues de una u otra forma contribuyen a profundizar el análisis del fenómemo.

En general, se percibe un consenso que ubica a las Ciencias Sociales en el contexto de una fuerte modernización del país, ante la cual, sin embargo, se enfatiza la facultad que tienen estas áreas de analizar y discutir el sentido que debe darse al desarrollo material y a los componentes de ese proceso. Partiendo de la base de caracterizar el cambio de estructura socioeconómica de la nación como desligado de un cambio de las estructuras de poder y de nuestras imágenes culturales, en lo que se ha denominado un proceso de modernización en contra de la modernidad4, se propone entonces proyectar la "mira estratégica de la modernización hacia el horizonte de convergencia entre la época y la cultura para definir, en esa dirección su sentido general". Se trataría así de darle una dirección particular, un significado propio, a aquello que se considera una macrotendencia de aceleración histórica del mundo moderno5.

Complementariamente, se concibe esa dinámica cultural como fundamental, no como un elemento más del desarrollo, sino el único que puede permitir el tránsito de un Estado Nacional a una Nación, es decir, a una comunidad que reconoce su origen, desarrollo y porvenir histórico. En la tarea de descubrir la perspectiva propia, se menciona cómo la posibilidad de síntesis de la razón moderna requiere de la ‘competencia propositiva’ de las teorías sociales que reconociendo el contexto haga el tránsito inmediato a la historia de las teorías a nivel universal, con lo cual se relativiza el mismo contexto6. Por esta vía, se pide a la investigación de las Ciencias Sociales priorizar los estudios teóricos, aquellos que tienen que ver más con el análisis de los problemas del conocimiento, en contra de la tendencia de los que buscan propuestas para la solución de problemas prácticos inmediatos.

En relación a este punto se observa que el desarrollo investigativo de algunas disciplinas no se orienta en la dirección esperada. Es notable la fragilidad y escasez de los estudios filosóficos, a pesar de ser la única área donde existe doctorado en Colombia y un número importante de especialistas. Este hecho lo explica, en parte, un observador, porque quizás se ha confundido el sentido de lo que significa investigar en esta disciplina. Se propone, entonces, que la investigación filosófica influya en el descubrimiento de problemas relevantes de las demás ciencias, impulse la clarificación de sus conceptos y lenguaje, la discusión sobre el sentido de racionalidad y la búsqueda de nuevos métodos y paradigmas. Otras disciplinas como la Economía y la Sociología, aun cuando en términos cuantitativos son destacadas en la investigación, presentan un énfasis en campos coyunturales, sectoriales y regionales, a cambio del debate teórico, los análisis estructurales y la investigación estratégica. La Antropología, cuyo aporte básico había estado en el conocimiento de las comunidades indígenas, el folclor, la arqueología regional, el examen de lo amerindio, la medicina tradicional y la familia, sólo en los últimos años comienza a interpretar los complejos temas de la cultura urbana. La Lingüística se ha centrado en el análisis de las lenguas aborígenes regionales y la lingüística española pero sin perseguir, generalmente, el avance teórico como tal. A pesar de la creciente importancia de las investigaciones políticas aplicadas, se nota la poca presencia de trabajos teóricos sobre algunos temas fundamentales, como el análisis del narcotráfico, el clientelismo, la política internacional y los aspectos sociojurídicos. Estudios sobre estos últimos, apenas recientemente se abren paso, en tanto la investigación denominada "dogmático jurídica" ha tenido un desarrollo mucho mayor. Un tanto diferente es la situación de la investigación histórica, pues en términos cuantitativos y cualitativos, ha tenido últimamente un buen desarrollo, pasando de los análisis regionales y locales a los de historia social de la ciencia, los fenómenos de la violencia, los procesos de modernización y los políticos, dentro de una perspectiva amplia e interdisciplinaria7.

El avance de la investigación teórica, la cual no debería ser relegada "en nombre de las urgencias del desarrollo o de matrices de transferencia de tecnología"8, permitiría lograr consensos racionales sobre la cultura y las diversas interpretaciones de la realidad social, otorgando pretensión de conocimiento a estas disciplinas, mediante una intersubjetividad comprobable. Alternativamente, la introducción de nuevos elementos racionales dentro de una imagen de incertidumbre, compleja y evolutiva, podría generar nuevos caminos de invención, conjeturas, hipótesis o modelos provisionales, que pueden cambiar los métodos tradicionales de validación de conocimiento. En uno u otro caso se demanda un abordaje pluralista e interdisciplinario de los fenómenos.

El rescate del pluralismo, entendido como la necesidad de evitar monopolios teóricos, temáticos o institucionales, frenaría el proceso perjudicial de la homogenización del discurso de las ciencias sociales, que en los últimos años ha reemplazado el dogmatismo de décadas anteriores, cuando se proyectaba la teoría desde estancos de escuela herméticos. Ello implica la consideración de otros elementos tales como la flexibilidad metodológica, la aceptabilidad de proposiciones novedosas y la tolerancia, dentro del rigor, para valorar la calidad de la investigación9.

Un enfoque interdisciplinario de la investigación impediría la limitación teórica y temática de los objetos de estudio, la estrechez en el uso de instrumentos metodológicos, la ausencia de contextualización y complejización en el entendimiento de los problemas sociales, característico de los estudios de años anteriores. Dicha interdisciplinariedad, sin embargo, se entiende bajo dos formas: la de una concurrencia de saberes a la de una sucesión de saberes. El primer caso sólo es posible cuando los conocimientos que intervienen, desde diversas áreas, han alcanzado un nivel de desarrollo similar y existen instrumentos y métodos de agudeza y rigor semejantes; el segundo, cuando no se dan estas condiciones, implicaría la continuidad de investigaciones, es decir, los resultados de un enfoque disciplinar a un problema darían paso a nuevas preguntas que más adelante pueden ser abordadas por otras ciencias10. En ambos se requiere, no obstante, que exista articulación y no simple suma de visiones.

Asociado a los problemas anteriores, pero sobre todo al carácter provinciano y al aislamiento de las ciencias sociales en Colombia, así como a la falta de información actualizada, discusión y difusión de los logros teóricos, se presenta el estado incipiente de consolidación de la comunidad científica en estas disciplinas. Se piensa que su fortalecimiento no puede convertirse en una tarea en sí misma; en la medida en que se dé impulso financiero a las investigaciones, se promueva la existencia de postgrados de calidad, se exija rigor teórico y metodológico, se establezcan relaciones con redes internacionales y vínculos con investigadores, grupos y escuelas de pensamiento, es factible que esta situación tienda a cambiar11. En cualquier caso, el fundamento de ello estaría en la renovación de los individuos y grupos de investigadores, sobre lo cual parecen existir indicios, aunque la entrada al sistema de "jóvenes - jóvenes" ha sido difícil, como lo muestran, parcialmente, los datos del programa Nacional de Ciencias Sociales y Humanas12.

Cómo concebimos los diferentes aspectos del problema

Desde nuestra propia perspectiva, son varios los elementos que podemos señalar en el curso de un análisis sobre la problemática de la institucionalización de las ciencias sociales en la universidad.

En primer término, es evidente que durante los últimos años la comunidad universitaria asume una fuerte preocupación por asuntos que tocan, bajo diversos niveles, con la investigación en estas disciplinas: los cuestionamientos por formas más creativas y críticas de transmisión de conocimientos de acuerdo a cada temática; la búsqueda de contextualizaciones histórico -sociales de las teorías y de las técnicas; las orientaciones hacia la integración de diversos saberes y métodos; las preguntas por la validez y significación de principios y conceptos teóricos disciplinares; etc.. Lo anterior pareciera ser una actitud permanente en la universidad, aunque no necesariamente general. Pero más allá, en el plano estrictamente investigativo, la vinculación de esta actividad con la docencia sigue siendo fortuita: reglamentada en unas pocas universidades y presente, de manera casi exclusiva, en unos cuantos docentes del resto de instituciones. Se encuentra un número mayor de "metodólogos", seminarios investigativos, comités o centros de investigaciones, que proyectos, estudios realizados y hallazgos novedosos. Es decir, se trajinan más los términos investigativos de lo que se aplican en análisis concretos; a cambio de tradiciones investigativas se asumen más los hábitos, como prendas, pero es bien sabido que ‘el hábito no hace al monje’.

Considerando que la objetivación de la actividad y la actitud investigativa -entendida esta última como el esfuerzo constante de pensar autónomamente, de ejercer la duda sistemática y el alejarse de cualquier argumento de autoridad- en las ciencias sociales no son ni mucho menos suficientes para su institucionalización, examinemos qué grado de control pueden tener sobre ellas las políticas y programas diseñados al respecto por las universidades.

Obviamente el proceso de adecuación formal frente a los propósitos de creación de conocimiento, que incluso oficialmente se le asigna a la universidad, ha sido global. Con mayor o menor claridad, precisión y profundidad, se han retomado estas políticas permeando los principios universitarios, los perfiles de las carreras e incluso los objetivos y estructura de las materias. Más allá, sin embargo, los discursos y el comportamiento de los individuos de la universidad comienzan a apartarse: desde aquellos que postulan prioritariamente la lógica administrativa y burocrática hasta los que se enfocan exclusivamente hacia lo académico; desde los que se preocupan solamente por la rentabilidad de los programas, los cursos de grado, la educación continuada, las consultorías, etc., hasta quienes desgastan esfuerzos y recursos en actividades sin verdadero reconocimiento. De esta forma la coincidencia entre la ‘filosofía’ directriz de la universidad y la acción académica raras veces se da en, por ejemplo, la elección de líneas de investigación, la valoración de los logros de los investigadores, su difusión, la creación de infraestructuras adecuadas a la labor, e, incluso, la asunción de ideas, métodos y teorías construídas en ese proceso, lo cual permitiría a la universidad en cuestión pensar autónomamente de manera fundamentada. Así, el ideal de hacer de la universidad una institución donde principalmente se enseña el proceso de producción de conocimiento y no su objeto, es todavía muy lejano.

Lo anterior conduce a pensar que no es posible que en una institución determinada pueda darse la unificación plena de los diferentes procesos y lógicas; ni el predominio absoluto de la visión administrativista, como tampoco el de una visión puramente cientifista. Lo que parece indiscutible es que en determinados momentos cierto ‘espíritu’ universitario se va imponiendo, con lo cual tiende a ejercer poder, no sin conflictos, una u otra visión. De esta forma las acciones académicas van adquiriendo sentidos semejantes. Sería aventurado calificar unánimemente a las instituciones e incluso tan sólo a las facultades de Ciencias Sociales de Colombia, pero muchos analistas coinciden en destacar el aumento cuantitativo de las carreras y de los estudiantes universitarios, -indicativo de una eficiencia administrativa- no compensado con la presencia de calidad de la formación. Esto se refleja en la falta de innovaciones científico- técnicas, en el ejercicio profesional mecánico y, en general, en una innegable dependencia cultural.

Ahondando un poco en esa relación poder-saber, es bueno anotar que la visión que tiende a imponerse en el interior de la universidad no está aislada de aquello que predomina en el contexto social. Tratándose de las disciplinas sociales, el marcado énfasis por el saber instrumental, sobre todo en las áreas económico-administrativas, donde muchas veces burdamente se copian modelos, procesos y tecnologías de moda, conlleva al detrimento y desdeño por la teoría y la comprensión histórico-cultural de los fenómenos. No quiere esto decir, por supuesto, que demeritemos la relevancia de cierta clase de investigación empírica: aquella que contribuye al mejoramiento de las condiciones sociales y culturales del país y que puede ser el fundamento necesario de estudios de mayor complejidad y trascendencia. Pero, incluso, en saberes como el político, el jurídico y, en menor medida, el sociológico, se favorece en demasía las concepciones blandas, de alcance medio, del tenor de un ‘sano’ eclecticismo, muchas veces amparadas en la necesidad de adoptar un espíritu de tolerancia. Ello concuerda con la urgencia de resolver problemas prácticos inmediatos, patrocinada en gran medida por el Estado y la empresa privada, ansiosos de eliminar antagonismos delicados. Es por esto que en los últimos años se intensifican los estudios sociales al nivel de las asesorías y las consultorías, ocupando gran proporción de recursos humanos y financieros, buena parte de los cuales podrían ser valiosos para el examen de asuntos que tocan más el fondo de la definición de nuestros futuros posibles. Esto último, además, permitiría la construcción de teorías alternas, así como la elaboración de métodos de investigación flexibles y plurales, adecuados a la complejidad e incertidumbre de los objetos a estudiar.

Bajo la orientación que acabamos de proponer, las facultades universitarias podrían, a su vez, consolidar una verdadera autonomía. Entendida de dos maneras: en primer lugar, frente al contexto, por la posibilidad de plantearse políticas, metas y prioridades de investigación, que le permitan encarar analíticamente los problemas de la sociedad, buscando la integración entre los asuntos disciplinares y los asuntos profesionales. Los resultados de estos estudios contribuirán, igualmente, a que adopten una posición independiente y una estructura de interpretación crítica en torno al devenir deseable. Sin embargo, una segunda manera de asumir la autonomía, quizás más importante, tendría que ver con su ejercicio en el interior de las propias instituciones. La responsabilidad de la universidad estaría aquí presente en la medida en que facilite y apoye la acción de quienes desarrollan un verdadero interés académico y científico, en tanto que margina a aquellos que sólo buscan el beneficio o reconocimiento personal con su labor investigativa o docente. El punto anterior remite a otro problema: la importancia y el papel de las ciencias sociales y humanas para dirimir el conflicto entre los dos tipos de intereses mencionados. Es bien claro que estas disciplinas, especialmente cuando se aproximan a la reflexión filosófica de los problemas, interrogan el carácter de verdad de los diversos saberes, contextualizando los factores histórico-sociales en que surgen ciertas proposiciones teóricas y técnicas. En ese marco, ejercen una labor de control del conocimiento, así como de su utilización. Por ello, el carácter marginal en que todavía se mantienen las áreas sociales y de humanidades dentro de la institución universitaria colombiana es muy preocupante. Son facultades menores o solamente un departamento "inferior" frente a otros de mayor reconocimiento. Aún más difícil es la situación específica de los componentes de fundamentación epistemológica e investigativa, pues generalmente se reducen, en el primer caso, a una ambigua materia de ‘humanidades’, y, en el segundo, a un confuso y descontextualizado curso de metodología. De esta forma, ninguno de ellos hace parte estructural del currículo y, sobre todo, de una actitud pedagógica crítica e imaginativa.

Se puede pensar, entonces, la denominada "crisis" de la universidad en la forma como en época pretérita Kant concebía el conflicto de las facultades de la universidad alemana: una crisis de desintegración, un desligamiento interno, producto de la inexistencia de una disciplina que aune a todas las demás en un verdadero corpus de saber13. El recurso no es retórico; el despegue de la modernización conlleva tal complejización y diversificación de actividades y funciones, que correlativamente la ciencia, y su hermana menor, la tecnología, se parcelan, sometiéndose a dispersión. El especialismo, la profesionalización a ultranza que muchas veces asume la universidad buscando responder a esa demanda de individuos diestros en uno u otro campo, conducen a que se olvide de su tarea principal cual es la de ser crisol de cultura, lugar donde se pueden mediatizar racionalmente los problemas fundamentales de la sociedad. Allí, por su puesto, tiene valor insustituible el conocimiento social. En consecuencia, es necesario abandonar definitivamente la concepción que señala que la crisis de la institución universitaria se debe fundamentalmente a su inadecuación frente al entorno económico- social del país. Tratándose de este desequilibrio, es deseable que siempre exista, pues la lógica del conocimiento y de la creación es bien diferente a la de la necesidad y la producción de la vida social y material. No obstante, el esfuerzo que innumerables funcionarios y docentes han realizado por convertir la enseñanza superior en una máquina de reproducción de individuos dóciles, técnicamente eficientes, no ha resultado vano. El clamor por la práctica, por la herramienta o por el programa útil, por la preparación ejecutiva, superan permanentemente los llamados a una formación integral, reflexiva y sensible, éticamente consciente. Formación en la que el eje central lo debe constituir la actividad investigativa pues es la única que provee la autonomía de pensamiento. En particular, el estudio de los procesos de la modernidad, el análisis de los objetos culturales, de los procesos de comunicación, así como los de la construcción de nuestras identidades, son temas de indudable relevancia para el desarrollo de las ciencias sociales en Colombia, en torno a los cuales debería convocarse de manera amplia a la comunidad académica universitaria.

Por esa vía, es que puede entenderse cualquier ejercicio de control de los directivos y administradores de la institución. Su preocupación central debería referirse al cómo garantizar permanentemente la creación y transmisión - enseñando a pensar- de conocimientos rigurosos y sistemáticos, y a la forma en que estos hábitos se comparten por un número cada vez mayor de individuos. No es suficiente entonces, que se creen reglamentos, propósitos, e incluso cargos u organismos responsables de impulsar la actividad investigativa. Tampoco que existan uno o unos pocos núcleos de investigadores y docentes que desarrollen nuevas propuestas e ideas sin que permeen el conjunto de la comunidad universitaria. Estas condiciones que, con mayor o menor amplitud, se dan en gran parte de las facultades de ciencias sociales, no han logrado todavía legitimar la práctica científica correspondiente. Esta última debe traducirse no solamente en la indispensable evolución curricular, sino, sobretodo, en la consolidación de un ambiente y un espíritu crítico, universal e innovador. Allí, nuevamente nuestras disciplinas son de la mayor importancia, pues posibilitan contextualizar los problemas de otras áreas, entender los complejos aspectos de la educación y, particularmente, elaborar alternativas pedagógicas que en verdad rompan con la enseñanza tradicional, repetitiva y mecánica.

Una manera inicial de socializar los hábitos investigativos consiste en la vinculación de asistentes y auxiliares -trátese de estudiantes o profesores novatos- en proyectos dirigidos por investigadores experimentados. Adicionalmente, puede pensarse en convertir ciertos contenidos del currículo en verdaderos programas de investigación, abordados en forma más o menos amplia por diferentes cursos. Sin embargo, es difícil pensar en la formación de una verdadera comunidad científica si no se diseñan y desarrollan programas de postgrado penetrados seriamente por la práctica científica. Ello significa superar la visión en buena parte utilitarista de crear especialidades con el objetivo simplemente de actualizar conocimientos, o, para el adiestramiento en técnicas o tecnologías de moda, visión que ha tendido a imponerse en los últimos años en las carreras de ciencias sociales y humanas.

Por otra parte, dado que la actividad de los investigadores no depende únicamente de disposiciones racionales sino que toca también con aspectos de tipo afectivo tales como el temor al fracaso o al error, la susceptibilidad a la crítica, la dificultad de una práctica la mayoría de las veces no compensada adecuadamente en lo económico, la compleja integración a un equipo o ‘laboratorio’ científico, etc., se requiere que la institución, en cabeza de los directivos y administradores de centros o programas de estudios, dé una apertura hacia la comprensión. Es decir, que establezca un justo equilibrio entre exigencias necesarias en cuanto a calidad y plazos para la entrega de resultados, y el brindar un apoyo constante en lo logístico y humano que facilite una labor de suyo complicada. Quizás varios de los procesos investigativos, así como un número importante de talentos en formación dentro de las áreas sociales se han malogrado, debido a que este resulta ser un terreno aparentemente sólo apto para aquellos individuos capaces de someterse a condiciones extremas en lo intelectual y en lo institucional.

Al tiempo que se pueda generar cotidianamente la actividad investigativa, y la actitud correspondiente se despliegue en forma natural, permeando el conjunto de la academia, se requiere que las áreas de ciencias sociales y cada una de las universidades, construyan un pensamiento propio y unas políticas particulares. Ello le otorgará un significado cada vez más profundo a sus procesos de creación de conocimiento, así como al marco institucional en el cual ellos se desarrollan. En los últimos años, la discusión acerca de la problemática de la investigación, en buena medida impulsada por los organismos oficiales, ha favorecido el fenómeno de autoreflexión; no obstante, la explicitación teórica sobre el tema debe avanzar hasta permitir la formación de un cuerpo de ideas diferenciado, que facilite y enriquezca el debate.

Esto último se relaciona con un problema todavía más importante: la responsabilidad de las instituciones universitarias. A más de su tarea de crear profesionales y, especialmente, de formar individuos íntegros, contribuir a la evolución de una conciencia histórica de la sociedad y adelantar el conocimiento, está su responsabilidad de clarificar y tematizar sus propios sistemas de interpretación del mundo, reconociendo, ante los estudiantes y la comunidad académica, sus intereses y las implicaciones sociales y políticas de su comportamiento. Es obvio que esta tarea exige tal grado de autocrítica y de reflexión que sólo aquellas instituciones verdaderamente maduras en lo intelectual, pueden llevarla a cabo satisfactoriamente. Además, pone de presente de nuevo el valor del conocimiento social, al indagar los elementos teóricos para acercarse a los fundamentos de una filosofía de la educación, los problemas de la sociología de la ciencia, la relación entre los sistemas de valores institucionales y sus principios y programas, y, en general, al buscar el entendimiento del lugar y la significación social de la universidad.

Concibiendo simultáneamente esta institución como ámbito de posibilidades, es lícito pensar en la incidencia de las nuevas teorías para acelerar el cambio social. Ello es posible, si se favorece internamente el diálogo entre discursos, con lo cual las diversas definiciones de lo social se discuten, pudiendo surgir rupturas en la interpretación de los fenómenos. Así, existirían ideas y concepciones no solamente en provecho de la universidad sino también para su realización en la historia, para su legitimación, lo que impulsaría que las estructuras sociales se modifiquen buscando conformarse a ellas14. Ello exige hacer efectiva una actitud pluralista en cuanto a enfoques teóricos y metodológicos, temas de estudio, proyectos de futuro, etc. Igualmente, facilitar el diálogo entre las diferentes disciplinas sociales superando el divorcio a que por décadas han estado sometidas. Y sobre todo, desarrollar un clima de tolerancia en el contexto intelectual y político que permita el pensar autónomo de la comunidad universitaria.


Citas

1. Las cifras son tomadas de documentos institucionales del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología "Asignación de recursos a la ciencia y a la tecnología". Octubre de 1991 - diciembre de 1993.

2. Esta Información fue obtenida de los archivos del Programa de Ciencias Sociales y Humanas, así como del documento anexo No. 2 "Propuestade lectura a los proyectos de investigación social y a su trámite ante Colciencias (período 1984 - 1992)". En: Los retos de la diversidad. Colciencias 1993.

3. Francisco Gutiérrez y Gladys Martínez. Ibid. Página 228 y 229.

4. Véase: Rubén Jaramillo. "La postergación de la experiencia de la modernidad en Colombia". En: Estructura Científica Desarrollo Tecnológico y Entorno Social. Misión de Ciencia y Tecnología. Tomo II, 1990

5. Miguel Angel Hernández. "La modernización social y el mundo moderno". Ibid. Página 532

6. Véase: Guillermo Hoyos. "Pensamiento nacional y pensamiento universal o acerca de las teorías y de las investigaciones de lo concreto". En: Los retos de la diversidad. Colciencias, 1993

7. Los conceptos aquí presentados se basan en un resumen de los consignados en el libro "La Ciencias Sociales en Colombia", Colciencias, 1992; junto con los datos sobre proyectos presentados y aprobados por Colciencias en el período 1991 - 1993, así como otros documentos de la misma institución.

8. Carlos B. Gutiérrez. "Teoría básica y ejercicio crítico: dos carencias del trabajo en Ciencias Sociales y Humanas en Colombia". En: Los retos de la diversidad. Idem.

9. Consúltese: Miryam Henao "Criterios de calidad en la investigación en Ciencias Sociales. Notas para una reflexión". Ibid. Página 109

10. Emilio Yunis T. "Una visión interdisciplinaria de la ciencia". En: Memorias Simposio internacional sobre investigación científica". Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, 1993.

11. Estas son conclusiones extraidas del documento institucional de Colciencias, basado en seminarios sobre el tema. "Ciencias Sociales y Humanas. Entender y anticipar la modernidad". En: Convocatoria a la creatividad. Colciencias 1992

12. Según el documento anexo al texto "Los retos de la diversidad", los investigadores nacidos en la década del 50 fueron los más activos durante el período 1984 - 1992, reemplazando gradualmente los nacidos en las décadas del 40 y del 30.

13. La interpretación del texto clásico de Kant la desarrolla J. Derrida en: La filosofía como institución. Barcelona, Juan Gránica Ediciones, 1984.

14. Aquí, como en otros apartados, seguimos de cerca lo planteado por Berger y Luckman en su interpretación de la realidad social. Cfr. La construcción social de la realidad. C. II. Amorrortu editores 1993.

La poesía y la magia en el proceso creador de Édgar Negret*

 

  Versión PDF

 

La poesía y la magia en el proceso creador de Édgar Negret

Poetry and magic in the creative process of Édgar Negret

Poesia e magia no processo criativo de Édgar Negret

María Cristina Laverde Toscano**


*Este trabajo se realizó a partir de una entrevista de largas horas con el Maestro Edgar Negret y de una juiciosa revisión bibliográfica sobre la obra del escultor.

**Socióloga, directora del Departamento de Investigaciones de la Universidad Central. Investigadora social, autora de distintas publicaciones sobre temas referidos a la cultura, la ciencia, la mujer y el arte.


Pensar en el arte significa penetrar el mundo inconmensurable de la creación, el universo de sus infinitas posibilidades, los determinantes y las circunstancias que le rodean, con frecuencia invasivamente, sus fundamentos conceptuales y técnicos; el juego mágico de los sueños y de las fantasías; la presencia avasalladora de eso que llamamos realidad … Acercarse a un artista exige un esfuerzo por entender las complejas relaciones que se establecen entre la vida y la obra de quien convierte su ser en un canto a la belleza, a la armonía, al color, en busca de la perfección formal. Aproximarnos al Maestro Negret es irrumpir al espacio alucinante de un creador de volúmenes majestuosos y, además, de un "señalador de caminos" para la escultura latinoamericana entre los grandes de la plástica universal.

Edgar Negret ha logrado desee hace ya varios lustros, ser dueño de un lenguaje propio. Inconfundible. Asume la opción por el aluminio, pintado con sobriedad, en razón de la nobleza del material: tan dócil que permite a sus manos maestras atrapar espacios en formas de exquisita sensualidad; las curvas delicadamente voluptuosas al encuentro de dobleces, de rectas y de planos que convierten sus esculturas en objetos misteriosos, ajenos a lo accesorio, a lo retórico. Son construcciones ligeras y a la vez imponentes en las que la oquedad se empecina en tanto su obra es un trasegar que progresivamente subordina la masa a favor del espacio. Los tornillos y tuercas a la vista son también elementos constitutivos de ese lenguaje. La mirada preciosista podría considerarlos un "barbarismo plástico " a no ser porque estéticamente entran a formar parte de la obra, trascendiendo la condición de artificios para el acople de cada pieza escultórica.

El trabajo de Negret, sin embages, pertenece al ámbito de esa escultura contemporánea que labora el metal ensamblado. No obstante la aspereza del elemento, es manejado por el Maestro con tal sutileza que, como afirma Lynton, convoca "…a la cercana atención que podríamos prestar a un marfil o a una flor". Introduce al espectador, carente de imágenes con las cuales identificar cada escultura, en el terreno de la contemplación; despierta su sentido lúdico; provoca ese vuelo de la imaginación que permite recrear la obra.

Su proceso escultórico es pausado. Sin desmesuras ni sobresaltos. Desconoce lo abrupto y novedoso para permitir el imperio de diversas constantes formales y materiales. Su obra se transforma pero a paso lento, como es el paso de quienes hacen camino.

En este "insigne fabulador del aluminio " convergen una serie de atributos que le han permitido alcanzar la cima. Como lúcidamente lo señala José María Salvador, Edgar Negret posee férrea disciplina y perseverante capacidad de trabajo. Cada día se plantea un problema a resolver. Guiado por su gran claridad conceptual. Es independiente de criterio, sabe lo que quiere y pronto encuentra la respuesta porque a mas de dominar la técnica, su poder de invención morfológica es inagotable. La creación para él transcurre entre el estudio metódico de temas y técnicas y la reflexión inquisitiva en torno a su quehacer cotidiano; acompañado además, de una autocrítica sin concesiones. No existen términos medios en la vida de Edgar Negret; ni aún en lo más nimio: ante el asomo precoz de la calvicie impenitente, su determinación fue rotunda: cortar el cabello al rape. Tal vez por esta razón, en la juventud de sus setenta años, irradia esa experiencia que sólo adquieren los que viven con absoluta intensidad.

La existencia de este gran Maestro payanés se ve signada por la soledad quien con frecuencia se convierte en su mejor compañía: la disfruta, la ama y solazado en ella concibe sus mejores esculturas. En otros momentos, se transforma en dolor lacerante. En profunda sensación de abandono, como cuando el mundo familiar empieza a derrumbarse ante la muerte irremediable de sus padres y hermanos: brizna a brizna el "tibio nido" del hogar se va deshaciendo sumiéndolo en definitiva soledad. Logra sobrevivir en la búsqueda atávica. Quería saber quien era, de dónde venía. Preguntó entonces por los abuelos de sus abuelos hasta trascender a los tatarabuelos de sus tatarabuelos: "… tuve la sensación -afirma el Maestro- de que no estaba solo, de que era corriente de un agua que fluía desde siglos atrás, gota de una savia que se prolongaba y echaba raíces en el pasado …". Así emprende el camino que lo condujo a los ancestros primigenios:

"…La genealogía familiar me permitió llegar más allá del ‘hijo de labradores andaluces’: hija de Huayna Capac, y hermana de Atahualpa; heredera del Sol, del Cóndor y la luna, doña Francisca Coya fue arrancada del Cuzco y traída a Popayán, mezclando así su imperial sangre con la sangre de labradores andaluces de llanas condiciones: nuestra sangre…"

La Sangre mestiza que reverbera en las venas de Edgar Negret y que irrumpe envolvente en las soberbias esculturas de su último período, homenaje a las raíces milenarias palpitantes en la cultura precolombina.

Una infancia para lacreación

¿Qué representa en la vida futura de un niño el ambiente que lo circunda en sus primeros años?. ¿Hasta dónde puede propiciar o no un adulto que viva en armonía con los mandatos de sus ser?. ¿Existen aptitudes innatas que expliquen la diversidad y la riqueza creativa de la especie humana?. ¿ En qué medida los valores culturales privilegiados históricamente -unidos en ocasiones a azarosas urgencias económicas-, impiden la expresión en libertad de tantas vocaciones creadoras? O, ¿hasta dónde someten al individuo a devastadoras luchas para legitimizar su condición de artífices de la belleza o del conocimiento, en detrimento de n placentero y productivo proceso creador?. En la vida y en la obra de este gran Maestro de la plástica contemporánea, invitado de honor de nuestra revista "Nómadas", encontramos diversas respuestas. Adelantándonos, su infancia es testimonio irrefutable de un ambiente resuelto a favor de la creación.

El artista nace con especial sensibilidad pero el entorno en el cual crece en gran medida determina el curso de su proceso creativo: auspiciando la pesquisa de lo desconocido y la búsqueda del esplendor en las formas; o, arrasando fantasías, quimeras, intuiciones, razones e invenciones. Sin equívocos, asumir culturalmente una de estas disyuntivas dará cabida a la existencia de dos tipos de sociedades antagónicas: una, amante de la libertad y de la autonomía; otra, comprometida con la subordinación.

Edgar Negret nace en el Popayán de 1920. Una ciudad señorial dueña de grandes tradiciones: arquitectura colonial con techos de barro enmohecido y bellísimas iglesias a las que la gente acude para expresar su profunda religiosidad; rígido concepto de la familia patriarcal extensa en donde cada miembro cumple estrictamente el rol que sele asigna; estructura política bipartidista en la cual el liderazgo con frecuencia exigía la convergencia del poder y del saber; amor sin reatos por el conocimiento y por el arte en sus diversas expresiones; centros educativos de reconocido prestigio humanístico. De seguro, en aquella época Popayán, cuna, además, de ilustres ciudadanos, no contaba entre sus premuras la preocupación por el desarrollo industrial o el crecimiento económico de la región. La erudición académica otorgaba prestigio y promovía el estatus de sus pobladores. En este ambiente, el hijo que optara por la literatura, por la música, por la pintura, por las ciencias o, también, por la vida religiosa, era motivo de orgullo familiar y social.

El maestro es el menor de diez hijos y llega cuando Alicia, la hermana a quien desplazó, tiene ocho años. Como él lo señala, arriba a la vida siendo tío pues una de sus hermanas mayores esperaba el segundo bebé el 11 de octubre de 1920, fecha de nacimiento de Edgar Negret. Su padre, Rafael Negret Vivas es un militar de carrera, amante de Bolívar, miembro de distintas academias de historia y autor de múltiples estudios. En razón de sus méritos, en 1919 recibe la Cruz de Boyacá, a más de otras distinciones otorgadas por diferentes países. Viajaba frecuentemente y entre los mejores recuerdos de infancia están los regresos de ese padre amoroso: volvía cargado de regalos y, por sobre todo, infinita ternura hacia su "querido cuncho", como usualmente llamaban al menor de los hijos. Con retreta frente a la casa acudía el pueblo a darle la bienvenida y los personajes de la ciudad desfilaban para saludarlo.

Cuando estaba lejos, la correspondencia entre la pareja Negret era frecuente y en cada carta que su madre le enviara, iba un dibujo del "pequeño analfabeta" quien aún no alcanzaba los cinco años. Dibujos en los que le contaba cuanto sucedía a su alrededor. Igualmente, su padre incluía en la respuesta a la esposa una cartica para él; con cariño y humor comentaba sobre los pájaros, las vacas, los paisajes que llenos de colores recibía reiterándole insistentemente: " mi hijo va a ser un gran artista y lo voy a mandar a parís". Estando en Popayán o en las vacaciones de Palacé, la finca de la familia, cada noche les lee historias de viajes, aventuras y personajes. No son las narraciones sobra hadas y príncipes con las que usualmente se arrulla a los niños sino piezas de la literatura universal. Los colma de cariño pero, igualmente, impone con dulzura la disciplina y el orden.

Doña María Dueñas, a juicio del Maestro, es una madre generosa, jovial e infinitamente religiosa,. Jamás se excedía y estrictamente hace cumplir sus mandatos y los señalados por el padre ausente. Junto con los hijos mayores, goza las destrezas manuales del pequeño Edgar y orgullosa las comparte con los amigos y familiares que a diario visitan esa casa de puertas abiertas que era el hogar de los Negret. Al niño le encantaba dibujar. Recuerda que siempre tuvo en sus manos un lápiz y unas tijeras porque cortar papel significaba una de sus mas gratas diversiones. Por eso es el personaje de cada reunión y lo invitan a demostrarlo: "Haz un ángel pero empieza por la nariz" o "..empieza por el ala" o"…empieza por la cabeza". Y lo logra sin ninguna dificultad. Un buen día le vende uno de estos ángeles al tío Marco Tulio y con el peso que le paga, compra sus primeras tijeras. Así, quienes le aman son puntuales de su vocación creadora.

Doña María, a más del inmenso afecto materno y de los ciudadanos que le brindara - con frecuencia delegados a las hijas mayores, quizás por el cansancio de tanta crianza-, influye decisivamente en la vida del futuro Maestro. Cuando Edgar Negret alcanza los siete años, se convierte en su compañero de muchos momentos: van juntos a la iglesia y a las misas. Las procesiones de Semana Santa y el mes de la Virgen, son presagio de lo maravilloso para este pequeño que poco a poco se enamora del misterio que envuelve la ritualidad religiosa. Es un espacio en el que también se refugia para disfrutar la soledad que desde niño le engolosina, muy posiblemente por su condición de "hijo único" en medio de tantos adultos con intereses, diversiones y amigos distantes del mundo infantil. El incienso, las velas, las procesiones de santos en andas, le inducen al éxtasis; los altares de Corpus Cristi y la mágica simetría de floreros rojos, amarillos y blancos, horadados por el lúdico destello de candelabros dorados, lo deslumbran al extremo de colocarlo a la espera de que algo asombroso sucediera. Aún hoy esas imágenes están vivas y en el marco de ellas monta una de sus últimas exposiciones: en esculturas dispuestas a trasluz de sus recuerdos, recoge en ara símbolos mitológicos precolombinos: el maíz, el agua, el sol, la serpiente emplumada…

¡Qué no decir del Angelus que a las doce del medio día y a las 6 de cada tarde entonaba su madre desde el patio de la casa!; era su forma de convocarlos para el rosario en familia. Todos le contestaban desde el lugar donde se encontrarán. Tenía una voz misteriosa, cálida y profunda … Escucharla rezar el rosario y las letanías, igualmente suscitaba en él inmenso regocijo: eran cánticos que se repetían candenciosamente, una y otra vez; reiterados, como las piezas de sus esculturas.

El costado interior de la casa de los Negret cuenta con un gran huerto en el que, silencioso y feliz, el niño pasa la mayor parte del día dando vuelo a su inquieta imaginación. Colmado de plantas, de flores, de pinos, de cafetos y de rincones oscuros que él explora hasta encontrar las paredes en donde dibuja sus fantasías. Inventa extrañas construcciones que lo llevan a permanecer largas horas trepado en los árboles. Esta experiencia le permite descubrir, siendo aún muy niño, que " …todo estaba dentro de mí y lo de afuera, poco me interesaba". La ciudad, por ejemplo, no la conocía y en su primera salida solo, se pierde a dos cuadras de la casa. El territorio ideal de su infancia es el huerto y también la finca familiar, Palacé, donde goza con las mismas aficiones.

El inmenso amor de los suyos, contribuye al aislamiento. Por temor quizás a que aprendiera "lo indebido", no querían enviarlo a una escuela. Entonces, convencen a doña Pepa Mosquera, una querida vecina, para que le dicte clases en su casa, situada a cincuenta metros de la de los Negret. Más adelante, entran otros niños y el lugar se convierte en notable colegio de la ciudad.

Es tanto el amor y tanta la ternura que rodea los primeros años de este creador que, ciertamente, crece en un "tibio nido", ajeno al dolor y al sufrimiento. Así el tema de la muerte les era vedado a los menores: los alejaban de ella y, sin traumatismos, de pronto se encontraban vestidos de riguroso luto para acompañar algún duelo familiar. Según el Maestro, ese colosal afecto de los tiempos infantiles lo dota de profunda seguridad ante el mundo, brindándole una especie de áurea protectora que ha sabido preservarlo ante los avatares de su intenso trasegar por la vida.

La lectura, una gran pasión

En Edgar Negret existe algo de eso que coloquialmente llamamos "vena artística". Un tío, gran arquitecto, construye la Catedral de Popayán. Una tía pinta con cierta Destreza y su hermano Gerardo también lo hace en su primera juventud y, febrilmente, en sus últimos años. Sin embargo, su padre quería que ampliara horizontes para elegir el futuro y por esto insiste en que concluya su bachillerato. Lo cursa en la universidad del Cauca sin que se destacara, precisamente, como el mejor de los estudiantes. En palabras de Daniel Samper, en lo único que podía "soplarle" a sus compañeros era el dibujo, tarea que ocupando un lugar importante en sus apegos, se ve un tanto desplazada por la lectura que se erige como la gran pasión desde su adolescencia.

Los años transcurren en un ambiente de hondura religiosa: la bondad, la verdad y el orden son algunos de los valores privilegiados por la educación familiar. El pecado es desconocido en ese espacio casi angelical de su primera época. Por eso, hacia los quince años quiere ser santo pero San Juan de la Cruz y su poesía lírica empiezan a disuadirlo: la "Sabiduría al Monte Carmelo" le revela que para empezar la ascensión a este Monte se requiere humildad y el sólo pensar que uno es humilde se torna ya en un acto de rebeldía. El joven Negret comprende que en su alma no hay espacio para tanta sumisión. Así se trunca esta beata vocación. No obstante su calidad de provincia, hacia 1935 Popayán es un pequeño emporio cultural. Luz Valencia, hija del Maestro Valencia -con quien Edgar Negret conversa frecuentemente-, es la gran amiga: intercambian libros e inquietudes en largas discusiones. En la misma forma, departe con Reinaldo Muñoz Zambrano, con Aurelio Caicedo Ayerbe y con diversos intelectuales que han transitado por estas tierras. Este clima contribuye a su fervor por la literatura: Shakespeare, Wilde, Proust, Mann, joyce -al amparo de las cavilaciones de Jung-, entre otros, ocupan la mayor parte de sus lecturas. Y el descubrimiento de Rilke resulta para él maravilloso; no sólo por la majestad de su poesía sino por las enseñanzas que, en los cimientos de su vocación y de sus inquietudes artísticas, recibiera de sus "cartas a un joven Poeta ":

"Pregunta usted si sus versos son buenos …Nadie puede aconsejarle ni ayudarle, nadie, nadie. Hay sólo un único medio. Entre en usted. Examine ese fundamento que usted llama escribir; ponga a prueba si extiende sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón; reconozca si se moriría usted si se le privara de escribir. Esto, sobre todo: pregúntese en la hora más silenciosa de su noche: ¿debo escribir? Excave en sí mismo, en busca de una respuesta profunda. Y si esta hubiera de ser de asentimiento, si hubiera usted de enfrentarse a esta grave pregunta con un enérgico y sencillo debo, entonces construya su vida según esa necesidad: su vida, entrando hasta su hora más indiferente y pequeña, debe ser un signo y un testimonio de ese impulso".

Son consideraciones que Edgar Negret lleva a "la hora más silenciosa de su noche" para responder con el testimonio rotundo de su obra y de su vida.

Hacía la ruptura con la academia

Así provisto de juiciosas herramientas conceptuales y estéticas, este joven decide estudiar Bellas artes, ante la mirada comprensiva y complaciente de quienes le circundan. Viaja a Bogotá pero el ambiente lúgubre de la Escuela en esta ciudad lo conduce a Cali donde encuentra enormes ventanales, luz, color, profesores académicos y espléndidos hombres y mujeres que moldeando desnudos empiezan a mostrarle la inagotable belleza corporal humana: la total armonía entre un brazo y cuyo músculo emerge hacia delante como respuesta a otro que se hunde atrás; o, cómo un extremo se encuentra candenciosamente con otro diferente… Cuando logra dibujar una figura humana desnuda, dueña de enormes pies construyendo una profunda perspectiva, entiende que, en ese momento, su territorio es el dibujo: ante el asombro de los maestros, pronto alcanza un excelente dominio de la técnica. Sin embargo, observando los dibujos de esta época, los expertos reconocen que ya este novel artista había descubierto el espacio como elemento más interesante incluso que la forma.

Si bien a la Escuela ingresa como pintor, por reglamento, debe conocer el modelado; al igual, quien optara por la escultura, estaba obligado a aproximarse al dibujo y al color. Edgar Negret afirma que cuando tocó el barro y se enfrentó al volumen, a las formas y a las sombras, supo que su mundo era el mundo de la escultura. Aprende las técnicas y, total avidez, moldea en yeso, une y pega piezas y asiste a cuanto curso programara la facultad en horarios adicionales.

Siendo aún estudiante, en 1940, muere su padre tras penosa enfermedad. Aquí comienza a "deshojarse el nido" y es el primer gran dolor irreparable en la vida de este Maestro. Al poco tiempo, se gradúa con honores pues tres veces sube al podium para recibir las distinciones otorgadas a los mejores alumnos. Regresa a Popayán cuando empieza a dudar de la academia en tanto ya no plantea retos a este joven creador.

Vuelve a la casa materna y la amistad con su madre se estrecha intensa y progresivamente hasta convertirse en su mejor amiga. Acostumbrado a los espacios magníficos de la Escuela de Cali busca un lugar para su taller. Encuentra una pequeña casa de espacios reducidos que lo aprisionan. Entonces , Edgar Simonds, alcalde de la ciudad y entrañable amigo de la familia, lo invita a ocupar el antiguo Convento de San Francisco, deshabitado desde hacía muchos años y depósito de viejos papeles que fueran quemados, ignorando su carácter de archivos de la Colonia. Así, los comedores de los franciscanos de antaño se van convirtiendo en el inmenso y luminoso estudio de Edgar Negret al que en las tardes concurren los amigos para visitarlo.

Allí da rienda suelta a su rebeldía, inicia la ruptura sin contemplaciones con cualquier convencionalismo. Intuitivamente, sin la mediación de discursos o teorías, comienza a ahuecar los objetos; descubre a la línea como forma de expresión que envuelve los espacios conformando ritmos. Inmerso de lleno en el volumen y buscando problematizar su obra, aborda la simplificación. Técnicamente le molesta ese brazo que irrumpe en el espacio sin lograr unirse a la masa central del cuerpo. Y resuelve amputar para enaltecer el torso. Se remonta a la escultura greco-romana que muestra la belleza alcanzada por la unidad de la idea. Se trata de negarle a la obra lo accesorio. Recordaba a Miguel Angel; una verdadera escultura tendría que lanzarse por un rodadero y lo que quedara de ella era lo que debía ser. A su vez, encuentra que al caer la luz se pueden suprimir partes de una pieza. Esa luz daba impresiones de cosas que fue descubriendo por su cuenta. A la manera de Rodin, a quien apenas conocía, busca alterar las superficies para que la luz irrumpa provocando movimiento. Es su lucha por atrapar el resplandor exterior …

En este período temprano de su vida artística, Negret había recorrido ya gran parte de la historia del arte: desde los griegos hasta el renacimiento cuando se halla al ser humano y se le convierte en centro del universo; cuando se disecciona su cuerpo y se observa que posee corazón y que, además, ese cuerpo es infinitamente bello. Transita el camino hasta llegar a Rodin. Pero la genialidad de ese proceso radica en que, confinado en Popayán, el Maestro no conocía esa historia. Sin embargo, en pequeño la repite …

En el arte todo es posible: las enseñanzas de un Maestro

Jorge Oteiza, afamado escultor vasco, junto con un talentoso pintor español, fue contratado por su gobierno para realizar una investigación sobre el arte precolombino, recorriendo el continente desde Argentina hasta México. Estando en Buenos Aires y en razón de la guerra Civil Española, se le suspende el contrato. El pintor decide marchar hacia México en donde a los pocos días muere. Esta tragedia ocasiona una abismal crisis en Oteiza, quien por diversos trabajos realizados, entre otros un busto de Perón, era ya memorable en Buenos aires. Por gestiones de nuestro embajador en ese país, el escultor es contratado como profesor de cerámica para diversos proyectos en Colombia. El y su esposa vasca llegan a nuestro territorio en 1944. Se traslada a Popayán en su afán por conocer la cultura de San Agustín y como Maestro de la Escuela de artes y Oficios.

Un buen día, Edgar Negret, en compañía de una sobrina, caminada por uno de los parques de la ciudad cuando se encuentra con una singular pareja, a todas luces extranjera: élla, de ojos azul intenso y él, pequeño, con su barba larga parecía un ruso; el rostro cetrino denunciaba su reciente enfermedad. Con un dejo de soledad, silenciosos tomaban el sol. En tales circunstancias alguien los presenta iniciándose en ese momento una intensa conversación que aún no concluye.

Negret lo invita a su estudio y con enorme regocijo este hombre que como nadie conoce y siente el arte universal, contempla no sólo el espacio luminoso y amplio sino un conjunto de obras que ocupan distintos rincones del salón. Así, se enfrenta a una enorme efigie para ser cargada en las procesiones de Semana Santa: Una figura que avanza de cabeza, inclinada y gestualmente atrevida; el hombro gira dentro de su gran saya. Negret ama la poesía inconclusa de la que tanto se habla en aquella época y ella se introduce en su obra: corta la cabeza o los brazos o los pies de una escultura aparentemente concluida; de pronto suspende el torso en el aire y éste se torna fascinante, colmado de sugerencias … Oteiza observa también, la cabeza soberbia de Alberto Arboleda, ilustre payanés residente en Europa, y deslumbrado, repite: "¡… Aquí está Rodin… Aquí está Maillol…!". Pero Negret jamás había oído este último nombre. El escultor vasco no comprende cómo logra, recluido en Popayán, aproximarse a los problemas de la simplificación en el arte.

En principio, todos los días visita el estudio y sólo con su hablar irradia sabiduría; luego, en el nacimiento de una profunda amistad, se traslada a este recinto, asumiendo sin pretenciones la condición del maestro que nunca Negret había tenido; también aquel carecía del alumno dialogador. Es el comienzo de una fecunda relación: le muestra las infinitas posibilidades de la creación; le enseña que todo es factible en el arte.

Libros, artículos, revistas especializadas, reproducciones y fotografías, circulan de unas manos a otras, convirtiéndose en el pivote de sus discusiones. Moore, Maillol, Brancusi, Rodin, entre otros, engrandecen su visión del arte. Pero, por encima de todos, Oteiza es el invaluable mentor, el Maestro generoso al cual, en palabras de Negret, empieza hoy a parecerse: en la agresividad escultórica, en el desprecio por lo fácil y por los éxitos inventados.

Esculturas dramáticas que suscitan escándalo

Su obra comienza a transformarse. El hueco, presente desde el punto de vista temático, adquiere una dimensión plástica: a más de aligerar volúmenes, se convierte en maravilloso elemento expresivo. Así, realiza en 1947 el "Job" de ojos-huecos y boca desmesurada que lo transmuta en grito; era el espacio interior del que hablaba Oteiza. Inmerso en la poesía, concibe la "Cabeza de Walt Whitman" a modo de un bloque penetrado, en el estilo de Moore. Igualmente, un "Barba Jacob" como lo llama al viento, desgarrado, dramático. Y "Gabriela Mistral": un pájaro al vuelo, natural, amplia, suave y de ojos inmersos. En 1948, simplificada a lo esencial del tema, elabora "La anunciación": un torso que se abre de piernas ante las palabras del Arcángel: un gesto de entrega como mujer ante el anuncio de su próxima maternidad.

Con algunas de estas obras, viaja a la capital y participa en el salón Nacional de Artistas de 1947. Cuando se montaba la exposición, de una de las cajas que contienen sus esculturas cae accidentalmente, se abre sola y aparece una virgen-maternidad de formas redondeadas y atrapadas con líneas que, desde ese instante, provoca enorme alboroto: jamás la esperaban viniendo del pacato Popayán. Con sus obras, "el escultor de ojos sonadores" -como lo llamara un columnista de El Espectador-, suscita el gran escándalo: la mayoría le ataca, pero, unos cuantos entienden su posición de vanguardia; le ven como profeta de un proceso que se gesta en distintas altitudes del planeta.

Edgar Negret visita la fría y gris Bogotá con alguna periodicidad, permaneciendo a lo sumo durante dos meses. Frecuenta los cafés que por aquel entonces congregan a un grupo de selectos intelectuales y de grandes amigos: Andrés Holguín, Daniel Arango, Germán Pardo García, Gaitán Durán y tantos otros. En las tardes se reunían para conversar y jugar al poker en el que siempre el Maestro termina como perdedor y sólo con los centavos para pagar el tenebroso tranvía que lo regresara en las noches a la casa de su hermana. Ciertamente para Negret, la famosa bohemia bogotana no resulta tan fecunda y elocuente como generalmente se le califica.

En 1948, después de vivir el cruento bogotazo que impide la realización de una exposición en la que participaría con Ramírez Villamizar, regresa a Popayán. Largas horas dedica a conversar con su madre como presintiendo la proximidad del fin: recorren los álbumes familiares tras los recuerdos de la infancia. Indefectiblemente la acompaña en las mañanas a regar el jardín en donde el colorido de las azaleas, los geranios, las rosas y los pensamientos, revela la ternura y los cuidados de doña María. Esta mujer, más que temerla a la muerte, le temía al sufrimiento que podía antecederle. Por eso en cada rezo le pedía a Dios que la llevara de súbito; sin aflicciones ni agonías. Y así fue: sintió un dolor en el pecho y en media hora partió para siempre, dejando al hijo consetido sumido en la más honda soledad. Encadenado a la evidencia rotunda de la fragilidad del "nido" y la congoja ante lo efímero del mayor de sus afectos…

De la selva tropical a la selva de concreto

Frente a la imagen derruida del mundo familiar, Edgar Negret decide el gran desplazamiento de su vida que, contrario a los pronósticos familiares, duraría quince prolíficos años, un largo período habitando en importantes ciudades y recorriendo fervoroso los más diversos rincones del mundo donde el arte tuviera presencia inusitada. Con un mapa en sus manos, se da cuenta que Nueva York está cerca y que ningún artista colombiano se interesa por ese lugar. Todos quieren viajar a parís y lo que había conocido de esta ciudad eran sus profesores que, en verdad, no resultaron ni lo mejor ni lo más interesante.

Un amigo paisa y su señora, antiguos residentes de Nueva York, en sus cartas le insisten sobre las posibilidades que este medio brinda a los jóvenes artistas. Se anima, prepara el equipaje y en enero de 1949 viaja a la gran metrópoli. Obviamente la consternación familiar fue total: no era posible que "el niño" -así lo viera siempre, seguro que por ser el menor se marchara tan lejos y solo, cuando ni siquiera sabía calentar un agua. Gerardo, uno de los hermanos mayores, los tranquiliza: "Edgar no resiste seis meses porque es demasiado mimado. El viaje será de vacaciones".

Tres lustros estuvo fuera pero, en el fondo, el Maestro sabía del retorno. El único lugar donde se quedaría definitivamente era Colombia porque, a pesar de ser, en palabras de Negret, el sitio que menos se interesa por el arte, vivir en su tierra lo llena de libertad: ante nadie debe arrodillarse ni se ve obligado a transformar su obra según apetencias imperiales. Por eso siempre se sentía de paso: conociendo, aprendiendo enriqueciéndose y consolidando su creación que jamás ha caminado sola; lejos de ello, ha crecido íntimamente ligada a cuanto a él le acontece. Los diferentes ambientes que lo han acogido, han permeado su ser y esto se refleja en su trabajo.

Llegar a Nueva York fue como una aparición. Paradógicamente, era una prolongación de lo nuestro: la misma selva pero en cemento armado y dueña de su propio orden; un orden tan obvio que le resulta maravilloso porque la exactitud y la máquina son la constante. Esa máquina vista por Negret como formas, como aparatos en movimiento, como ruedas que se empujan unas a otras al servicio de lo funcional.

Puertas que se abren y se cierran solas sin atropellar al transeúnte. El café o el pastel caliente -que las señoras de su pueblo elaboraban en cuatro horas-, en segundos sasalen de una máquina tras pulsar un botón. Pero su mayor asombro lo provoca el semáforo: absorto se paraba en una esquina a contemplar el tumulto de gente que, tras el cambio de una luz, automáticamente se mueve y luego, ante otra señal, frena como pr encanto para dar paso a la avalancha de automóviles que se desplaza por las vías. Frente a la estupefacción del joven escultor sus amigos sólo atinaban a repetir: "Usted tan elegante, tan sofisticado, parece recién salido del monte …" Se olvidaban que venía de Popayán.

Da con un mundo regido por dioses poderosos; un paisaje guiado por el misterio y la magia. Un orden riguroso que evoca el de una familia orientada por un padre militar y una madre hondamente religiosa. Quizás por esto la lógica que impera en aquella ciudad inicia un acucioso proceso de seducción hacia Edgar Negret quien muy pronto comienza a transformar su obra. La libertad del ambiente igualmente cautiva: la belleza y la espontaneidad de sus gentes; su concepto del cuerpo y de la sexualidad, ejercida al margen de los tabúes y convencionalismos de su terruño.

Los amigos le acompañan, buscándole espacios para su creación. Así llega al Clay Club Sculpture Center, un experimento donde se reunen gran cantidad de artistas que en absoluta autonomía, trabajan sin profesor. Se matricula y, confinado en un rincón, amasando su primitivo yeso, tímidamente observa la pasión de todos por la técnica: fervorosos laboran el metal en directo, provistos de gafas, de chalecos en cuero y complicados aditamentos que convierten el lugar en un espectáculo en el que las chispas y el humo le recuerdan los juegos pirotécnicos de muchas de nuestras celebraciones populares.

Una tarde de primavera, visitando la que entonces se llamara Bucholz Gallery, se encuentra con la más grande experiencia de este período: la obra de Alexander Calder para quien Oteiza lo había preparado en tanto ya comprendía que en el arte todo era posible. Esculturas en hierro colgadas; láminas en llamativos rojos y negros, suspendidas en el aire y con movimiento propio mostrando lujuriosas sus bellísimos atributos. Delirante, Negret regresa a la exposición. En la tercera oportunidad, al abrir las puertas de la galería, el viento penetra y las esculturas empiezan a danzar con infinita sensualidad: "¡Era américa! ¡Era la selva". Y se enfrenta a lo suyo en busca de la lección: la escultura de Calder exhibe sus encantos ante un espectador inmóvil. La de Negret exige ser recorrida: darle la vuelta para observar sus caras… Sumido en la fascinación entiende, sin embargo, que no es lo suyo. Se nutre de Calder pero con la absoluta certeza de seguir una ruta diferente.

A los pocos meses le invitan a exponer la obra; el Maestro se resiste argumentando su "debilidad" en la técnica ante el culto que allí se le rendía. Participa con su "Vaso con una flor" en el que simplifica formas, todavía con elementos que permiten encontrar el tema, característica de su etapa figurativa. Recibe gran crítica y con fotografía de su "Vaso", aparece en un importante periódico neoyorquino que lo saluda como "talento joven y prometedor". En un medio tan competido logra ya aceptación porque, como él lo sabe, en el arte lo bueno tarde o temprano se impone.

Continúa con los mismos temas aún cuando las técnicas preludian sustantivas modificaciones. Empieza a soldar pero sólo utilizando pequeños puntos y no los chorreones que hacían la moda del momento. Lo religioso permanece incólume. Concibe así el "Rostro de Cristo", elaborado en hierro con alambre; es un ramazón pegado a medias y por ello provoca rechazo. Perfecciona conocimientos y destrezas. Experimenta nuevas técnicas y materiales y, evocando nostalgias familiares, realiza "Pájaro en el nido" y "El nido": volúmenes vacíos que aún conservan alusiones figurativas pero que, con paso firme, se encaminan hacia el abstracto.

"Mi hijo va a ser un gran artista y lo voy a mandar a París"

Edgar Negret decide continuar errante y a fines de 1950 viaja a París. Al llegar, la imagen de su padre es recurrente: se cumplían sus predicciones. Se encuentra con Andrés Holguín, su amigo de todo momento. Expresándole el deseo vehemente de conocer a Brancusi. A las nueve de la mañana del día siguiente estaban, junto con otros americanos, en el estudio de quien, después de Rodin, es considerado el ertista más notable de la plástica contemporánea. Un viejo muy viejo, de piel blanca y canoso, les abre la puerta. Como era su costumbre, vestía pijama y un hermoso sombrero. Son su mirada maliciosa, jugaba como un niño travieso: las obras estaban cubiertas con telas; de improviso descubre una de ellas que empieza a girar sobre una base de espejo redondo en la que se aprecia al Recién Nacido, elaborado en bronce, pulido con absoluta maestría. Giraba lentamente y Brancusi observaba las caras atónitas de los visitantes. Recorren el estudio y cada pieza es un milagro. Allí comienza las repeticiones: una misma figura -en yeso, en bronce, en madera-, diferente a las demás no sólo por el material sino por sus dimensiones. Negret retorna a este estudio en distintas oportunidades pues una pareja de artistas amiga, era vecina del gran escultor romano, residente en París desde 1904. En cada visita, encuentra nuevos y valiosos elementos que enriquecen e influyen su proceso creador.

Recorre fogoso las iglesias de la ciudad y con mística participa de cuanto concierto de música sacra se presentara en ellas. De esta manera logra solazar su espíritu. Por las limitaciones de espacio, regresa al barro. El interés por la forma va creciendo y, sin dejar de ser religioso, quiere renunciar al tema. Apela a las figuras que traía de Nueva York, esto es, las mismas que lo acompañan desde Popayán: "La Anunciación", el "Rostro de Cristo" … sin pensar en lo que significaron encuentra el camino en la simetría; en la repetición de dos formas siente lo religioso y reiterándolas inicia su serie de "Simétricos". Entre 1952 y 1953, elabora además "San Sebastián" y "Dirección sur", exhibidas, junto con los simétricos, en una galería especializada en lo más experimental del arte francés. Era el único participante americano. Fue aceptado porque Negret siempre cayó en el centro interesante de cuanto se realizara. Jamás perteneció a guetos y por eso hoy sus grandes amigos son los grandes maestros en los más disímiles lugares de la tierra.

En esta primera etapa de parís, se producen cambios rotundos en su técnica, en sus materiales, en su estilo. Abandona la referencia al objeto y, obsesionado con los simétricos, algo, principia a intranquilizarle: al dar la vuelta a cada un de sus nuevas esculturas, el espectador se encuentra con la misma imagen que había dejado atrás pero pasando por las imágenes laterales diferentes …

Su espíritu pertenece al trópico y le molesta el clima de este país que reduce los días ocultando al sol en noches interminables. Por esto acepta una invitación para trasladarse a Mallorca, isla en donde la luz reina en todo su esplendor.

Al encuentro del color

Tras las huellas de Gaudí, antes de zarpar hacia Mallorca, decide quedarse algunos días en Barcelona. Conoce la Sagrada Familia, catedral inconclusa que por un poco le provoca infarto en tanto cada detalle de su construcción se convierte en símbolo: el proceso de la creación del hombre; las torres y sus remates que giran incesantemente. Una vez más era la repetición: "repeticiones que, como en la religión, conducían al éxtasis".

En Mallorca se ubica en la Plaza de Gomila denominada por los turistas la "Plaza de Gomorra", en uno de cuyos bares escuchó por primera vez el concierto de Aranjuez. Vive cerca al castillo de Belvedere, dueño de una de las colecciones de cristalería etrusca más hermosas del mundo, visitada por el Maestro frecuentemente. La Isla toda le resulta maravillosa: el sol, la mar, las playas -¡tan distintas a las de Buenaventura!-. En el folclor, bellísimas danzas acompañadas de risueñas castañuelas. La mezcla del catalán y otras lenguas anteriores, configuran un idioma extraño. A Mallorca llegan gentes de los más diversos rincones del planeta, ataviadas con trajes y sombreros de colores abigarrados. Viajar en el tranvía se convierte en una fantástica aventura: parejas que en libertad se besan, idiomas distintos, razas diferentes …

Su artesanía es infinitamente rica: cristales azul claro, verde, caramelo, con los que realizan los más disímiles objetos armados en hierro. Son los mismos cristales que usara Gaudí en sus lámparas majestuosas de la única catedral gótica construida en un lugar tropical como el de Mallorca. Son los colores de los barcos del puerto que Negret recorre en sus caminatas diarias: barcos pintados de rojo, de negro y, después, de otros colores primarios aplicados sobre el hierro, adquiriendo cada vez una apariencia diferente en sus formas peculiares que hablan de partidas, de huidas, de grandes desplazamientos. También, son los colores de las láminas de Calder. De esta manera, el Maestro silencioso, va recogiendo elementos del ambiente y de los artistas que coinciden con él. No es el fenómeno de apropiarse de lenguajes ajenos ni de asumir modas. Es el caminar hacia el encuentro con lo suyo.

Reuniendo colores sobre el hierro, en Mallorca empieza a utilizar formalmente el metal. Al amparo de la luz, del sol y de la mar, Negret labora en tubos negros, tímidamente pintados con puntos rojos, azules, blancos o mezclados. Como carece de un estudio adecuado, arma sus figuras en cartón y lleva los bocetos a donde los herreros artesanales quienes los trasladan al hierro. Después, vuelve en repetidas oportunidades buscando quitarles o añadirles esta o aquella parte. Siempre los herreros lo observan con miradas compasivas: piensan que está definitivamente loco.

Entre los más representativos trabajos de este período encontramos “Construcción acústica”, “Arquitectura submarina”, “Señal para un acuario” y “Señal de tráfico” en los que se manifiestan grandes cambios en su proceso: repetición de elementos, de formas, policromías antes inexistentes y las figuras aéreas, un poco al estilo de Calder, con espacios amplios que se asoman para luego esconderse y en cuyas oquedades se palpa el espacio interior, preludio de hallazgos posteriores. Parte de las obras de esta etapa pertenecen a importantes colecciones: en Argentina, en Canadá, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el grupo Rockefeller.

El Maestro considera que en Mallorca se acerca a lenguajes definitivos. No era Calder, aúnque recordaba cosas suyas: Negret, siendo dinámico por excelencia, guarda las distancias exactas y las direcciones de los objetos no pueden cambiar como sucede en la escultura de esa gran artista. No era Gaudi, a pesar de su obsesión por las repeticiones, eco del atavismo religioso… Relacionándose con gente amable y generosa, fueron treinta meses maravillosos en la vida y en la obra de Negret.

El retorno a París, el retorno a los bocetos

Antes de regresar de nuevo a París, decide pasar por Madrid y visitar a su entrañable amigo, Jorge Oteiza, permaneciendo en esta ciudad durante un año. Era un mundo difícil porque todos vivían del recuerdo de la guerra y sus horrores. Con un grupo de allegados al Maestro vasco, trabajan incesantemente y realizan diversas exposiciones. Dentro del mismo espíritu formal de Mallorca elabora distintos yesos abstractos: “Uptown – Downtown. Homenaje a Nueva York” y “Homenaje a Gaudí”, entre otros.

En 1954 llega a París y huyendo de los reducidos espacios citadinos, se translada a Saint Germain –en- Laye, un pequeño pueblo distante media hora de la ciudad. Se ubica en un bello apartamente rodeado de naturaleza pero incapaz de albergar un estudio que le permitiese continuar en las técnicas iniciadas en Mallorca con la ayuda de los artesanos isleños. Por eso vuelve a los bocetos: doblando, pegando y pintando el cartón, ensaya nuevas formas y colores con mayor libertad. Es el germen de las soluciones logradas cuando descubre los recursos técnicos y materiales concluyentes en el idioma escultórico de Edgar Negret.

El hallazgo de su propio lenguaje

Un año transcurría de su segunda etapa en París, cuando, agobiado por la ausencia de un espacio creador, recibe carta de su querida amiga de adolescencia, Josefina Valencia: lo invita a concursar por una beca que la Unesco destinaba cada año a un artista colombiano y que, infortunadamente, siempre se perdía. Podría especializarse en cualquier lugar del mundo. En su búsqueda de las raíces, inconsciente en ese entonces, recuerda los dibujos estupendos que realizan los indios Navajos, habitantes de un desierto gigantesco al Oeste de los Estados Unidos. No lo piensa dos veces. Decide solicitar la beca y así llega otra vez a Nueva York.

Inmediatamente se desplaza hacia la región de los Navajos, encontrando un universo alucinante. Durante muchos meses se dedica al estudio de esta minoría étnica. Conviviendo con ella, comprende que en la cultura religiosa de las comunidades indígenas el arte es el puente con la divinidad. Las pinturas, realizadas con arena, poseen un carácter eminentemente curativo. La enfermedad llega cuando alguien rompe relaciones con los dioses. En tal caso debe buscarse el encuentro y los responsables son los brujos sanadores, los médicos del alma y del cuerpo. Según las características de la enfermedad asiste el brujo especialista en ella y, al pie del enfermo, elaboraba, en absoluta perfección, nueve dibujos durante nueve noches. Cada línea se relaciona estrictamente con los distintos puntos cardinales, resultando figuras de infinita belleza, misteriosas, mágicas: de pronto una flecha o unas manos en vuelo o una flor en hermosos colores, forjados con piedras molidas: azules, grises, rosas … Y van realizando cada dibujo exacto a como siempre lo han hecho para esa enfermedad. Terminada la obra, el brujo toma distancia y el enfermo avanza penetrando la figura, destruyéndola en rotunda simbiosis. Cuando llega al otro extremo, recoge la tierra, la lanza por la ventana y concluye el ritual en el reencuentro con los dioses. Edgar Negret vibra con el arte Navajo porque en sí es religioso; no por los temas sino porque allí está Dios. Después de esta experiencia, entiende el cansancio del arte europeo. Por eso en Nueva York se siente como en su casa.

El retorno a esta ciudad se da en el auge incondicional de la “pintura de acción”; el imperio de esta escuela sólo podría darse en Norteamérica porque aquí se carece de pasado. Edgar Negret llega “contaminado” de Europa y por ello suscita recelo a pesar de trabajar con los colores y contrastes que lo identifican con esa América Latina violenta y caótica. Las galerías sólo quieren exhibir el arte que literalmente chorrea. El se defiende dictando clases y vendiendo algunas de sus obras.

Por aquellos días conoce a Paul Foster, gran dramaturgo norteamericano a quien ayuda a desistir de sus pretensiones bárbaras de dedicarse a la abogacía: su mundo es el mundo de las letras y a él debía entregarse porque, además, lo maneja con maestría. Con Paul, compañero y amigo de todas las horas, consiguen un bello apartamento que congrega al grupo selecto de escritores, pintores y músicos amigos con quienes comparten momentos de inigualable riqueza. Hacia la década del sesenta, esta ciudad es escenario del mejor teatro, de magníficos conciertos y de importantes exposiciones. Son años de infinitos aportes a la inteligencia y al espíritu.

La resistencia hacia quienes desarrollan su obra en una perspectiva distinta del “arte de acción” empieza a romperse porque el papel de la crítica en este país –como en todos, quizás es definitivo. David Herbert, quien durante algunos años vendió obras de Negret, de Ellsworth Kelly, de Louise Nevelson, abre una pequeña galería y los invita a presentar los trabajos que en ese momento realizan. En septiembre de 1956, al comenzar la estación de eventos en esta ciudad, Kanady, uno de los más notables críticos norteamericanos, escribe en un memorable artículo: “Estoy harto de la “pintura de acción”. No resisto más su presencia…” A los poco días el Museo de Arte Moderno de esta metrópoli inaugura una exposición denominada, “Nuevo clasicismo”, en la que Edgar Negret, junto con quienes no trabajaban el arte de moda, son invitados de honor. El gran escritor O´Hara, llama a este grupo los de la “Linea dura”, augurando un momento de inusitada resurrección.

Con Foster intentan adecuar un estudio en el apartamento. Negret quería llevar al metal los bocetos de París y para ello necesita la soldadura. Terminan consultando al Departamento de Incendios de la ciudad: el lugar tendría que forrarse en materiales no inflamables y, además, utilizar cantidad de sofisticados y costosos elementos. Imposible contar con este espacio. Entonces empieza a ensayar el aluminio delgado que corta con gruesas tijeras, enfrentándose al problema técnico de las uniones. Experimentando en el taller que un amigo le prestara, encuentra que el aluminio se funde a muy bajas temperaturas y que al sólo intentar la soldadura se derrite sin contemplaciones. ¿Qué hacer?. Piensa en los remaches con la idea de unir las piezas y hacerlos desaparecer. Así realiza una obra que hoy pertenece a Lenore Tawney, una gran tejedora norteamericana. Pero por más que lima el remache ofensivamente se dejaba ver. Como jamás las cosas a medias pertenecen a la lógica de Edgar Negret, decide dejar tuercas y tornillos a la vista, alejándose, en materiales y técnica, del trabajo que traía de Mallorca. Ahora, corta a mano, dobla y une en forma visible. Asocia su obra al collage en tanto el proceso es tangible, casi un mecano que se arma y se desarma. El tornillo y la tuerca en principio poseen un carácter funcional: unir partes y mantener las formas. Después, se convierten en elemento estético que se repite aquí y allá, en el mismo sitio en cada vuelta; y las tuercas van por un lado y las cabezas por el otro. Se vuelven elemento constitutivo de su lenguaje. Nadie había usado esta técnica pero a Edgar Negret no le importa: la necesidad lo lleva a ella y descubre que es parte de lo suyo. Al poco tiempo distintos e importantes escultores de este país comienzan a utilizarla.

Conoce y admira lo que otros hacen y, una vez más, corrrobora lo propio. Sabe que él camina por otros rumbos: lo religioso le pertenece y simbólicamente lo expresa, sin dejarse influenciar por nadie. Está respondiendo a necesidades trascendentales en su vida y si bien considera el Maestro que la crítica favorable alienta, jamás se ha desgastado buscando “patrocinadores”.

En 1957 y en el umbral del Negret definitivo, realiza la serie, “Aparatos Mágicos”. Aparatos mecánicos elaborados con un sentido misterioso porque en ellos se anida la magia de América Latina. Objetos fascinantes que se mueven con exactitud; es la gran síntesis del aparato sin oficio y del aparato mágico. Son estructuras de metal, recortadas y ensambladas con tuercas y tornillos a la vista, a los que aplica colores planos. Esculturas frontales y fundamentalmente llanas, con ligeros relieves producidos por el doblez de las láminas.

De este período es también “Kachina” y las series “Vigilantes” y “Máscaras” que hablan de un estilo propio y perentorio: en la técnica, en el material y en el proceso. Parte del talento de Edgar Negret radica, sin lugar a equívocos, en “ir escogiendo lo necesario dentro de lo posible del momento”. La travesía de este gran Maestro le permite, también, la convergencia simultánea de la liviandad y la resistencia, condiciones indispensables para sus voluminosas esculturas en “equilibrio inestable”. Es el oráculo ante sus sueños y sus fantasías.

El orden es su respuesta al caos

Quince años habían transcurrido cuando, en el auge de su obra en Nueva York, una mañana recibe la noticia de la enfermedad de Gerardo a quien a más del afecto fraterno, lo une su interés por la pintura. A ella se dedicó compulsivamente en los últimos años abandonando su profesión, sus amigos y, en cierta medida, hasta su familia. El llamado es perentorio: padecía un cáncer terminal y le quedaban pocas horas de vida. Ese mismo día viaja a Colombia y encuentra al hermano debatiéndose en el tortuoso preámbulo del fin. La noche transcurre en un diálogo en el que se agolpan recuerdos, añoranzas e ilusorios proyectos. Gerardo ignora la magnitud de su dolencia agazapada y por eso su expresión de horror es total frente a la llegada inusitada del sacerdote y la extremaunción. Jamás el Maestro olvida su mirada de pánico ante la presencia abrupta de la muerte. Amaba profundamente la existencia y con ahínco se aferraba a ella. A las pocas horas expira, continuando el adiós de los hermanos. En su ausencia habían muerto Ana Luisa y Carlos.

Paradójicamente Negret parte y retorna a su patria, incitado por la ruptura de la unidad familiar. Pero su regreso esta vez es defnitivo. Los primeros años vive en Cali y en este período mueren Efraín y luego, Leonor y Rafael. Decide trasladarse a Bogotá para estar cerca de Alicia, lo único que le queda del “nido”.

Llegar no fue fácil. De una parte, su país es diferente al que había dejado tres lustros atrás. De otra, viene de lugares donde el orden se impone pues hasta la naturaleza es domesticada: parques de césped perfecto, árboles podados cuadrados o redondos, flores alineadas según sus colores… Regresa de espacios donde todo funciona porque también la gente obedece disciplinada. ¡Y se enfrenta a la eclosión de este caos!. Paisajes agrestes, exuberantes, de verdes desbordados. La anarquía de sus gentes, el desorden, la violencia … Un mundo que, no obstante, se le antoja fascinante. Su obra, una vez más, se ve sitiada por inquietantes preguntas. No eran respuestas para el sofisticado orden europeo sino demandas que emergen de la bravura del trópico.

El Maestro se vincula como profesor de la Universidad de los Andes; allí tiene su estudio en el que extasiado cavila sobre tantos interrogantes. Desde las primeras obras de Popayán su preocupación fundamental es el equilibrio, el balance entre la curva y la recta, enseñado por la armonía de la belleza corporal humana. Y de pronto, un día empieza a encurvar la lámina. No es un ejercicio racional, sino la solución espontánea a exigencias contundentes. A pesar de este imperativo, no sabe cómo lograr la curva y ensaya de mil maneras. Un carpintero amigo le cede un espacio en su taller y utilizando formaletas insistentemente golpea el aluminio con funestos resultados. Un viejo trabajador observa sus intentos fallidos y, con la autoridad del que sabe, le dice “así no lo logrará jamás”. Toma dos tubos, los agarra con las prensas, introduce las láminas y las curvas aparecen. ¡El Maestro casi se arrodilla ante semejante milagro!.

Desde ese momento se hincharon las formas de sus esculturas convirtiéndose en defensa ante el surrealismo cotidiano que le circunda. No podía apelar a un orden distinto. Debía recurrir a elementos del caos para enfrentarlo con un “desorden organizado”. Para Negret, así surgen las grandes civilizaciones. Los egipcios, víctimas de devastadores fenómenos naturales, como respuesta, construyen la pirámide: la forma más perfecta elaborada por la humanidad. Esta pirámide que Oteiza, inmerso en Einstein, paraba en la punta: la abría con el propósito de que las ideas crecieran y se lanzarán por el cosmos regresando al punto de partida.

En este período Edgar Negret, a más de reñir con la técnica para incorporar nuevos elementos, se imbuye del paisaje desmesurado y fresco de nuestra enigmática babel colectiva. Quiere para sí un vocabulario más americano, más de su entraña. Se apropia del entorno y su lenguaje adquiere nuevo dinamismo, aproximándose a lo agresivo. La obra se torna compleja: por primera vez, usa la diagonal; las formas adquieren insospechada riqueza y obsesionado por el balance estético busca alejarse de la curva procaz. De suyo son obras demasiado expresivas. Por eso disminuye los colores hasta utilizar sólo uno plano para cada escultura. Imposible pensar ahora en los usados dentro de los Aparatos Mágicos.

Al encurvar la lámina alcanza su madurez estilística en la combinación de curvas y líneas que añaden infinitas posibilidades plásticas a los pliegues y dobleces que traía de Nueva York. Series como “Navegantes”, “Acoplamientos”, “Puentes”, “Escaleras”, “Edificios”, o “Metamorfosis”, son la respuesta de Edgar Negret a lo laberíntico- irracional palpitante en la cultura física y social del trópico: “un lenguaje escultórico pleno de orden lógico, disciplina, rigor, coherencia”.

El Bolívar que lo llevó a los Andes

En 1979 América se prepara para conmemorar el sesquicentenario de la muerte de Bolívar y nuestro Maestro regresa de París donde participaba en la Feria Internacional del Arte Contemporáneo –FIAC-. Allí se había comprometido a realizar exposiciones en once países diferentes. Empieza a prepararse en este empeño cuando el gobierno colombiano de entonces, a través de uno de sus ministros, le propone verbalmente un monumento homenaje al Libertador. Este personaje le es familiar desde la infancia en razón de los intereses intelectuales de su padre. Además, el lugar concebido para el monumento es el gran parque en el que se hallaba la iglesia construída para una de las visitas papales a Colombia. La propuesta resulta sugestiva: el espacio fácilmente propiciaba la creación de un ambiente ceremonial muy ligado a las apetencias religiosas del Maestro. Por estos dos motivos decide clausurar las exposiciones y aceptar la realización del proyecto sin que mediara contrato formal alguno.

Así se inicia el estudio infatigable sobre este paladín de la libertad. Indaga hasta el último vestigio de sus hazañas y se remonta a los Andes para sentir el personaje y comprender la grandeza de su periplo. Estas montañas lo vieron recorrer con sus huestes tantas distancias como pocos hombres lo han hecho en la historia de la humanidad. Concibe una obra monumental transitable de absoluta vigencia en la escultura universal: seis cuerpos de concreto sin revestimiento, de veintiocho metros de altura, con una base de cincuenta por sesenta metros, sobre una plaza de ochenta metros cuadrados. Es un monumento de dimensiones andinas, simbolizando en su lenguaje los seis países bolivarianos por su independencia. Todo se podía recorrer contemplando el paisaje. En los techos redondeados están los seis países unidos conforme al mapa ideal del Libertador. Sobre cada uno y como lección histórica, desfilan las batallas de Carabobo, Pichincha, Boyacá…; además, las rutas y los congresos libertarios. La obra y el mensaje marcharían hermanados. La planta baja albergaría una biblioteca y un museo bolivarianos.

A los siete meses de avanzar el proyecto, con calculistas e ingenieros a bordo, el gobierno y su emisario le comunican al Maestro que un grupo oficial de historiadores está interesado en conocer su propuesta. Muy atildados y circunspectos le visitan en el estudio. A los pocos días, y ante el estupor del escultor, aparecen en los principales periódicos del país diversos artículos intolerantes que atacan el proyecto: argüían que la complejidad de la obra impedía su entendimiento. En el fondo del problema, dos concepciones tradicionales de la historia y del arte eran las protagonistas en la sinuosa argumentación de los opositores. Primero, la posición santanderista debía impedir un homenaje a Bolívar de semejantes dimensiones. Segundo, la postura de quienes sólo conciben la simbología figurativa en desmedro de otras posibilidades creadoras del arte que igual pueden educar y recrear al pueblo.

El gobierno cede a las presiones, se declara en ignominioso silencio y muere un proyecto que extendía los alcances sociales y públicos de la obra de Edgar Negret. Pocos años después, le ofrecen la Cruz de Boyacá. El Maestro la rechaza porque en su casa está la primera otorgada por el país y entregada a su padre en 1919. También, porque es alérgico a las condecoraciones y al boato de estas ceremonias de himnos, de banderas izadas y de asientos enfilados. En Colombia sólo ha aceptado la Orden de San Carlos, recibida junto a Alejandro Obregón en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Gloria Zea los convenció y accedieron para favorecer al Museo.

La búsqueda de las raíces

Desde la muerte de Alicia en 1967, “última sobreviviente de ese lento naufragio familiar" ” al carecer de asidero para combatir la soledad amarga, convierte la búsqueda del pasado en el eventual incentivo de su vida. Se dedica a averiguar los orígenes de la familia porque, como lo señala el Maestro. “trataba de restituir el vínculo con lo mío”. Tras fotografías, cartas, conversaciones diversas y muchos libros, arriba hasta los tatarabuelos de sus tatarabuelos descubriendo sólo sus raíces hispanas, bellamente recogidas por Daniel Samper en la publicación “Uno, dos y tres. Nada que ocultar”.

De otro lado, el interés por las culturas precolombinas ha sido una constante fundamental de su vida. Al llegar a Colombia progresivamente penetra esos mundos no sólo en el estudio riguroso sino conociendo y adquiriendo piezas que le enseñan las contingencias inmensas de estas sociedades. El Museo del Oro, San Agustín y Guatavita son lugares que frecuenta incesantemente porque en ellos siente palpitar los ancestros. Pero fue el proyecto del monumento al Libertador el que lo condujo de lleno a los Andes. Le sucedió lo mismo que a Bingham: en pos de Bolívar descubrió a Machu Picchu. Recorriendo los caminos que desandara el Libertador, Edgar Negret sintió la urgencia de alcanzar esa región imponente y majestuosa del Alto Perú.

En 1980 realiza una exposición en Lima y, una vez inaugurada, marcha hacia el Cuzco para remontarse a Machu Picchu donde se le revela el universo alucinante de una cultura adoradora del Sol. Un pueblo que rinde culto a lo perenne: el sol sale todos los días y a la misma hora. Dejaron atrás la adoración por la Luna cuando entendieron que en su delgadez se esfumaba. Ellos se aferran a lo estable para contrarrestar la muerte. Llegan al cuadrado a partir de la Cruz del Sur y encuentran la diagonal para, más adelante alcanzar el círculo y la cruz escalonada como su gran símbolo ordenador.

Por esto los Incas se convierten en un imperio soberbio que se expande desde Pasto hasta Argentina, inmerso en la vegetación frondosa y rica; en sus mitos y costumbres; en sus magníficas arquitectura e ingeniería; en sus cerámicas, sus textiles de bellísimos colores y tramas, su cestería; sus sistemas agrícolas productivos y fecundos; sus rigurosos sistemas contables; su maravillosa estatuaria. Una cultura a la cual, y continuando las cavilaciones del Maestro, tendremos que retomar como única condición para recuperar la armonía con la naturaleza, con la sociedad, con el cuerpo y con la vida.

En este deambular, Edgar Negret desentierra a la hija de Huayna Capac y hermana de Atahualpa, quien fuera traida a Popayán para convertirse también en tatarabuela de sus tatarabuelos. Infortunadamente, este descubrimiento se dio cuando ya había aparecido el libro sobre sus ancestros.

San Agustín fue igualmente una escuela prodigiosa. Una civilización antigua que evoluciona sin mayores influencias externas y que laboriosamente maneja la piedra. Ellos inventaron el mito del Hombre-jaguar para vencer la muerte. Durante catorce anos consecutivos rechaza la invitación de sus sobrinos para visitar el gran parque. Teme encontrarlo arrasado o sujeto a ridículas decoraciones. No obstante, cuando por fin lo conoce, le conmueve hasta lo más íntimo el ambiente con sus estatuas de figuras violentas, de muelas enormes y de expresiones agresivas…

Después de estas experiencias deslumbrantes, la obra de Negret sufre profunda subversión en sus conceptos estéticos y en sus propuestas plásticas. Se encamina ahora al ámbito de las realidades, los símbolos y los mitos precolombinos.

Como lo indica José María Salvador, destacado conocedor del trabajo del Maestro, en esta etapa de su proceso se pueden identificar cambios fundamentales: progresivo aplanamiento de formas y volúmenes; lenguaje cada vez más autóctono, simple y sosegado; predominio de la coordinación vertical- horizontal y privilegio de la octogonalidad; sensible tendencia a la simetría que le permite atrapar la estética incaica en la que la doble imagen juega papel determinante; carácter gráfico de sus obrarmanifiesto en esculturas estrechas y alargadas; policromía que acepta todos los colores del arco iris, homenaje a la bandera Inca. En los últimos años utiliza hasta pigmentos brillantes ajenos a sus matetradicionales. Es el elemento que le permite captar el fulgor de algunos de los símbolos precolombinos: el sol, la luna, los rayos.

Descubre el morado como prohibido entre los incas; en un color peligroso que sólo puede usar el Inca en su mascapacha, nudo simbólico de poder. Negret también incorpora los violeta con un sentido religioso. En este proceso, el color adquiere otra dimensión que trasciende lo meramente plástico. "Machupicchu", "Tempo Solar", "Anundamiento: Paisaje Agustiano", "Casa de las Serpientes", "Horizonte: Paisaje Agustiniano", "sol", "Titicaca", "Bandera Inca", la serie "Quipus", "Reloj andino", la serie "Tejidos", "Eclipses sobre el Cuzco Nos. 1 y 2: Quinientos Años", son algunas de las obras fundamentales del período.

Esta empatía profunda, este respeto reverencial y esta admiración sin límites por lo precolombino, contribuyeron para que la conmemoración de los quinientos años del encuentro de culturas, afectara enormemente el espíritu de Edgar Negret. Cada día sabía más de cuanto había destruído "los conquistadores" y el resultado final es la majestad aniquilada. No concibe que hayan arrasado culturas maravillosas a cambio de la muerte y la violencia trasladadade Europa. Con su llegada, américa perdió su libertad, su grandeza u su sensualidad…

Elementos de un lenguaje escultórico

Por una razón Negret duda de la pertenencia de su obra al mundo de lo abstracto: el tema. Porque si ser abstracto significa interesarse sólo por lo plástico, entonces no lo es. Los temas han sido prioritarios en su proceso creador desde cuando se descubre religioso, esto es, desde siempre. Lo trascendental es perenne en la obra del Maestro. Con el paso del tiempo esta presencia se transforma y en plegaría penetra el mundo sagrado de lo simbólico precolombino.

En unos momentos, la temática subordina a la forma expresándose en un terreno completamente abstracto. En otros, pasa a un plano secundario u la forma gana como cuando en parís abandona la referencia directa al objeto y encuentra la salvación en la repetición de dos formas iguales. Es esa simetría que en sí misma es religiosa.

Igual podría pensarse de los nombres de esculturas decididamente hablan de ellas. Un hombre que venía acostumbrado a las estrellas, a la luna, al sol, a la naturaleza y de improviso se encuentra con la máquina poderosa y apabullante de Nueva York, crea los aparatos Mágicos. Y cuando vibra al sentir la reciedumbre de las montañas andinas irrumpe victoriosos el "Gran Templo Solar", el "Puente colgante ", las " Terrazas", o el "Cóndor "…

Las piezas que configuran sus obras pueden ser concebidas para cada una en particular pero, igual, algunas logran estar al servicio de otra porque nacen colmadas de posibilidades. Así, encuentra que una de estas partes, años después, se aviva en una nueva escultura.

Y el problema de la unión de las piezas es permanente. Allí aparecen las diferencias y las similitudes. Se permite el contraste. Acude al retal de su taller, toma dos fragmentos, ensaya mil formas en las que de pronto encuentra soluciones inimaginables: el rectángulo que dobla a la diagonal y que si se une con el siguiente, gira. De allí surgen sus escaleras y sus edificios… En la unión emergen las curvas, las líneas que se abrazan estableciendo tensiones en todas sus esculturas. Son encuentros que respetan las distancias y las direcciones, aval de esa tensión armónica con natural a su creación.

El espacio es igualmente un elemento fundamental de su lenguaje. Cuando atraviesa la forma con él, cuando abre huecos en sentido literario, busca acentuar la idea de visión que los abruma. Por eso, la boca inmensa de "job" es grito, es tragedia y, al mismo tiempo, es un espacio estético dominado por formas. Pero el espacio empieza a crecer hasta arrinconar la materia reduciéndola al extremo de la lámina que diferencia y se interpone entre los espacios interior y exterior. Ello propicia la presencia de voluminosas esculturas de apariencia sólida que son, como las huacas quechuas, espacios encerrados… Espacios sagrados. En la maestría de Negret, se tornan, además, en espacios estéticos.

Según el Maestro, Einstein recupera el concepto del espacio incluso para el arte cuando descubre que dentro del átomo está fuente aplastante de energía. Por eso empieza a dudar de los objetos cerrados … El espacio interior así, logran nuevas dimensiones y se vuelve tan importante como la forma. Adquiere dinamismo y vitalidad determinantes en los períodos de gran expresividad en la obra. Hoy, cuando ella tiende a lo ritual, cuando se transforma en oración, este elemento ocupa otros lugares. En absoluto la matemática o la geometría se han encontrado entre los intereses negretianos. Considera que cuando la creación, sea en la ciencia o en la estética , se reduce a una ecuación, allí pierde todo su encanto porque le falta la poesía. La belleza de una obra de arte radica precisamente en el absurdo que quiebra cualquier lógica.

Desde Mallorca, un lugar invadido por la luz, empieza a pensar en el color que tímidamente aplica sobre el hierro, novedoso elemento recién incorporado a su trabajo. Luego, en los “Aparatos Mágicos”, matizando el aluminio, llega a los colores estéticos, plenos y rotundos. Más adelante, ante la fuerza expresiva de las esculturas curvas del primer período bogotano, el color disminuye, si se quiere, se atenúa para impedir el desmadre en la sensualidad de estas nuevas y agresivas creaciones. Después, sumido en el mundo incaico los colores alcanzan la dimensión simbólica buscando interpretar sus mitos, sus creencias, sus costumbres, sus artesanías. Así llega a esa policromía desconocida antes en su obra, atreviéndose incluso al manejo de pigmentos brillantes que le permiten, en lenguaje contemporáneo, recrear sus “Quipus”, sus “Tejidos” o su “Bandera Inca”.

El aluminio es el metal ineludible e irrenunciable adoptado desde fines del cincuenta porque posee las virtudes indispensables a la escultura negretiana: dócil y liviano. Este material hace factible el contacto personal, íntimo y permanente entre el creador y su obra. El hierro, el bronce u otros metales pesados obligan a un escultor a que alguien diferente realice su trabajo a partir de los bocetos. El Maestro está vitalmente presente en todo el proceso porque hasta los “múltiples”, que permiten la llegada de su obra al cálido rincón de los hogares, reclaman su presencia. De otra parte, el aluminio en su liviandad facilita el desplazamiento de sus constructos voluminosos.

Los cambios se dan lentamente. Su proceso le enseña que, según el momento, uno u otro elemento adquiere predominio. Los nexos entre la horizontalidad y la verticalidad, por ejemplo, están sujetos al dinamismo que demanda la obra. Así, en la ocasión justa la diagonal se impone para lograr mayor vitalidad: la angustia del elemento que se lanza incitando al movimiento. O la opción por la octogonalidad de su última etapa que significa hondas transformaciones. Es la búsqueda clara en donde cada paso es seguro y en el instante preciso. Es la aventura de inventar lo nuevo cada día. Son cambios que se producen a mamparo de un Maestro que conoce su creación hasta el último de sus meandros; que ha construido un inconmensurable pasado. Una historia para la posteridad.

El proceso de su creación

Uno de los arcanos maravillosos del trabajo de Edgar Negret es la libertad absoluta en la creación de su obra. La ausencia de compromisos ajenos a la labor insaciable a favor de la grandeza del arte. Está convencido que los éxitos fáciles dañan a la gente, truncan caminos y rompen vocaciones. El éxito, sin pretenderse como meta, sólo debe alcanzarse tras la conquista de la excelencia.

La disciplina es el imperativo de su tarea infatigable, mediada por la reflexión permanente sobre su quehacer. Negret es metódico sin que ello implique una estricta secuencia en sus trabajos. Las cosas que le rodean deben permanecer en el orden que él impone. De repente, mueve un objeto de un lugar a otro y se sorprende de la relación establecida que puede llevar, incluso, a una de sus esculturas. Las cosas, a más de un sentido estético, poseen valor en sí en razón de su historia. Si pierden su significado afectivo, deben ocupar otro espacio en esa estancia construida palmo a palmo por el Maestro. Todo está en su sitio acompañándolo: la familia y los amigos se le revelan en cartas, fotografías, obras y recuerdos. Cada quien ocupa el lugar, en la misma forma en que se anida en su alma.

En el taller experimenta a diario nuevas formas pero considera que aún le faltan quinientos años para descubrir las inmensas posibilidades que le caben al arte. En este creador la razón, la sinrazón, la imaginación y la intuición concurren indistintamente. Intuye situaciones, selecciona piezas, ensaya, juega con ellas porque son su vocabulario. En este juego surge siempre una “frase muda”. Arma, desarma sin importarle para nada el tiempo en tanto su paciencia es inagotable. Sabe que encontrará lo que busca, sin que exista un único camino. Sin prisas. Tres piecesitas bastan para iniciar la hazaña y por las noches se acuesta en la alegría cuando las formas se acercan creando las tensiones que imagina. En ese momento toma distancia y no vuelve a verlas hasta el día siguiente cuando las observa con el espejo que le permite apreciar su funcionamiento al revés. Si no marchan, con calma total vuelve a empezar. Sin dudas, este Maestro es testimonio ineludible de que, como él lo indica, “ser artista es percibir el mundo inconcluso”.

Con frecuencia los estados de angustia o de tristeza aguzan su sensibilidad exacerbando la creatividad. La paz de las noches le resulta especialmente buena consejera y si bien a esas horas ya no trabaja en el estudio para preservar su salud, en la reflexión nocturna halla respuestas a diversos interrogantes. Para Edgar Negret no hay nada más importante que su obra. Paso a paso la familia desapareció y su trabajo permanece indemne. Muchas relaciones afectivas se rompieron provocando intenso dolor y su escultura persevera. Nada de cuanto le ha sucedido desplaza su creación y esto lo ha salvado del naufragio. Nunca sus crisis, que las ha tenido, lo han llevado a abandonar el trabajo. Y ésta es la mayor lección para quienes apenas se inician en el arte: amar el oficio por sobre todas las cosas, interrogándose a la manera de Rilke; y, caminar lentamente convirtiendo a la paciencia en la maestra ejemplar, sin evadir los problemas que el tiempo necesariamente resuelve.

Las exposiciones son una parte importante de su trabajo. No tanto por la posibilidad de mostrar y confrontar su obra que a estas alturas posee identidad y presencia suficientes, sino porque le resulta un deleite el proceso para llegar a ellas: él selecciona las obras y dirige sus montajes, ayudado por los colaboradores y amigos que tanto le conocen, buscando siempre una mirada de unidad: recoge en ellas períodos, momentos, temas, formas… Los mejores escenarios del mundo han acogido sus esculturas. Quiso tener espacios propios para mostrar su creación y luchó hasta lograr un Museo para Popayán y su Galería en Bogotá. Un lugar que decora con muebles para el darle el calor de hogar que no poseen los fríos espacios tradicionales. Muebles dueños de historia: un bellísimo piano, similar a otro que se encuentra en la Casa Museo de Beethoven; algunas de sus figuras precolombinas u otros objetos de inmenso valor afectivo.

Su lugar en el arte colombiano

Mario Rivero considera que Negret, más que un inventor de objetos, es un señalador de caminos para la escultura contemporánea de América Latina. El es de los primeros y de los pocos artistas colombianos que han planteado problemas verdaderamente escultóricos y universales porque, a más de su maestría, su obra autónoma se nutrió de la historia del arte y de quiénes se convirtieron en sus grandes Maestros: Oteiza, Rodin, Maillol, Moore, Gaudí, Brancusi, Calder… La escultura negretiana ha tenido enorme influencia en el arte nacional e internacional. Sus volúmenes, su lenguaje, sus técnicas han contado con innmerables estudiosos y seguidores. Las tuercas y tornillos a la vista que tanta algazara causaron en sus inicios, son incorporados en el idioma de otros importantes creadores. Concurren hasta anécdotas graciosas: en una exposición en Medellín encuentra una escultura parecida a la suya, con elementos que se repetían y pintada de rojo. Un trabajo interesante pero igual a cuanto él hacía. Y dá con la entrevista de un periódico local en la que le preguntan al autor sobre las posibles influencias del Maestro:”no –responde– a mí Negret me parece superficial…”

No obstante alcanzar el lugar que hoy ocupa su obra en el arte nacional, el camino ha sido difícil. Una vez más se cumple aquello de que “nadie es profeta en su tierra”. Edgar Negret tiene más público fuera que dentro del país porque definitivamente la cultura y el arte en Colombia no suscitan interés ni preocupación. Nuestra realidad contrasta con lo que sucede hoy en otros países de América Latina. En Caracas, por ejemplo, desde hace algunos años el arte ha cobrado inusitado interés: esculturas públicas maravillosas que la gente recorre, goza y admira aprendiendo y despertando su sensibilidad. Nuestro país no ha logrado comprender el papel liberador del arte. Su condición no ya de paliativo sino de alternativa ante tantos conflictos cotidianos. La gente en él hallaría disyuntivas en nuevas formas de expresión de sus angustias, sus agresividades, sus alegrías desbordadas.

Los obstáculos para que el gran público pueda acceder al buen arte, en gran parte son responsabilidad de las galerías y de los coleccionistas quienes lo convierten en mercancía. Su interés radica, en consecuencia, en los costos elevados. Negret no quiere que su obra quede en manos de los coleccionistas japoneses que compraron “Los Girasoles” de Van Gogh. Los comerciantes de la plástica cuelgan precios y ello desvirtúa la razón de ser del arte. Al Maestro le interesa es la gente que ama, siente, se cautiva y se recrea con la obra.

Una crítica que impide alcanzar el arte

El papel de la crítica colombiana en el proceso del arte contemporáneo es, con honrosas excepciones, negativo. Incapaz de tomar las distancias que reclamaría el oficio, se ejerce subjetivamente y, en muchos casos, cuando la obra desobedece a las apetencias o intereses del “crítico”, se convierte en demoledora. Con frecuencia desorienta e impide la presencia de espectadores desprevenidos, porque, a la postre, llegan cargados de juicios que no les pertenecen.

Son apreciaciones que imposibilitan aquellos nexos fecundos entre el espectador y la obra. “… Opiniones partidistas, petrificadas y vaciadas de sentido en su endurecimiento contra la vida, o son hábiles juegos de palabras, en que hoy se da una opinión y mañana la opuesta. Las obras de arte son de una infinita soledad, y con nada se pueden alcanzar menos que con la crítica”.

La soledad, su mejor compañía

Una noche, recorriendo alguna de sus exposiciones, alguien mirando al Maestro comentó “Negret está en el salón en la múltiple compañía de sí mismo”. Y así, confiesa el escultor, siempre se ha sentido. La soledad es su mejor compañía porque posee mucho para recordar y más aún para soñar. Tuvo la suerte inmensa de una maravillosa familia y de contar con grandes amigos; entonces, necesita estar solo para sentirlos cerca en el silencio de muchas horas. Precisa de la soledad para volcarse sobre sí mismo hacia el remanso de lo atesorado en el transcurso de su ya larga existencia.

Si Edgar Negret pudiera repetir su vida, nada cambiaría. Incluso, nacería en el país fantástico y sorprendente que menos se interesa por el arte. Repetiría su infancia feliz y dulce, su juventud atiborrada de interrogantes y búsquedas, su madurez plena de certidumbres y satisfacciones. Las situaciones negativas, igual las aceptaría porque cada una ha propiciado lo positivo: fueron peldaños para llegar más lejos y en este avance olvidar lo inexorable.

El más grande amor de su existencia es su trabajo y la mayor realización está en esa obra perdurable, esparcida en los más disímiles rincones del planeta inmortalizando su paso por la historia.

Hoy, Edgar Negret sabe que para el artista no hay medida en el tiempo. Conoce las honduras del “madurar como el árbol, que no apremia a su savia, y se yergue confiado en las tormentas de primavera, sin miedo a que detrás pudiera no venir el verano”. Hoy, cuando su mirada demora rastreando el pasado, comprende como nadie el valor de la paciencia: ese caminar tan suyo, lento y seguro, quedo y sereno … Ese paso que le conduce al lugar que anhelaban sus sueños colmándolo de eternidad …

  Versión PDF

 

La crítica es condición de la cultura científica

Criticism is a condition of scientific culture

A crítica é uma condição da cultura científica

Fernando Aranguren Díaz*


* Filósofo y docente universitario en el campo de las Ciencias Sociales y la Comunicación. Actualmente vinculado a la Universidad Central en la Coordinación Académica de la Facultad de Comunicación Social.


"Hay cosas en las cuales no podemos y no debemos engañarnos..una de ellas es la débil situación de la tarea científica en Colombia"

El profesor EMILIO YUNIS, investigador y académico de la Universidad Nacional ha encontrado en el campo de la Genética una forma concreta para responder a los retos de la academia y su necesaria vinculación con los procesos y fenómenos de la cultura.

Como pionero de la Genética Clínica en el país, ha sabido integrar en su conocimiento elementos aparentemente dispersos pero que responden a una sabia interdisciplinariedad de las ciencias con lo que intenta, además, resolver interrogantes sobre el desarrollo histórico-cultural del hombre y la sociedad colombiana.

En esta entrevista, Emilio Yunis establece sus opiniones sobre la evolución del pensamiento científico, sobre el quehacer investigativo en Colombia, la ausencia de crítica como una manera de aceptar "todo" y sobre importantes facetas de la cultura nacional.

  • Fernando Aranguren. ¿Cómo trazaría hoy, doctor Yunis, después de tantos años de convivencia con la disciplina científica, un balance global acerca de su trabajo profesional?
  • Doctor Emilio Yunis. El primer aspecto que intentaría precisar es que soy un académico; un académico formado en el conocimiento de la genética. No me imagino que hubiera podido ser un académico fuera de ese campo científico; ese el el campo que valoro y en él se desarrolla mi trabajo. Este campo del saber realmente no existía ni en Colombia ni en América Latina. Nosotros lo creamos, lo vimos nacer, lo desarrollamos, lo impulsamos en la universidad y en la actividad médica profesional. Hoy es una realidad, con un instituto próximo a inaugurarse y con un grupo humano de investigadores abnegados y conscientes de su labor, que se empeñan en desarrollar programas serios de investigación, programas de formación y especialidades a nivel de maestría y doctorado.

El campo de la genética es tan extenso que uno termina por trabajar emparentado con otras disciplinas como la historia, la sociología, la paleontología, la antropología, etc. y se adelantan actividades que van desde lo clínico, pasando por la asesoría y el diagnóstico prenatal, hasta espacios complejos como la genética forense, la genética de identificación de personas, el cáncer, las enfermedades metabólicas, las malformaciones congénitas y la inmunología, entre otras. Desde la amplia perspectiva de nuestra disciplina nos proponemos no sólo a ayudar a la comprensión del hombre colombiano sino a reconstruir y entender su pasado histórico para que posiblemente se nos facilite también delinear lo que será su futuro. En esta medida, una vez definido el trabajo de investigación, que es lo fundamental, y con el rigor y la disciplina que me he forjado en el campo de la genética, fué necesario emprender otro tipo de búsqueda que no se centraba solo en nuestro espacio particular sino que nos obligaba a adentrarnos en terrenos de disciplinas como la historia, la economía del país, su política, sus problemas de subdesarrollo, los inconvenientes que ha causado el atraso tecnológico y científico y los problemas de significación de la ciencia. Resulta pues que en este punto, nos hemos encontrado con que existe la posibilidad de que todos esos problemas converjan en uno solo, muy vasto por supuesto pero asimismo definido: la estructura genética de la población colombiana.

  • Fernando Aranguren. Siendo la genética el núcleo esencial de su labor científica, ¿por qué no intenta trazar un boceto aproximado de la manera como percibe el universo de esa disciplina, sus postulados fundamentales; y los momentos más importantes del desarrollo de este campo del conocimiento humano?
  • Doctor Emilio Yunis. Es claro que la genética tiene una historia que puede ser vista como un retablo, como una serie de cuadros, cada uno de los cuales tiene a su vez su propia historia, una historia que es preciso definir. Desde que existen las especies y desde que apareció el hombre, la genética ha estado allí; solo que como ciencia armónica aparece en la época de Gregorio Mendel. Esto no significa que deba ignorarse la labor desarrollada por los griegos en la antiguedad; ellos a través de hombres como Aristóteles sentaron algunos elementos iniciales. Pero precisando bien el asunto, la genética moderna (hoy llamada clásica) se inició en la época de Gregorio Mendel.

Mendel vivió en un momento determinado; ese momento es el mismo de la Inglaterra Victoriana y del auge del materialismo; es la época de esplendor del naturalismo darwinista cuando se iniciaba una gran polémica que aún hoy no termina y que trata de explicar cuánto de lo que tiene cada hombre es heredado y cuánto es adquirido. Respecto a este tema, el francés Lamarck ya había adelantado algunos estudios. Pues bien, ahora que han transcurrido más de ciento cincuenta años desde entonces, la genética actual estudia aún el asunto, el más apasionante según mi parecer: ¿Qué se hereda y qué se adquiere? A esto se agrega la pregunta de si lo que se adquiere (lo que llamamos cultural) es heredado por la vía biológica o si por el contrario (que es lo que yo creo) se hereda en forma determinista, como herencia cultural.

Con Mendel pues se marca un punto fundamental de la genética, es el período llamado clásico en una época de grandes conflictos históricos. Lo que hizo el sacerdote Mendel fue olvidado o se le restó importancia pero su obra es quizá comparable a lo que había desarrollado un poco antes el sueco Linneo quien postuló que había unas unidades que él llamó discretas, discretas por individuales, no mezclables, no difusibles, que son las encargadas de controlar las características biológicas de un organismo. Desde allí entonces, la genética es lo que heredan los seres vivos como unidades discretas, definibles de progenitores; es la ciencia de la herencia; herencia es lo que se transmite hereditariamente, de una generación a otra. Pero lo que se transmite desde Mendel y Darwin y todos los demás, hereditariamente, son genes, genes que cambian solamente por efecto de mutaciones. Una mutación puede ser espontánea, puede ocurrir por azar, por razones que desconocemos o puede también ser dirigida a partir de todo el gran conocimiento que tenemos de la mutagénesis.

La genética empieza entonces a trabajar en otro marco apasionante como es el de mirar los genes a través de las mutaciones, a través de los cambios; se comienza a ver lo que es el gen normal por medio de inducidos como radiaciones, agentes físicos o químicos.

Posteriormente se desemboca en un período muy interesante como es que ya no se mira sólo lo humano sino que el campo de trabajo se extiende a estudiar otros tipos de organismos como las bacterias y los virus. Este campo facilita el conocimiento de la estructura de un organismo vivo, de la disposición de sus genes y los efectos que produce. Actualmente, no sólo en países desarrollados se llevan a cabo estudios amplios en este aspecto y se intenta descubrir la acción de los genes desde las aplicaciones bioquímicas y su relación con la producción de enzimas, y de proteínas que rigen el metabolismo de las células y de los organismos. Luego, se busca clarificar las alteraciones que metabólicamente se suceden por falta de enzimas.

Se da luego un gran salto y se llega a lo que podemos llamar la genética moderna, que parte principalmente de la dilucidación de lo que es la molécula de la herencia: esa doble hélice del DNA o ADN, si se prefiere llamarlo así. Se estudian su estructura, y sus códigos, cómo se replica y cómo se maneja la información para ver en qué medida es traducible en productos.

Llegamos por último al momento actual en que se trabajan la biología molecular y la ingeniería genética y vemos entonces que el concepto genético, en un primer momento abstracto, es ahora algo definido y concreto que se puede tocar, manipular, empalmar o cortar o incluso someterse a la introducción de variaciones.

Esas etapas históricas de la genética son evidentemente interesantes y valdría la pena correlacionarlas con los distintos momentos de la historia para ver las condiciones filosóficas, políticas y sociales que las hicieron posibles.

Vistas así las cosas, la genética, quizás por obligación, quizás por la forma como se desarrolla, se encierra en un esquema determinista muy grande: el de las posibilidades de investigación y formulación de sus principios.

En la biología, por lo general, nos ha faltado una investigación que relacione los distintos campos de estudio. Nos hemos situado, por así decirlo, en un plano unidimencional, en un plano de una sola dirección. Nos están faltando posibilidades de interrelación. ¿Se deberá esto al método científico en sí o a que se requiere de tiempo para que unas disciplinas se puedan entrar a relacionar seriamente con otras que se ubiquen en niveles similares de desarrollo? Estamos en eso. Los estudios sobre las mutagénesis, la genética bacteriana, la genética moderna, son etapas que separarían claramente los distintos momentos de desarrollo de esta ciencia. ¿Sería posible acaso englobar de otra manera las principales etapas en la configuración de la disciplina? Actualmente sigue vigente el tipo de problema al cual apuntó la investigación mendeliana: ¿Qué tan discretos son los elementos que rigen los factores que llamamos hereditarios? Y segundo, será lo biológico tan determinante que hasta condiciona la vida social de manera rígida, o por el contrario, a través de la evolución se adquirirá cierta plasticidad que permita superar ese determinismo?

  • Fernando Aranguren. Como usted sabe, la epistemología, a través de su desarrollo, ha alcanzado altos niveles de precisión al formular la existencia de planos tanto diacrónicos como sincrónicos en el estudio de las ciencias naturales. Por ejemplo, en la física, muchos autores esquematizan en dos capítulos su evolución: el primero sería el de la mecánica clásica newtoniana y el otro el de la física de Einstein con la teoría de la relatividad. En el caso de la genética, usted ha puntualizado algunos momentos que, como en una especie de retablo, corresponderían a la época clásica, seguida de la mutagénesis, la genética bacteriana y la genética moderna. ¿Serán esos momentos los que caracterizan claramente el desarrollo de la disciplina o habrá otra manera de englobar las distintas etapas en la evolución de esa ciencia?
  • Doctor Emilio Yunis. Bueno, uno puede hablar de momentos, de cuadros, pero eso no significa que se establezcan rupturas radicales. Pensar que en cualquier ciencia lo nuevo convierte a lo anterior en fósil es una gran equivocación. En este país principalmente, la gente mal informada puede decir o escribir cosas como esas; pero en realidad opinar por ejemplo que Mendel ha sido rebatido no tiene validez. Mendel no puede ser rebatido jamás; puede ser desarrollado, perfeccionado o complementado pero rebatirlo es simplemente imposible. Que existen genes como unidades discretas que rigen los fenómenos de la herencia es irrebatible; si esto fuera rebatible, la genética moderna no tendría sentido. Otra cosa es aceptar que en la época de Mendel, dado el nivel del conocimiento científico, era imposible terminar de descubrir todo; eso sería, ni más ni menos considerar que la ciencia es algo finito cuyos conocimientos se deben tener todos de una vez y que no hay más posibilidades de desarrollo. Lo óptimo es pensar que la ciencia es un cuerpo de conocimientos que crece, que cambia, que se abre y acoge nuevas avenidas para hacer luego una síntesis y cerrarse como si se contrajera. Cuando ella parece concretarse, sintetizarse o unificarse, surgen de pronto nuevos campos del saber. El postulado fundamental y la verdad última de la ciencia es ser cambiante, pero ser cambiante no en el sentido de no tener asideros, ni creer que por la ciencia todo es posible. No, por la ciencia no todo es posible, son posibles algunas cosas. No todo lo que se le ocurra a la mente humana puede ser posible dentro del marco del conocimiento científico. Entonces, sintetizando, la ciencia se abre, se desarrolla, se modifica, hace sustituciones, centra nuevos caminos y luego confluye, concreta y sintetiza.

Pero hay una idea que me gusta y es la de poner niveles que nos muestran el grado de desarrollo instrumental o de medición alcanzado por cada disciplina. Esto es lo que implica que las distintas ramas del saber no estén al mismo nivel; hay unas que tienen, si se me permite el término, herramientas más groseras y otras que en su avance desarrollan unas herramientas más finas, de mayor precisión, para medir los fenómenos de su campo porque en el fondo, lo que la ciencia hace es eso: medir. Lo peligroso es implantar una forma de conocimiento mediante la cual se diga que todo el pasado es fósil; así, Homero, Platón o Kant serían fósiles.

  • Fernando Aranguren. Veámoslo desde otra perspectiva. Bachelard plantea que el conocimiento científico es un error permanentemente rectificado, o sea que el error hace siempre parte de la actividad científica y entonces, en la ciencia, en este sentido, todo conocimiento es provisional?
  • Doctor Emilio Yunis. Creo que epistemológica y metodológicamente, como se ha planteado la apología del error, es útil. Porque el error puede ser producido humana o naturalmente. La investigación siempre empieza por un error; no error en el sentido de equivocación, de "metida de pata", de negligencia, que es como normalmente entendemos el error, sino error como desviación de una norma, desviación de un conocimiento establecido, de algo que se acepta, de algo que es un orden, de algo que está funcionando. Cuando uno dice, no ya con Bachelard, sino con Peter Melavar, que "toda investigación empieza con la invención de un mundo...", lo que está haciendo es buscar intencionalmente desviarse de un conocimiento que se acepta, de una forma que está vigente, ¿y para qué? Para imaginar otra que puede o no ser posible. Es lo que Bachelard llama "el derecho a despreciar". El científico tiene derecho a despreciar... Quizá también lo podemos aplicar a la vida cotidiana: el derecho a despreciar es el derecho a darle vigencia a elementos que en un momento son más importantes. En esta medida, el científico, el investigador es una persona que en forma permanente debe buscar el error, debe acoger el error; y la ciencia y el conocimiento no son sino una constante, una permanente búsqueda de errores para encontrar unos órdenes nuevos o un órden específico. Así, la ciencia es revolucionaria y se emparenta entonces a lo que las sociedades hacen con las revoluciones, con los cambios sociales.
  • Fernando Aranguren. Si el error se asume como un componente funcional de la actividad científica, el complemento de este postulado es que el error puede propiciar correcciones o nuevas formulaciones que a la larga amplían el campo del saber particular. En este sentido y ya en el terreno de la genética, ¿ha habido algún tipo de "error" que haya delimitado o condicionado las construcciones hipotéticas y conducido a cierto tipo de interpretación que en el transcurso de nuevas investigaciones haya sido refutado?
  • Doctor Emilio Yunis. Yo no lo veo así en ningún campo del conocimiento. Algo que no considero se pueda calificar como un error es el hecho de que la investigación genética (claro que en este momento se intenta salir de ahí) es una investigación que por principio y desde el principio está encerrada en el determinismo, en el mecanicismo, en una sola dirección. Sobre esto, nosotros conocemos las carencias que hoy se tienen pero aún no se diseñan modelos experimentales que puedan superarlas. Sabemos por qué cuando se afirma que se aisló el gen que produce tal cáncer y luego se le clonó, igualmente debería ocurrir que al inyectarlo a las células, dicho cáncer desapareciera; sin embargo, no ocurre así y esto sucede por toda una serie de hechos que implican correlaciones con el ambiente, existencia de mutágenes ambientales, tipos de dietas que son las que reciben y favorecen otros tipos de cáncer. En fin, no me atrevería a decir que en este campo ni tampoco en el de la física por ejemplo, se trate de errores. Simplemente que el pensamiento científico es cambiante, pero no cambiante para negarse a sí mismo, no cambiante para decir "todo lo anterior estaba equivocado "; sino cambiante en el sentido de que se desarrolla, se perfecciona; es decir que la aproximación a la verdad debe ser cada vez mayor. Yo puedo definir épocas o cuadros históricos pero no decir que uno u otro sean equivocados y se nieguen rotundamente; si así fuera, a Mendel lo habría negado Morgan, dado que Mendel habló de genes solos y que se heredaban solos, mientras que Morgan empezó a estudiar genes que estában en bloques, ligados, y que no se transmiten siguiendo los esquemas mendelianos. Nosotros decimos hoy que no nos gusta la esclavitud ni una sociedad de esclavos, pero cuando existió, en su momento, ¿se hubiera podido suprimir? O tenemos mejor que aceptarla como una etapa histórica que se dió necesariamente por cuestiones que los sociólogos y los historiadores estudian.
  • Fernando Aranguren. Otro postulado epistemológico sobre el discurrir de la ciencia afirma que en el desarrollo del conocimiento científico es factible ver el paso de lo concreto a lo abstracto y ver cómo se va superando lo que se ha denominado el sentido común. Se llega entonces a referentes de tipo conceptual que conducirían a constructos o elaboraciones intelectuales bastante complejas, a modelos que en muchos casos podrían llegar a ser casi como el reemplazo del objeto mismo de la investigación. Sin el conocimiento de estos constructos o elaboraciones sería imposible abordar el objeto en sí o los procesos que llevaron a la postulación de paradigmas, de modelos, de categorías. Usted, como investigador conociendo el proceso histórico de su disciplina, aceptando que ha habido una serie de eslabones en la conformación conocimiento de lo genético desde Mendel, ¿reconocería un tránsito similar este caso?
  • Doctor Emilio Yunis. Sabemos que existió una escuela de los griegos que se llamó la atomista pero tenemos que reconocer que cuando se llegó a la teoría atómica moderna se está hablando del mismo átomo, del átomo de los griegos. De igual forma, del gen mendeliano al gen de hoy hay una relación de unidad pero existen también múltiples elementos de diferencia. Acá se está operando más un cambio de lo abstracto a lo concreto, es decir uno de los elementos que hay en la biología actual y particularmente en la genética es un paso en la dimensión de lo abstracto a lo real. A partir de una noción o concepto de gen abstracto, primero se ve el gen como una unidad que se transmite, luego como una unidad que puede recombinarse, después como una unidad que muta, posteriormente como una unidad que produce una enzima y que causa un efecto fisiológico y luego (todas estas son categorías que uno pudiera llamar abstractas) se pasa a un gen que es un segmento de una molécula para decir enseguida que ya no es un segmento de una molécula sino que tiene tantas dimensiones y tantas unidades que lo constituyen y llegar después a afirmar que sea gen lo puede portar, empalmar o sustituir. Desde mi punto de vista la biología es un campo del saber con unos desarrollos espectaculares pero con muy escasa creación teórica. En este campo hay una carencia trascendental y muy grande de teoría. ¿Se deberá a la naturaleza misma del hecho biológico, a la diversidad del mismo o a la falta de unidad inherente al universo de la biología?

Puede afirmarse por ejemplo, que todos estamos hechos con base en un DNA o RNA; que la vida es algo que conocemos con base en la producción de proteínas; que el principio de la evolución está vigente -aunque con desarrollos acordes con el momento que se vive-; que los fenómenos de la mecánica de la herencia son los mismos que postuló Mendel; pero hasta aquí no hay aparentemente la misma posibilidad de tener una visión tan milenaria del universo biológico como del universo físico. Por otra parte, el problema hoy es la creación de conceptos que aunque vayan siendo reemplazados, van siendo también realidades. En general, yo diría que todo conocimiento que presume ser científico y aún aquellos que siendo conocimientos racionales, válidos, que se fundamentan en métodos y que no los agrupamos estrictamente bajo el ángulo científico o bajo en ángulo de las ciencias experimentales, son conocimientos que partiendo de una verdad determinada, la van sustituyendo por conceptualizaciones de esa realidad. Ahora, la gran polémica de si eso nos lleva a creer o a afirmar que realmente nos hemos apartado de lo que era el objeto o el problema inicial, mi respuesta es "NO".

  • Fernando Aranguren. ¿Cuál sería un balance o diagnóstico del estado de desarrollo de la genética en el país en relación con los más importantes avances de la disciplina a nivel mundial?
  • Doctor Emilio Yunis. Muy mal. Hay cosas en las que no podemos ni debemos engañarnos. Si bien, en diversas disciplinas, en el país hay personas excepcionales, eso no puede llevarnos a pensar o a asumir que estamos compitiendo en el mundo. Internacionalmente se dan ciertos grados de competitividad y lo que debemos observar es en cuál de esos niveles estamos ubicados y podemos competir. No podemos llegar al desafuero de afirmar que a nivel global, como un gran cuerpo y con una gran cantidad de personas, estamos siendo competitivos. En ciencias y globalmente, Colombia está muy atrás. Tenemos un número muy reducido de científicos, insuficientemente preparados frente a los niveles mundiales o internacionales. Esto no cuenta sólo para nuestro país sino para prácticamente todo Latinoamérica frente a la cual Colombia tiene también desventaja en relación con varios países. Por supuesto que vamos progresando pero no al ritmo que debiéramos hacerlo. Tenemos que promocionar la ciencia como una actividad hermosa, placentera que no tiene nada que ver con el tedio ni el aburrimiento. No es una vida de buhardilla, ni una vida oscura. El mundo de la ciencia es de mucha intensidad, de mucha satisfacción. Se tiene que motivar a la juventud mediante becas y otros estímulos para que con ayuda de la ciencia podamos construir una sociedad acorde con nuestra historia pero también con una racionalidad que nos permita integrar y proyectar los saberes. En cuanto al campo específico de la genética, podríamos ser capaces de hacer todo lo que se hace en el mundo pero no tenemos un cuerpo investigador suficientemente grande, vigoroso, y, desarrollado; a veces se tiene que trabajar con aficionados y esto, entre otras cosas, no nos permite competir mundialmente.
  • Fernando Aranguren. Fuera del grupo de trabajo que usted dirige en el Instituto de Genética, ¿hay en el país otro núcleo o comunidad de especialistas en este campo? Además, ¿existe en Colombia una cultura de la ciencia, un aparato educativo en el que se ensanchen y establezcan espacios de interacción entre investigadores, o hay mayor conexión e intercambio con comunidades extranjeras?
  • Doctor Emilio Yunis. Bueno, no se trata de decir que el país no crece científicamente; quizá lo que deba decirse es que el crecimiento todavía no rompe los esquemas naturales, que es vegetativo. Hasta ahora, hay solo atisbos, intentos para crecer un tanto más exponencialmente pero aún no es tan riguroso. Posibilidades de trabajo hay, pero falta mayor magnitud de eso que ahora llaman interdisciplinariedad. Tenemos muchas relaciones internacionales pero igualmente a nivel nacional existen vínculos importantes aunque limitados porque la comunidad no es vigorosa ni variada. Respecto a otros terrenos del conocimiento creo que ocurre lo mismo aunque quizá en la genética ha habido más crecimiento.
  • Fernando Aranguren. Una de las cuestiones necesarias para que podamos hablar de comunidad científica que comparte expectativas, problemas y horizontes, es la existencia de la crítica; una crítica como condición para la comprensión y el desarrollo ya sea de lo científico o de lo cultural. Usted, reiteradamente ha señalado la ausencia de la crítica como una de las limitaciones del desarrollo de la ciencia en el país. Alrededor de las ciencias naturales, ¿cuál sería su valoración sobre la presencia o ausencia de la crítica?
  • Doctor Emilio Yunis. Hablando de la cultura en Colombia, la mediocridad es evidente respecto a la existencia de una verdadera crítica aunque hay que reconocer que en dicho sentido, el país posee mayor trayectoria en el campo cultural que en la ciencia misma. En este campo nuestra historia es muy breve; sólo hay que ver que las universidades inician tímidamente un primer esbozo de modernización en los años 60 o 70, es decir ayer y una de las cosas más duras es hacer historia científica, crear escuelas científicas. Claro que fundar escuelas literarias o de arte también es difícil y uno de los problemas serios del país es suponer que porque de vez en cuando surge algún exponente notable, se tiene ya una escuela. No es sino que se retire o abandone la institución y nos damos cuenta de la diferencia que hay entre tener algún buen representante surgido espontáneamente y tener escuelas que señalen líneas de pensamiento, de búsqueda constante en la vigorización de los saberes y las disciplinas. Los colombianos no somos ni superiores ni inferiores a ningún pueblo de la tierra; cuando se hace referencia a ella es por lo general en forma negativa. Cuando se le revela en forma positiva. Es a través de esas exaltaciones heróicas que se levantan como la espuma y luego les cuesta mantenerse por falta de historia, de tradición, de la ciencia, en la literatura, en el fútbol, en el ciclismo. Frente a todo eso, una cosa que hay que establecer es la crítica y un científico o un investigador debe ser un crítico ya que si renuncia a la crítica está renunciando a la posibilidad de ser verdadero investigador, de preguntarse cosas, de vivir con el error; como decíamos antes, un investigador no puede renunciar a eso, a la independencia para mirar el mundo, para mirar a la sociedad y a los demás frente a su respeto por la diversidad, por la diferencia, frente a su obediencia al rigor, a su trabajo, a su conocimiento.
  • - Fernando Aranguren. Dentro de esa marcada ausencia de crítica entre nosotros y aceptando que hay unas condiciones de tipo estructural que la dificultan, ¿qué nivel de responsabilidad, si tuviese que determinarse, les cabría a la comunidad de los propios científicos y a las instituciones vinculadas al Estado?
  • - Doctor Emilio Yunis. Bueno, la ausencia de crítica en Colombia es a todos los niveles, existe una enorme promiscuidad, una ingenuidad y a veces una intencionalidad para aceptarlo todo, para recibir todo, para olvidar. Quizá esto nos hace un país muy particular; esto implica una docilidad grande, un manejo grande pero a la vez una capacidad de rebeldía que está atomizada en lo individual, que no tiene búsquedas, que no se plantea objetivos. Eso encierra un tipo de resignación en todos los sectores, tanto en los de arriba como en los de abajo; se es como plastilina, a todo se adapta, a todo se acomoda, todo se acepta. Nos dicen por ejemplo que lo que importa es el individuo: "preocúpate por tí; sé positivo contigo mismo; bástate a tí mismo; olvídate de todo lo que es malo, negativo; no le busques raíces; no le busques sentido ni forma de superarlo; levanta la cara; busca luchar por lo que tú necesitas; tú, tu familia". Ve usted entonces,¿qué prédica podemos hacer de civismo, de solidaridad, de tolerancia, de objetivos comunes, de futuro?
  • Fernando Aranguren. En esta perspectiva y sin llegar a extremos, cuando recoge en su libro diversos artículos de divulgación y crítica del pobre nivel de la cultura- científica nacional, ¿ha tenido la impresión de ser una voz aislada en este contexto? ¿Se reafirma esto en el hecho, casi extraordinario, de que un científico natural se preocupe por el estado de la crítica cultura, por la relativa inercia espiritual de la comunidad académica nacional?
  • Doctor Emilio Yunis. En un comienzo y durante mucho tiempo sí. Hoy hay más movimiento, existe una mayor participación aunque de pronto, en algunos casos, más teórica, más desprendida de la realidad, de lo que pasa en Colombia. Ahora, con nuestros trabajos actuales sobre mestizaje y volviendo a la pregunta de antes, la complemento al decir que tanto los de arriba como los de abajo somos conformistas; claro que los de arriba parecen hacerlo más placenteramente porque tienen recursos económicos y se pueden dar una buena vida. No obstante, también están enredados en esa misma plasticidad, en ese mismo acomodo, en ese estado amorfo que caracteriza a unos y otros. Esto nos lleva a la reflexión sobre qué tipo de mestizaje se da en Colombia y su relación comparativa con lo que ocurre en otros países como Venezuela, Ecuador, Argentina, Brasil, Perú, etc. Definitivamente nos interesa más saber lo que pasa en Colombia.
  • Fernando Aranguren. Una de las características de su decurso vital, entendiendo decurso como actitud y como forma de vida, es una especie de dolor, como un testimonio desgarrado, algo como una tragedia nacional en el sentido de no tener unos valores, unas condiciones de tipo existencial que nos permitan superar el aislamiento, el marasmo, y unificar programas que movilizarán cambios y le inyectarán una dinámica de transformación al país. Tal actitud, que marca la necesaria conexión entre trabajo científico y su incidencia social, ¿se ha traducido para usted, con la comunidad de científicos, académicos o intelectuales, en una relación de proximidad o de aislamiento? ¿Es una forma de decirle a la comunidad científica que todo trabajo de ese tipo debe tener también una parte de compromiso social?
  • Doctor Emilio Yunis. En diferentes partes se ha dicho que la construcción de la ciencia como conocimiento es neutral mientras que la actividad del científico no es ni puede serlo y esto sí que es diferente. Aquí no se puede lavar las manos nadie. Además de su actividad propia, el científico se plantea un problema muy serio en torno a la ética, particularmente en la biología y en la genética. Yo personalmente no me concibo ni puedo concebir a otros científicos como seres aislados, encerrados, metidos en su pequeño campo de actividad, sin vincularse a nada más como si lo que le rodea no les interesara. Este tipo de personaje, me parece un científico cojo, un científico de tiempo parcial. A todo hombre de ciencia lo convoca una constante reflexión no sólo sobre la ciencia sino sobre la sociedad, sobre el conocimiento y sobre cómo nos adentramos en él y qué relación se establece con los conocimientos que están a nuestro lado.

Habrá quien dice por ejemplo: "Hombre, un científico que se mete en otras cosas distintas a las suyas es porque no tiene nada más qué hacer en su campo". Creo que hablar así es banal. En mi campo investigativo, la genética, no sólo se desenboca en el estudio de la población colombiana sino que necesariamente se encuentra uno con que debe meterse en saberes que tocan con la sociología, la politología, la historia, la antropología, con lo que es la vida urbana y rural. Yo no concibo al científico sino de esa manera y hoy muchos lo ven así y sienten que tienen que meterse en eso a más de su campo propio. El día en que los científicos -y desafortunadamente ocurre en muchos casos- se dejan arrinconar en ese tipo de trabajo parcelado, limitado, pequeño, no son entonces más que técnicos y están ejecutando simplemente cosas técnicas y en todos esos casos se hace un trabajo científico sin comprenderlo, sin saber cómo se inscribe, cómo se vive, para dónde va, qué repercusión, qué lógica, qué historia y qué sentido tiene.

  • Fernando Aranguren. Finalmente, profesor Yunis, explíquenos qué es para usted investigar, investigar desde su disciplina, y cómo lo hace, cómo vive usted la investigación y cómo es su relación con la investigación científica.
  • Doctor Emilio Yunis. Esta es quizá la cuestión más difícil. Siempre he dicho que de acuerdo con los esquemas que se manejan y que le dicen a la gente cómo se hace, no tengo nada de eso. He repetido muchas veces que de niño nunca me preocupó abrir un animal para saber cómo era por dentro o desbaratar un reloj para ver cómo era su mecanismo o desarticular cualquier aparato para ver si trasponiendo las piezas, alcanzaría algo completamente distinto. Por otro lado, soy incapaz de hacer un pensamiento ordenado, no soy hábil para tomar un tema y ponerme a reflexionar paso por paso. Soy mucho más visual. Incluso cuando debo preparar una conferencia, me es imposible hasta cierto momento sentarme a trabajar; entonces se agolpan las imágenes y de su inicial dispersión van ubicándose para concentrarse en algo concreto. Es lo mismo si voy a cine; puedo ver una película y al salir no es posible que haga un discurso sobre ella. De pronto, de repente, puedo comenzar a tomar imágenes, fragmentos y tratar de unirlos, de sintetizarlos para elaborar luego un discurso ordenado. No obstante, sin ser un preguntador de porqués, me preocupo por saber cómo entiendo, cómo comprendo una cosa. Lo que no puedo comprender, no lo puedo aceptar. Tal vez por ello, mi aversión por todo lo que llaman oscurantismo y por esa facilidad con que la gente es conducida a creer y aceptar toda esa serie de elementos y cosas que les pintan como mágicas. Investigar no es más que eso; es tener ganas, deseos; hay que saber que eso da placer. Investigar implica saber qué hay antes para poder imaginar qué hay después; si no se sabe lo que hay antes, no se está investigando, se está fantaseando. Si no se sabe lo que hay antes, no se puede imaginar qué puede haber después. La diferencia entre imaginación desde el punto de vista del científico e imaginación desde el punto de vista de alguien no metido en eso, está en que uno hace fantasía mientras que el otro imagina posibles. Pero para imaginar posibles, hay que saber en dónde estamos antes; si no lo sabemos, lo que se hace son fantasías.

El proceso de descentralización en tres municipios pequeños del departamento de Cundinamarca1

  Versión PDF

 

El proceso de descentralización en tres municipios pequeños del departamento de Cundinamarca

The decentralization process in three small municipalities of the department of Cundinamarca

O processo de descentralização em três pequenos municípios do departamento de Cundinamarca

Alberto Maldonado Copello*


*Economista. Investigador del Departamento de Investigaciones de la Universidad Central y consultor independiente.


Resumen

Fruto de un estudio de casos, realizado durante un año, este artículo1 resume los elementos metodológicos delproyecto, al tiempo que presenta, a manera de resultados de la descentralización, los efectos ocurridos encuanto a inversión, aspectos administrativos, políticos y de participación comunitaria en los municipios. Finalmente,el autor emite una serie de comentarios generales sobre el proceso que se constituye en una de lasestrategias más importantes desde el punto de vista político en Colombia durante los últimos años.


Introducción

Independientemente del enfoque con el cual se aborde el tema de la descentralización territorial en Colombia, uno de los aspectos comunes a los diferentes autores es la preocupación sobre la capacidad administrativa y técnica de los gobiernos locales, especialmente de los más pequeños, para el adecuado cumplimiento de las funciones transferidas y el manejo eficiente de los nuevos y crecientes recursos a su disposición.

La gran mayoría de municipios del país son pequeños, en términos del número de habitantes, y de los recursos fiscales disponibles. De acuerdo con las cifras del Censo de Población de 1985, de un total de 1.026 municipios existentes en ese momento, solamente 31, que representan el 3% del total, tenían una población superior a 100.000 habitantes y concentraban el 46,6% de la población del país. En el otro extremo, 736 municipios, que representan el 72% del total de los gobiernos locales, con población inferior a 20.000 habitantes, apenas contaban con el 23% de la población, cifra que equivale a cerca de 7 millones de personas.

Las posiciones en el debate sobre la descentralización con respecto a los municipios pequeños van desde el extremo de quienes han propuesto la eliminación de un gran número de ellos, por considerarlos unidades de gobierno no viables, hasta quienes sostienen que existen los recursos humanos y técnicos requeridos para que todas las administraciones locales se conviertan en unidades efectivas de gestión del desarrollo de sus territorios.

En la práctica, ha primado el criterio de mantener los municipios existentes y crear condiciones para su fortalecimiento en materia fiscal y administrativa, en un contexto de mayor autonomía política y de participación comunitaria. En términos estrictos, la reforma descentralista de mediados de los ochenta estuvo principalmente dirigida a garantizar la supervivencia de multitud de gobiernos municipales condenados a la parálisis administrativa y de este modo a revivir la presencia del Estado en el territorio nacional. Complementariamente, se han venido produciendo reformas sectoriales, tendientes a clarificar las relaciones en cuanto a reparto de recursos y funciones entre los niveles territoriales, por una parte, y a ajustar el esquema básico en la perspectiva de consolidar el proceso y eliminar las deficiencias de diseño detectadas, por la otra.

El desarrollo del proceso de descentralización ha hecho evidente la necesidad de adelantar acciones tendientes a apoyar a los municipios en el fortalecimiento de su capacidad administrativa y técnica. En un primer momento, se encargó a la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) de ejecutar programas orientados a apoyar el desarrollo administrativo municipal, para lo cual se le destinó un porcentaje de la transferencia de ingresos nacionales a los municipios. Posteriormente, se creó el Sistema de Apoyo al Desarrollo Institucional de los Municipios y se puso en marcha, con el apoyo del Banco Mundial, el Programa para el Desarrollo Institucional de los Municipios (PDI), que constituye el programa bandera del gobierno nacional en materia de fortalecimiento de la capacidad local. Complementariamente, se establecieron funciones de asistencia técnica en los distintos sectores objeto de la descentralización y se ratificó a los departamentos la función de prestar asistencia financiera, técnica y administrativa a los gobiernos municipales.

El efecto principal y más evidente de las medidas descentralistas ha sido el incremento de los recursos a disposición de los gobiernos locales, así se considere que éstos continúan siendo insuficientes frente a la magnitud de las funciones a cumplir y los problemas a resolver. Desde el año de 1987 los ingresos por concepto de transferencia del IVA han crecido significativamente y se han consolidado como la principal fuente de ingresos en los municipios pequeños. Esta situación, complementada con la elección popular de alcaldes, debería conducir a una mayor provisión de bienes y servicios a la población y, por tanto, a un incremento de las coberturas. Igualmente, debido al mayor conocimiento que posee el alcalde y la administración sobre los problemas locales, se esperaría una gestión mucho más eficiente y adecuada a las demandas de la comunidad.

El propósito del estudio realizado era conocer los efectos que las medidas descentralistas expedidas a mediados de la década de los ochenta han tenido en tres municipios pequeños del departamento de Cundinamarca. La naturaleza de trabajo es principalmente descriptiva, pero con la perspectiva de explorar los factores que han determinado el cumplimiento o no de los propósitos explícitos de la descentralización, haciendo especial énfasis en el factor de capacidad administrativa y técnica. En este sentido, se realiza una observación de los cambios que se han venido produciendo en materia fiscal, administrativa y política desde el año de 1986 en los municipios de Guachetá, Suesca y Manta.

Municipio Población Total 85 % Población Rural Presupuesto 93 $ Millones Presupuesto Per Capita Pesos Distancia a Bogotá Ctes. kms Altura SNM
Guachetá 11.966 78 371,1 31.013 120 2.688
Manta 6.378 83 263,1 41.251 137 1.924
Suesca 9.854 82 340,3 34.534 63 2.584

 

2. Aspectos metodológicos

Selección de los municipios

El estudio contemplaba el análisis de los efectos de la reforma descentralista en tres municipios pequeños del Departamento de Cundinamarca. El criterio primordial para escoger al municipio era que se tratara de una localidad con población inferior a los 20.000 habitantes y con recursos propios limitados, condiciones que cumplen la gran mayoría de municipios del Departamento de Cundinamarca.

La orientación hacia los municipios pequeños se fundamenta en la consideración generalizada, entre los estudiosos del proceso de descentralización, de que la gran mayoría de gobiernos locales no tienen la capacidad técnica y administrativa para asumir las nuevas responsabilidades, lo cual constituye un factor adverso para el éxito de la reforma. Incluso, desde cierta perspectiva se considera que la mayoría de municipios no constituye unidades de gobierno viables.

Los municipios seleccionados son Guachetá, Manta y Suesca, los cuales tienen las siguientes características básicas:

Considerando que cumplían con los requisitos generales definidos por el estudio, se escogieron estos tres municipios teniendo como criterio central el hecho de que en ellos tres se desarrollarían procesos de promoción de participación comunitaria, en torno a la descentralización del sector salud. Esta situación permitiría el tener un mayor acceso al gobierno local y a la comunidad, en la medida en que la Fundación Parcomún, encargada de dicho proceso, asesoraría a la investigación en lo relativo a los aspectos políticos y de participación de la comunidad.

La propuesta de investigación contemplaba la selección de tres municipios de diferentes tamaños, al interior del grupo de pequeños en términos poblacionales. Los casos finalmente escogidos se situaron entre los 6.000 y 12.000 habitantes no abordando los puntos extremos del rango poblacional. Esta decisión se justificó por 2 circunstancias: primero, como hemos señalado, a la presencia en dichos municipios de procesos de promoción de la participación comunitaria lideradas por la Fundación Parcomún. Segundo, a la posibilidad que tuvo el equipo de investigación de realizar paralelamente un estudio para el Departamento Nacional de Planeación sobre la descentralización fiscal y administrativa en una muestra mayor de municipios, de diferentes tamaños y regiones del país.

Los estudios de caso no tienen, en principio, ninguna pretención de generalización; las observaciones realizadas y los resultados encontrados se refieren única y exclusivamente a cada uno de los municipios observados. Sin embargo, la profundización de la forma en la cual se ha venido desarrollando la descentralización desde el año de 1.986, permite elaborar hipótesis generales de trabajo sobre la situación de los municipios pequeños.

Objetivos

El propósito de los estudios de caso es examinar los efectos que ha tenido el proceso de descentralización en tres municipios pequeños de Cundinamarca, teniendo como marco de referencia los objetivos establecidos en la reforma descentralista de 1986-1987. Básicamente, se esperaba con la expedición del acto legislativo No. 1 de 1986, las leyes 11 y 12 de 1986 y el decreto 77 de 1987, lo siguiente:

  • Un incremento de los recursos disponibles por el municipio.
  • Un incremento en el recaudo de recursos propios.
  • Un aumento significativo de los gastos de inversión.
  • Una mejor planeación, programación y presupuestación de la inversión.
  • La asunción, por parte del municipio, de nuevas funciones en materia de agua potable, saneamiento básico, matadero público, aseo público y plazas de mercado; salud; educación; asistencia técnica agropecuaria; desarrollo rural integrado; y obras públicas.
  • Mayor estabilidad de los alcaldes y un mejor conocimiento de las necesidades y prioridades locales.
  • La vinculación de la comunidad a la administración local a través de juntas administradoras locales, la participación en las juntas directivas de las empresas de servicios públicos y la contratación de obras.
  • Una mayor participación electoral.
  • El surgimiento de nuevas alternativas políticas.

Algunos de los efectos previstos en las normas descentralistas se cumplen automáticamente, con su sola expedición y vigencia. Por ejemplo, el incremento de los recursos a disposición de los municipios o la estabilidad de los alcaldes en el cargo. Otros, son tan sólo una posibilidad que depende de la presencia de ciertos factores favorables, como por ejemplo, una mejor planeación y programación de las inversiones o una gestión más democrática y participativa.

Las medidas descentralistas no pueden modificar la estructura productiva de los municipios y, por tanto, efectuar cambios sustanciales en la estructura laboral y las fuentes de ingresos de la población. Sin embargo, pueden conducir a una mayor y mejor provisión de ciertos bienes y servicios colectivos que contribuya a resolver parte de las necesidades básicas insatisfechas. La consecución de este último propósito depende de diversos factores:

  • De la capacidad técnica y administrativa para hacer un uso adecuado de los recursos.
  • De la voluntad política de los grupos dirigentes locales para invertir adecuadamente los recursos.
  • De la capacidad de apropiación, por parte de la comunidad, de los mecanismos de participación.

No existe garantía alguna de que las medidas descentralistas conduzcan al logro de los objetivos propuestos. Mediante el análisis de los tres casos presentados se busca aproximarse al conocimiento de los cambios que se han producido en la gestión de las administraciones locales como resultado de la aplicación de las normas. Aunque sería de especial importancia, los estudios no examinan los impactos finales de las disposiciones en cuanto a coberturas o nivel de vida de la población. Esto se debe en gran medida a la carencia de información suficiente y adecuada.

Procedimiento de recolección de información

Para la realización de los estudios de caso se utilizaron básicamente dos procedimientos:

  1. La búsqueda y revisión de documentos relativos a la gestión de los municipios estudiados.

  2. Esta actividad comprendió tanto la identificación de información en entidades nacionales y departamentales, como la revisión de materiales en el propio municipio.

    Las fuentes principales de la información son:

    • Planes de desarrollo
    • Programas de inversión
    • Presupuestos
    • Ejecuciones presupuestales
    • Acuerdos municipales
    • Decretos
    • Diagnósticos municipales
    • Sistemas de información municipal


    El desarrollo del trabajo permitió determinar la siguientes situaciones en cuanto a la disponibilidad de información sobre los municipios:

    • En lo relativo a información estadística y de contexto sobre la situación económica, social y física de los municipios, existe un considerable atraso en los gobiernos locales. Prácticamente la totalidad de la información disponible se encuentra en entidades nacionales o departamentales, no contando el municipio con oficina o funcionario responsable del manejo de este tipo de información. Esta situación, aparte de generar dificultades para el análisis de los efectos del proceso de descentralización, constituye un claro indicador de limitaciones en la gestión de los gobiernos locales. De hecho, el gasto local y las diferentes acciones administrativas y de regulación no están enmarcadas dentro de un proceso que permita medir los impactos esperados y efectuar los controles requeridos.
    • Existe una gran riqueza informativa, para efectos de conocer las acciones del gobierno local, en los acuerdos del Concejo, decretos, programas de inversión, presupuestos y ejecuciones. Buena parte de esta documentación está disponible en la Secretaría de Gobierno del Departamento, en la Dirección de Asuntos Jurídicos, aunque desafortunadamente no en todos los casos está completa. La información sobre ejecuciones presupuestales se obtiene en la Contraloría Departamental, por cuanto ninguno de los municipios examinados tiene Contraloría propia. Sin embargo, la organización de esta información es muy deficiente y solamente fue posible obtener los documentos respectivos para muy pocos años. Más preocupante que esta situación es, sin embargo, que en los propios municipios no se lleva un archivo suficientemente organizado y completo, lo cual impidió obtener toda la información requerida para el período en observación.
  3. Aplicación de entrevistas

  4. Esta actividad comprendió la aplicación de una entrevista semiestructurada al alcalde, funcionarios de la administración, concejales y líderes de la comunidad. Adicionalmente, con algunos funcionarios y el propio alcalde, se efectuaron varios contactos con el fin de aclarar algunos aspectos o profundizar en temas específicos.

    Las entrevistas tenían como propósito central conocer la opinión de los entrevistados con respecto a los efectos que ha tenido el proceso de descentralización en sus respectivos municipios.

  5. Aplicación de una encuesta a la población residente en la cabecera

  6. Con el objeto de tener una aproximación a la opinión de la población se diseño y aplicó un cuestionario a una muestra de 100 personas residentes en el casco urbano, en cada uno de los municipios. No se pretendió tener ninguna validez estadística y por tanto los resultados encontrados deben ser utilizados teniendo en cuenta este hecho. Para la selección de las personas a entrevistar se utilizó la cartografía del DANE para la cabecera, determinando cuotas a realizar en cada manzana.

    La encuesta tenía el mismo propósito que las entrevistas, para lo cual se preparó un cuestionario que fué aplicado por estudiantes de la Facultad de Periodismo de la Universidad, capacitados para tal fin.

  7. Revisión de la experiencia de Parcomún.
  8. Se efectuó un seguimiento a la experiencia de Parcomún en cuanto a la promoción de la participación comunitaria en salud, lo cual arrojó valiosas indicaciones sobre el desarrollo de este aspecto en los municipios.

3. Efectos de la descentralización en los tres municipios

La reforma descentralista ha cumplido claramente con el propósito de revivir y garantizar la supervivencia de las administraciones locales de Guachetá, Manta y Suesca. Prácticamente, en el año de 1986, ninguna de ellas contaba con recurso alguno para realizar inversiones y expandir los servicios en forma significativa a sus comunidades, situación que ha ido cambiando con el incremento en la transferencia de recursos del IVA. En términos relativos la transformación ha sido bastante importante y el municipio ha contado con la posibilidad de programar y realizar autónomamente obras de interés local. Las cifras examinadas para los tres municipios estudiados muestran claramente cómo los gobiernos locales han pasado de disponer de unos recursos ínfimos de inversión, menos de $3 millones en el año de 1985, a cifras entre los $200 y $300 millones para el año de 1993. Esta situación modifica la modalidad de gestión de los alcaldes, quienes antes de la reforma se concentraban casi que exclusivamente en la búsqueda de aportes y auxilios del departamento y la Nación y en la solicitud de realización de proyectos en su territorio por parte de entidades de dichos niveles.

La autonomía alcanzada en la gestión local es un factor positivo de la descentralización, destacado especialmente por los alcaldes y las autoridades locales, a pesar de la existencia de restricciones y limitaciones en varios aspectos.

El aumento en la autonomía para la realización de inversiones y la prestación de servicios ha sido principalmente un resultado del incremento de la dependencia de los recursos transferidos por la Nación. El fortalecimiento de los ingresos de los tres municipios ha dependido primordialmente del incremento de las transferencias nacionales ordenado por la ley 12 de 1986, por cuanto los recursos propios han crecido a una tasa menor y su participación en el total se ha mantenido estable o se ha reducido.

A pesar de lo anterior, los ingresos propios de los municipios han aumentado en términos reales, especialmente durante los últimos años. Sin embargo, las elevadas tasas de crecimiento observadas se deben principalmente al hecho de que los montos iniciales eran muy bajos, lo que se traduce en que la magnitud de los recursos propios en términos absolutos sea bastante reducida.

La única fuente importante de recursos propios es el predial; el impuesto de industria y comercio es prácticamente inexistente y la participación de las demás fuentes es mínima. En materia de predial los recaudos han crecido como resultado de las acciones de formación y actualización catastral y de algunas actividades administrativas orientadas a agilizar el cobro.

En los tres casos analizados, se observa claramente en las administraciones locales los conflictos entre la necesidad de mayores recursos y los obstáculos económicos y políticos para tomar medidas para su fortalecimiento. Por una parte, se considera que podría obtenerse un mayor recaudo, vía ajuste de tarifas, actualización catastral y acciones administrativas. Por la otra, se reconoce que existen serias limitantes derivadas de la pobreza y atraso de la mayoría de la población. Finalmente, se acepta que la decisión de incrementar los impuestos o ajustar su cobro, no es rentable políticamente. En la práctica, los gobiernos locales han concentrado sus acciones en la agilización del recaudo sin adoptar reformas o medidas generales. Aún más, buena parte de las decisiones tomadas por los Concejos han estado orientadas a disminuir las tarifas, otorgar amnistías o aplazar la vigencia de medidas como la actualización catastral.

Inversión

En cumplimiento de los dispuesto en la ley 12 de 1986, los mayores recursos disponibles se han destinado cada vez en mayor proporción a la inversión, cumpliéndose de este modo con uno de sus propósitos principales; la composición del gasto entre 1985 y 1993 muestra el incremento en el gasto de inversión y la consecuente disminución de la participación de los gastos de funcionamiento. Estos últimos han crecido a tasas ligeramente superiores a la inflación pero mucho menores que las del gasto de inversión.

En la medida en que los recursos disponibles han ido aumentando, los municipios han contado con la posibilidad de comenzar a realizar obras de mayor magnitud y de actuar en otros sectores en los que previamente no adelantaban proyecto alguno. Las prioridades en materia de gastos de inversión se han concentrado, en los tres casos examinados, en los sectores de vías, acueductos y alcantarillados y educación, que reciben en conjunto entre el 50% y el 60% de la inversión y ocupan en casi todos los años considerados los tres primeros lugares en la asignación de los recursos. Otros tres sectores, recreación y deporte, electrificación y salud representan entre el 20% y el 30% de la inversión, cada uno de ellos con participaciones individuales inferiores al 10%, mientras que el resto del gasto de inversión se distribuye entre cerca de 15 sectores o finalidades de gasto, cada uno de los cuales recibe asignaciones muy pequeñas, salvo contadas y puntuales excepciones.

Esta estructura del gasto refleja las prioridades definidas a nivel local, las cuales son bastante similares a las observadas en municipios con población inferior a 50.000 habitantes de diferentes características y regiones del país, y prácticamente las mismas encontradas en la totalidad de municipios básicos del departamento de Cundinamarca, lo que indica una cierta homogeneidad en cuanto a los problemas básicos enfrentados por los gobiernos locales.

Resulta evidente del análisis de los casos, que el gasto de inversión ha aumentado significativamente en comparación con la situación previa, y los municipios han podido realizar más y mayores obras y destinar mayores recursos a los sectores prioritarios. Esto necesariamente se ha traducido en mejoramientos en cuanto a la cobertura de los servicios y a su calidad. Este cambio es reconocido tanto por las autoridades y líderes comunitarios, como por la propia población, que en su gran mayoría considera que el municipio ha progresado con el proceso de descentralización. Sin embargo, no existe en el gobierno local, ni en otros niveles, suficiente y adecuada información para determinar claramente la magnitud de las acciones locales y su impacto sobre la situación o problemas sobre los cuales actúa. Se sabe entonces que hay mejoramientos pero se carece de parámetros para determinar la magnitud de estos, tanto con relación a la situación inicial como con respecto a los planes, objetivos y metas de las administraciones. Este punto se relaciona directamente con los problemas de capacidad administrativa y de gestión que se examinan más adelante.

Así como la composición del gasto es muy similar en los tres municipios analizados, se encuentran también características comunes en otros aspectos. En cuanto al tipo de gasto, buena parte de los recursos se destinan a mantenimiento y dotación, finalidades permitidas por la ley 12 de 1986. De este modo, se garantiza la prestación de ciertos servicios y se mejora su calidad pero no se efectúa adición de capital nuevo en los municipios. Esta situación se presenta especialmente en educación y vías, donde regularmente se asignan partidas para las escuelas y caminos, tanto de la cabecera como de la zona rural. Los recursos se distribuyen entre numerosas partidas lo cual conduce a que el valor promedio sea bastante reducido. El comportamiento usual consiste en la realización de dos o tres obras de cierta magnitud y el resto de los recursos se fragmenta en varias partidas de poco valor. Esto no significa que dichas partidas no sean necesarias; de hecho, buena parte de las mismas está dirigida a la dotación y mantenimiento en sectores como educación o vías, lo cual implica que se trata de montos menores. Sin embargo, la fragmentación está acompañada de dos características preocupantes. Por un lado, se observa la iniciación o continuación de múltiples obras a las cuales se asigna tan sólo una fracción de su valor, lo que implica que no se podrán realizar completamente durante la vigencia respectiva. De esta forma, se requieren varios años para culminar los proyectos, incluso en el caso de obras pequeñas. Por el otro lado, se observa la costumbre de asignar partidas por valores exactamente iguales a cada una de las veredas para sus escuelas o caminos, sin tener en consideración las necesidades específicas.

Las características anteriores son indicadores de las deficiencias que se presentan en los procesos de planeación, programación y presupuestación, que conducen probablemente a que el impacto del gasto no sea tan grande como se esperaría.

En cumplimiento de lo dispuesto por el decreto 77 de 1987, las administraciones locales de los tres municipios han venido preparando y presentando a consideración de la oficina de planeación departamental el programa municipal de inversión, donde se determina la utilización que se dará a los recursos del IVA de obligatoria inversión.

Aspectos administrativos

Normativamente los municipios cuentan con esquemas suficientemente detallados en materia de planeación y presupuestación, tanto en términos de organización institucional como de procedimientos. Sin embargo, el problema no es normativo sino administrativo, y en la práctica el proceso presupuestal se desarrolla de acuerdo con otros criterios y mecanismos. Así mismo, podría decirse que el esquema normativo, en algunos aspectos, es demasiado complejo y detallado para las características del municipio.

La programación presupuestal hasta el momento no se ha fundamentado en los planes de desarrollo. En otros términos, no ha existido un proceso de planeación estratégico que oriente la formulación de programas y proyectos. Esta situación, sin embargo, está en proceso de mejoramiento, existiendo especial interés de los alcaldes por fortalecer sus procesos de planeación; en el caso específico de Manta acaba de realizarse un plan de desarrollo con una significativa participación de la comunidad y vinculación de la administración local.

El presupuesto no constituye una herramienta eficaz de gestión y su presentación no cumple con casi ninguno de los criterios y requisitos establecidos en el proceso presupuestal. No hay un planteamiento claro de objetivos, no se establecen metas físicas, no se determinan claramente los recursos de personal, materiales y equipos requeridos, no se calculan detalladamente los costos, no se presentan justificaciones de las asignaciones presupuestales.

En materia de inversión la distancia con el esquema normativo es aún mayor. No existe el criterio de formulación y evaluación de proyectos, y por tanto los municipio no cuentan con Banco de Proyectos. Las partidas de inversión no hacen parte de planes y programas y la gran mayoría de ellos continúan siendo, como se ha visto, asignaciones globales sin estudios previos ni cálculos detallados. La presentación presupuestal tampoco cumple con los requisitos establecidos y se siguen incluyendo partidas globales. En la mayoría de casos no es posible identificar cuáles son los objetivos y metas físicas, y la obra específica a realizar. De hecho, los municipios están incumpliendo la gran mayoría de normas relativas a la preparación del presupuesto.

El comportamiento anterior está estrechamente relacionado con el problema político de la gestión del presupuesto. El alcalde debe atender múltiples necesidades en las veredas y la cabecera, así como las solicitudes tramitadas por los concejales. La identificación inmediata de obras por realizar, pedidas por la comunidad, se convierte en criterio orientador de la asignación de los recursos, lo cual, aunque tiene de positivo la vinculación directa de la administración con las demandas de la comunidad, se traduce en la fragmentación excesiva de la inversión. De este modo, se asignan recursos a varias obras pero en muy pocos casos el monto apropiado es suficiente para su completa realización. De otra parte, la carencia de un registro y sistematización de los proyectos y la forma de preparación y presentación del presupuesto, no arrojan información suficiente sobre el comportamiento de la inversión y por tanto dificultan su seguimiento y evaluación. Se carece, en consecuencia, de parámetros para adelantar acciones de mejoramiento.

El proceso de preparación del presupuesto está concentrado en el alcalde, con el apoyo del tesorero y el jefe de planeación, funcionarios de baja capacitación y experiencia. No existen unidades ejecutoras en el despacho de la alcaldía. No existe capacitación y experiencia en la formulación, evaluación y seguimiento de proyectos, y tampoco hay una clara directriz en las alcaldías en el sentido de poner en funcionamiento el Banco de Proyectos. La determinación de las prioridades de inversión se concentran en el alcalde, que se basa en su conocimiento del municipio y en el contacto directo con la comunidad.

El esquema predominante en cuanto a la toma de decisiones explica el hecho de que el municipio no disponga de la más mínima información estadística sobre su situación en materia económica, social, física y de servicios públicos; el gobierno municipal, como hemos señalado, no es ni productor ni usuario de información estadística, lo cual dificulta el seguimiento y análisis de la situación local.

Este es un punto de especial importancia, por cuanto implica que se carece de suficiente información que permita evaluar el impacto del gasto público local. Cualquier análisis del proceso de descentralización y los efectos del incremento de los recursos y de la inversión, queda limitado en la medida en que no se pueden determinar los mejoramientos específicos en los distintos aspectos de la situación económica y social.

Asumiendo el criterio de que una buena ejecución depende de una adecuada planeación y programación, es evidente que este es un campo que requiere especial atención por parte de los programas de apoyo dirigidos a los municipios. Existe una situación positiva en la medida en que los alcaldes y demás autoridades son conscientes de esta necesidad.

El problema, sin embargo, no es solamente de fortalecimiento de la capacidad administrativa y técnica; se trata también de ir avanzando en la superación de la lógica corriente de asignación de los recursos, que consiste en el reparto «equitativo» entre las diferentes veredas y Juntas de Acción Comunal.

La reforma descentralista ha otorgado a los alcaldes una mayor capacidad de gestión y liderazgo, al fortalecer su papel mediante los cambios efectuados en cuanto al nombramiento del tesorero y la clarificación de funciones del personero. Esto, unido a la mayor disponibilidad de recursos le ha dado un rol protagónico al alcalde en la gestión del desarrollo local.

En materia de responsabilidades los municipios han venido asumiendo las establecidas en el decreto 77 de 1987, particularmente en lo relativo a la realización de inversiones en los diferentes sectores. Buena parte de dichas funciones ya las prestaba el municipio antes de la reforma descentralista (acueducto y alcantarillado, aseo, plaza de mercado, matadero), pero en condiciones muy precarias y con escasas posibilidades de ampliación. Apenas se están iniciando los procesos para asumir nuevas competencias como la administración de la salud, la educación y la asistencia técnica agropecuaria, que comenzaran a exigir una mayor capacidad a los gobiernos locales.

Hasta el momento, las estructuras administrativas no han sufrido mayores transformaciones, conservándose la organización básica donde pesan más las dependencias de dirección y orientación que las estrictamente ejecutoras. En ninguno de los casos examinados se han realizado reformas globales a la estructura administrativa, aunque se han ido produciendo cambios parciales tendientes a adecuarse gradualmente a las nuevas condiciones. Las principales modificaciones se concentran en la creación de establecimientos y juntas para la administración de los servicios públicos, en la constitución de la oficina de planeación y en la conformación de la promotoría de participación comunitaria en el caso de Manta.

Adicionalmente, se observa a nivel normativo la creación de multiples comités y fondos en los diferentes sectores, la mayoría de los cuales en respuesta a orientaciones y esquemas elaborados a nivel nacional, pero que no se concretan en una operación práctica.

El personal de las administraciones locales ha crecido, pero muy ligeramente y se ubican actualmente alrededor de 20 empleados de planta y un grupo de 5 a 10 por contrato. La planta se caracteriza por la presencia de un grupo directivo básico y pequeño (alcalde, jefe de planeación, tesorero, personero, inspector, promotora de desarrollo comunitario en el caso de Manta) y el resto de funcionarios de nivel administrativo auxiliar y operativo. Las remuneraciones son muy bajas, situándose la gran mayoría del personal alrededor del salario mínimo.

Prácticamente, el equipo profesional y técnico, encargado de la planeación, programación y ejecución en todas las áreas del municipio, está reducido al alcalde y su jefe de planeación y, eventualmente a otro funcionario. En Guachetá no existe funcionario de planeación; en Suesca es por contrato y en Manta está vinculado por contrato solamente dos días a la semana, lo que indica que la disponibilidad de personal técnico es aún menor; igualmente, los funcionarios responsables del área de servicios públicos no son de nivel profesional.

Esta situación claramente plantea las dificultades existentes para la capacitación y formación de personal, en la medida en que el equipo básico puede cambiar con cada elección de alcaldes.

Aunque las autoridades locales y líderes comunitarios consideran necesaria la capacitación de funcionarios y concejales como medio para desarrollar una mejor gestión, hasta la fecha las deficiencias en cuanto a la capacidad administrativa y técnica del municipio no han sido consideradas como un problema central. Ninguno de los municipios ha adelantado programas de capacitación de sus funcionarios ni tiene políticas definidas en la materia. En gran medida esta situación es resultado del hecho de que los recursos han venido creciendo gradualmente y sólo muy recientemente han alcanzado montos relativamente significativos. De otra parte, la lógica de manejo del presupuesto de gastos de inversión, se basa en gran medida en el reparto «equitativo» de los recursos, elaborado en forma muy aproximada y con base en negociaciones con la comunidad y los sectores políticos y no a partir del análisis de proyectos. De este modo, no se genera «demanda» por planeación e instrumentos técnicos de programación y formulación de proyectos.

De otra parte, los municipios no reciben un apoyo efectivo por parte del Departamento, que está obligado legalmente a prestar asistencia administrativa y técnica. En ninguno de los tres casos examinados se detectó algún programa o servicio eficaz de asistencia a los municipios y la opinión por parte de los alcaldes con respecto a las acciones que adelanta el departamento en este campo es bastante crítica, por cuanto se considera poco eficaz.

Igualmente, se considera que la ESAP no cumple adecuadamente con actividades de apoyo al desarrollo administrativo municipal, aun cuando se reconocen ciertos aportes en materia de publicaciones. Al momento de realización de las entrevistas y visitas a los municipios todavía no había comenzado a operar el Programa de Desarrolo Institucional de los Municipios (PDI) , y el conocimiento que tenían los alcaldes sobre él era muy escaso.

Cuando se ha requerido cierto apoyo en actividades planificadoras y de preparación de proyectos, se ha recurrido a la contratación de consultores privados.

Aspectos políticos y de participación comunitaria

La elección popular de los alcaldes ha convocado a un mayor número de votantes que a otras elecciones, pero las diferencias no son tan significativas como se esperaba; así mismo, ha venido disminuyendo la participación electoral con relación a la primera elección de alcalde. Sin embargo, en su conjunto, esta reforma ha conducido a un mayor compromiso de los candidatos y alcaldes con el desarrollo de una buena gestión, y ha evidenciado un comportamiento político de la población más vinculado a las capacidades del alcalde que a su adscripción partidista.

Los alcaldes electos popularmente son comparados favorablemente con los designados anteriormente por el Gobernador, y en general existe un reconocimiento sobre las bondades de la reforma, al permitir que la administración esté dirigida por alguien que conoce efectivamente los problemas del municipio. Igualmente, no se evidencia en ninguno de los municipios la presencia de prácticas clientelistas o el manejo inadecuado de los recursos locales, lo cual es ratificado por la opinión mayoritaria de la población.

La participación comunitaria no se ha modificado sustancialmente y las JAC continuan siendo el principal instrumento de relación entre la comunidad y la administración; no se encuentra un movimiento significativo de la población en el sentido de apropiarse de los instrumentos de la reforma y de controlar y fiscalizar la gestión de la administración. Más bien, los esfuerzos por generar ciertos espacios de participación han surgido de los alcaldes, apoyado en organizaciones no gubernamentales, los cuales se han enfrentado a la apatía de la población y a los obstáculos objetivos para la participación.

Comentarios generales

Los efectos más claros de la reforma descentralista se presentan en el incremento de los recursos a disposición de los gobiernos locales y un significativo aumento de la inversión. Es evidente que en los tres municipios se ha comenzado a realizar más obras, a expandir los servicios a la comunidad y a mejorar su calidad. La efectividad de la reforma se ve apoyada en los municipios examinados por el comportamiento político de los sectores dirigentes pero enfrenta obstáculos derivados de la baja capacidad de gestión, la lógica de distribución de los recursos y la reducida apropiación por parte de la comunidad de los instrumentos y opciones de participación.

El balance de los casos examinados permite determinar que efectivamente la reforma descentralista ha tenido un efecto general positivo, en la medida en que ha generado una administración más comprometida con el desarrollo local y la realización y prestación de mayores obras y servicios. Como factor primordial que ha apoyado el éxito relativo de la descentralización en los tres municipios examinados, se destaca la actitud de compromiso frente al desarrollo local por parte de los alcaldes, concejales y directivos, derivada de la mayor vinculación existente con los problemas locales, del conocimiento directo de dichos problemas y de la mayor autonomía para la realización de sus acciones. La participación comunitaria, sin embargo, no ha jugado un papel tan relevante como el esperado, y más que una apropiación de los elementos de participación, lo que se observa es un esfuerzo de la administración por promoverla en un contexto de gran apatía y desinterés por parte de la población. Esta situación se relaciona estrechamente con la participación electoral que, aunque mayor en el caso de los alcaldes, no es tan grande como se esperaba.

Aunque la apreciación general sobre los efectos de la reforma es positiva, es preciso destacar que no se dispone de adecuada información que permita determinar los impactos en términos de mejoramiento de las coberturas y calidad de los servicios y obras. Esto dificulta la realización de una evaluación de impacto de la descentralización al tiempo que constituye un indicador de las deficiencias de la gestión local.

La capacidad local de planear, programar, formular proyectos y ejecutarlos es reducida, todo lo cual se traduce en las deficiencias y problemas expuestos detalladamento en los casos. Existe por tanto, un amplio espacio de mejoramiento de la gestión que debe traducirse en una utilización más eficiente y eficaz de los recursos. Sin embargo, el problema no es sólo de la existencia de una capacidad mínima, sino de la presencia de un esquema de gestión que efectivamente requiera del fortalecimiento de dicha capacidad. En la medida en que los recursos se asignen atendiendo a las peticiones puntuales de la comunidad y bajo un criterio de reparto «equitativo», no se genera una demanda suficiente por instrumentos como la planeación, la programación, la formulación de proyectos, etc., que constituyen elementos básicos para mejorar la capacidad de gestión.

La baja capacidad de gestión y la presencia de una lógica de asignación de los recursos orientada por criterios de reparto de los mismos, constituyen efectivamente un obstáculo para el cumplimiento de los propósitos de la reforma. La efectividad del proceso está limitada por las deficiencias en la capacidad de gestión del municipio, que se concreten principalmente en sus procesos de planeación, programación y presupuestación, y se transfieren a la ejecución y realización de los programas y proyectos. La acción local está probablemente incrementando las coberturas de los servicios y su calidad pero podría hacerse el gasto en forma mucho más eficaz. Sin embargo, esta situación está en proceso de cambio en la medida en que es un problema reconocido por los alcaldes.

El estudio realizado permite extraer algunas conclusiones con relación a medidas o acciones tendientes a fortalecer el desarrollo del proceso de descentralización en los municipios pequeños. Fundamentalmente, se considera que es preciso actuar en los siguientes campos:

  1. En explorar opciones para fortalecer los recursos propios, examinando en qué medida existe capacidad fiscal, para obtener mayores ingresos a nivel local. Este es un punto de especial importancia en la medida en que las recientes disposiciones reglamentarias de la descentralización (Ley 60 de 1993), pretenden que los municipios financien por completo sus gastos de funcionamiento y destinen las transferencias exclusivamente a inversión.
  2. En el cumplimiento efectivo de la función de asistencia técnica y administrativa a los municipios por parte de los departamentos. Se requiere que los departamentos ofrezcan a sus municipios servicios eficaces de apoyo, tanto en los aspectos administrativos como en los aspectos técnicos. De hecho, la gran mayoría de municipios pequeños no tiene los recursos necesarios para incrementar sus plantas de personal y elevar sustancialmente el nivel técnico; adicionalmente, no parece conveniente un aumento de su personal y gastos de funcionamiento, cuando muchos de los requerimientos técnicos son de carácter esporádico o puntual. Lo que se necesita, probablemente, es la existencia de un apoyo permanente y ágil que supla los vacíos locales y aproveche las economías de escala de su operación concentrada.

  3. Es necesario profundizar en las distintas alternativas existentes para apoyar la gestión de los gobiernos locales, teniendo en consideración las diferencias existentes en cuanto al tamaño y la complejidad de sus estructuras administrativas. Es muy probable que en aquellos municipios como los examinados en los casos, caracterizados por una planta de personal muy pequeña, con muy pocos funcionarios profesionales y técnicos que además cambian con cada elección de alcalde, esquemas de capacitación formal no sean muy eficaces. Más que esto, se requeriría de la existencia de servicios adecuados de apoyo para la realización de aquellas actividades que no se pueden adelantar con la planta disponible. A los departamentos les compete una gran responsabilidad en este punto, pero en los casos examinados no está jugando un papel relevante; lo mismo ocurre con la ESAP y el PDI, que apenas está comenzando actividades en los municipios examinados. El estudio de las formas de gestión y las necesidades de apoyo para hacerla más eficaz es otro tema de especial importancia para la investigación y la política sobre descentralización.

  4. Es necesario examinar las posibilidades de descentralizar recursos departamentales hacia los municipios. Los departamentos manejan un volumen importante de recursos que orientan en buena parte hacia la realización de pequeñas obras de carácter estrictamente local. Dentro del espíritu de la descentralización y la distribución de competencias entre niveles de acuerdo con sus ventajas comparativas, convendría explorar las opciones de transferir parte de los recursos departamentales para que fueran ejecutados directamente por los gobiernos locales.

  5. Los departamentos continúan jugando un papel importante en materia de inversión y la magnitud de sus recursos en comparación con los disponibles por los municipios es bastante significativa. De hecho, en los tres casos examinados la inversión presupuestada por el departamento alcanza a ser un porcentaje muy alto de lo que invierte cada gobierno local. Después de 7 años de expedida la ley 12 de 1.986 y de haberse llegado al máximo de incremento de la transferencia ordenada por esta norma, todavía los montos que maneja directamente el gobierno local son muy bajos en comparación con los departamentales. Esta situación es preocupante si se considera que parte considerable de la inversión seccional se dirige a la realización de pequeñas obras de carácter estrictamente local. La pregunta es si no convendría descentralizar recursos del departamento para este tipo de obras, tal como se hizo con recursos de la Nación, y concentrarlo en la realización de aquellos proyectos que superan el ámbito municipal: vías, acueductos regionales, medio ambiente, etc.

    Este es, por tanto, un tema de especial interés para la investigación y la política de descentralización. Entre otras cosas, las propuestas sobre el papel de los departamentos deberían fundamentarse en el conocimiento y evaluación de las actividades que efectivamente están realizando actualmente.

  6. Es preciso fortalecer la capacidad nacional y departamental de efectuar seguimiento a la política de descentralización en todos sus aspectos. A pesar de la importancia del proceso y de la magnitud de los recursos transferidos, no se han estructurado programas de seguimiento regulares que permitan detectar oportunamente los efectos e impactos del proceso y de este modo retroalimentar la política. Igualmente, el seguimiento y evaluación constituyen una herramienta primordial para incentivar el desarrollo de la capacidad de gestión y la adecuada utilización de los recursos por parte de las administraciones municipales.

  7. Es indispensable adelantar acciones tendientes a conocer en forma detallada la manera en la cual los municipios están abordando las medidas descentralistas, enfrentando los problemas y encontrando o no soluciones. El panorama general muestra una serie de efectos positivos, pero se requiere de un seguimiento continuo que permita detectar modificaciones en las tendencias y que sirva a su vez tanto para la reformulación de las políticas como para orientar los programas de apoyo a los gobiernos locales.

    El trabajo realizado permite confirmar que existe una gran cantidad de información documental, que es recolectada regularmente por las gobernaciones para efectos jurídicos, que debidamente analizada y procesada constituye una fuente importante para realizar seguimiento a las acciones de los gobiernos locales dentro del proceso de descentralización. Considerando que los departamentos tienen una relación permanente y directa con los municipios, y además tienen la responsabilidad por la prestación de servicios de asistencia administrativa y técnica, convendría explorar la posibilidad de definir y promover esquemas comunes de recolección y análisis de información sobre los gobiernos locales.

  8. En estrecha relación con el punto anterior es preciso avanzar en el desarrollo de la información a nivel local, con miras a contar con un instrumento indispensable para mejorar los procesos de gestión. La disponibilidad de información sobre el contexto social, económico, político y físico del municipio, de las acciones del gobierno local, y de los impactos de dichas acciones, constituyen no solamente una herramienta fundamental para los propios municipios, sino la base para un adecuado sistema de seguimiento y evaluación.

Citas

1. El propósito de este artículo es presentar los resultados de una investigación realizada con el patrocinio de Colciencias y la Universidad Central, sobre el proceso de descentralización en tres municipios pequeños del Departamento de Cundinamarca.


Contáctenos

Revista Nómadas

Dirección de Investigación y Transferencia de Conocimiento

Carrera 5 No. 21-38

Bogotá, Colombia

Correo electrónico: nomadas@ucentral.edu.co